lunes, 7 de marzo de 2016

En busca de la alegría perdida



Nadie avisó que la Revolución de la Alegría incluía la detención arbitraria de Milagro Sala, atentados con balas a locales militantes, represión en protestas y hasta un muerto de la murga “Los reyes del ritmo”. En campaña, habíamos advertido sobre la devaluación, el modelo del derrame, la apertura a los mercados, la entrega de nuestro patrimonio, la desigualdad y demás delicias de la restauración conservadora. Pero ni en nuestras más inspiradas pesadillas aparecían estas imágenes del peor pasado. En un apunte previo al balotaje –Carta abierta a un votante confundido- las advertencias rondaban más por las tropelías económicas que por los abusos de poder o la deskirchnerización que ya están desplegando las tropas amarillas. Pero ya lo demostró el empresidente en su discurso de apertura del Congreso: no le importa mentir con descaro con tal de seguir horadando la imagen de Cristina. Sin dudas, nos quedamos cortos. Tan cortos que, a la distancia, hasta parecemos ingenuos.
Tanta alegría porta esta revolución que hasta podrán celebrar con las pistolas Taser, avaladas para su uso por la tan funcional Corte Suprema. En la CABA, los ciudadanos que no son tan bienvenidos no sólo deberán llevar siempre sus documentos y dejarse cachear por los agentes, sino que, cada tanto, recibirán una descarga eléctrica al paso con tan brutales herramientas. La derecha es tan revolucionaria que es capaz de extender estas innovaciones al resto del país. Tan revolucionaria es la brutal derecha que nos gobierna que hasta trastoca los conceptos hasta el absurdo: despiden para garantizar el empleo, devalúan para bajar la inflación, nos endeudan para desendeudarnos, atropellan la Constitución para defender las instituciones, desmantelan el programa Conectar Igualdad en pos de la calidad educativa y mienten en 3D para combatir La Mentira. 
Como en el ‘55, inventan pretextos para derribar símbolos, derechos y conquistas. En La Rosada, el busto de Néstor Kirchner fue tapado con una bandera, el billete gigante de 100 pesos fue roto en pedazos y parece que el vestido de Evita corrió peor suerte, igual que los muebles de su despacho. El salvajismo invisible que se presiente y oprime el corazón de muchos argentinos; una barbarie sutil bien camuflada con estrategias de marketing, sonrisas pétreas, bloqueo mediático y gestos amables. Macri no alcanzó la presidencia para unir al país, sino para someter, silenciar, apabullar, atemorizar a una de sus partes. La Doctrina del Shock, para borrar de la memoria colectiva los 12 mejores años desde el retorno a la democracia y para desalentarnos de retomar ese camino. Después de la reunión que mantuvo con el empresidente, Estela de Carloto sintetizó el proyecto de DDHH del Gobierno: “lo estamos viendo, está haciendo todas cosas malas”. Como bandoleros que invaden un poblado desprotegido, destruyen lo que no comprenden con el solo objetivo de atemorizar a sus habitantes. No es esto lo que eligió una parte de los que votaron por Macri y es comprensible que se sientan estafados. Los demás estamos atónitos. Sólo un puñado de individuos –como es previsible- disfruta.
La bomba de tiempo
Que dos locales partidarios –La Cámpora y Nuevo Encuentro- hayan sido baleados en una noche es un indicio de que comienza a brotar la semilla de odio que sembraron durante estos años y continúan abonando. Esos brutales individuos no sólo rompieron vidrios sino que hirieron a dos militantes. Desde un edificio, dispararon a las personas como si fueran muñecos en un campo de tiro. La vida del otro no importa y el discurso amarillo es como un cheque en blanco para que estos despiadados odiadores lo sigan haciendo. Aunque las autoridades salgan a repudiar estos hechos, las estigmatizaciones no hacen más que exacerbar los ánimos revanchistas y profundizar la famosa grieta. La derecha es así, sólo en medio del caos puede justificar sus planes de ajuste. Y como no había caos, es necesario que Ellos mismos lo creen con falacias mediáticas, empresidenciales y argumentativas, con medidas desestabilizantes y algún kamikaze que encienda la mecha del polvorín.
Porque eso es lo que están haciendo: provocar para exhibir la reacción como un inicio de la violencia K. Hasta ahora no lo han logrado. Sólo marchas bulliciosas, con muchos cánticos pero nada de hostilidad. Si bien han reprimido algunas de estas manifestaciones, todavía no han logrado el efecto que esperan, que desean. No conformes con el terror que ocasionaron las fuerzas policiales algunas semanas atrás entre los integrantes de una murga villera, ahora fueron oscuros personajes encapuchados los que atacaron y dejaron como saldo un muerto y varios heridos. ¿Una especie de Ku klux Klan criollo que se encarga del trabajo sucio que el Gobierno Amarillo no se anima a hacer en pos de lograr la Pobreza Cero?
Tanta demostración de fuerza sugiere debilidad. El que grita no tiene razón y, aunque ninguno de los funcionarios alza la voz en público, sus crueles decisiones –despidos, devaluación, transferencia obscena de recursos a los que más tienen- son como los amenazantes aullidos de lobos hambrientos. Fieras dispuestas a succionar todo lo que hemos recuperado en estos años: mercado interno, derechos, dignidad, disfrute. Las empresas del Estado son desmanteladas y bombardeadas para favorecer a los privados, primero y para regalarlas al mejor postor, después. Nos quieren endeudar no sólo para satisfacer a unos mafiosos angurrientos sino para someternos al Imperio para siempre.
No sólo nos están castigando por haber elegido al kirchnerismo durante 12 años. También quieren quitarnos toda posibilidad de futuro. Con una decisión judicial pueden lograr dos objetivos: destronar a Cristina como esperanza y lograr una reacción enardecida de sus seguidores para justificar la represión. En lo inmediato, lo intentarán con la citación del juez Bonadío para que La Presidenta explique una decisión rutinaria para convertirla en causa judicial. En el runrún de las redes sociales ya se perciben los ánimos de acompañarla en esta primera muestra de prepotencia del establishment. Mientras tanto, los medios hegemónicos preparan el gran titular que se difundirá por todo el planeta, en el que se regodearán con el hecho de que CFK se siente ante un tribunal. Que la convoquen para un caprichoso interrogatorio menor es un indicio de que no tienen nada contra Ella.   
Como pasó en Brasil con la detención del ex presidente Lula Da Silva. Un trámite que podrían haber resuelto con una citación, lo ejecutaron con toda la parafernalia policial para humillar su figura. Pero lograron lo que no esperaban: una muchedumbre fervorosa lo acompañó en esa instancia. “Tanto odio por poner comida en el plato de los pobres”, se lamentó Lula ante sus seguidores. En este episodio, hay una lección para nosotros. Ante las cámaras de TN, los manifestantes cariocas coreaban “Fora Macri”. No es muy difícil la traducción de este cántico. Macri significa lo mismo en todos los idiomas: la puerta de entrada de los peores intereses, no sólo para nuestro país, sino para toda la región. La puesta en escena brasilera se puede reeditar aquí, cuando el perverso entramado tribunalicio presentado como justicia independiente intente obstruir el retorno de Cristina. Las provocaciones odiadoras, el desempleo inducido y la deuda que pretenden tomar es la bomba de tiempo que están diseñando y su explosión será la pesada herencia de verdad que nos dejarán para el futuro.

5 comentarios:

  1. Gracias, Gustavo!

    Pablo López

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  2. La respuesta a todo esto está no en Macri, ni en sus políticas, está en el imperialismo norteamericano. mis consideraciones al respcto en https://lastorresdemarcos.wordpress.com/2016/03/07/el-imperialismo-y-la-teoria-del-gato-boca-arriba-cuba-tropa/

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    1. Claro, Macri es una construcción de la Embaja de Estado Unido y la de Israel. Apenas es un pelele.

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  3. disculpa, pero creo que apenas es un PENDEJO, no un pelele

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