“Conmigo no vas a perder nada de lo que tenés”, prometía Macri desde la pantalla pero, a
los tres meses de su asunción más de 100
mil ciudadanos perdieron su trabajo. “Vamos
a lograr la Pobreza Cero”, declaró muchas veces, aunque con la devaluación
y la consecuente espiral inflacionaria hay
un millón de pobres más. “No le voy a
quitar la ayuda a nadie”, pero borraron de un plumazo los subsidios a los
servicios, multiplicando hasta el
delirio las tarifas. “No vamos a
perseguir a los que piensan distinto”, pero barrieron a muchos periodistas
de los medios públicos y amenazan con
retirar la pauta oficial a los medios que los contraten. “Quiero unir a todos los argentinos”, aunque
las demonizaciones, estigmatizaciones y difamaciones salen, principalmente, de
su boca. Y así, cada uno de los lemas de campaña que le permitieron conquistar
la presidencia queda como letra muerta
ante las medidas que ha tomado el Gran Equipo hasta ahora. Un abismo entre
sus angelicales promesas de globitos y jolgorio y los primeros pasos hacia la
Argentina PRO. Y falta un montón para
que este perverso experimento termine.
Esto
no es paranoia, sino apenas recelo. Si
sus pares no confían en él, ¿por qué
deberíamos hacerlo nosotros? Entre sus místicos anticipos, está el de la lluvia de dólares que se desataría
sobre nuestras cabezas gracias a la
confianza que destila el equipo amarillo. Lo primero que decidieron fue
liberar el cepo cambiario y, como era predecible, se incrementó la fuga de divisas hasta batir un record. Después,
eliminaron las retenciones al sector agroexportador contra el compromiso de
liquidar granos y no cumplieron ni con
la mitad. Para incrementar las reservas, pusieron en venta un bono que no compró nadie. Ahora
dicen que el acuerdo con los buitres es la llave que falta para que un torrente
de verdes inunde nuestra economía.
De
todos los casilleros, éste puede ser el
más peligroso. No sólo por tomar una
de las deudas más grandes de los últimos veinte años para satisfacer a los
buitres y salir de un default en el que
no estamos, sino porque puede
alentar litigios de los acreedores del canje. “Hay mucho malhumor entre los bonistas reestructurados”, explicó
Tullio Zembo, representante de los italianos que adhirieron en 2005. No es para
menos si “los que litigan en Nueva York van a recibir el ciento por ciento y los
que entraron al canje se tendrán que conformar con el 35”.
Si
fueran –como los llama la prensa oficialista- holdouts, aceptarían el canje
pero como son buitres, consiguen que un
juez cómplice dispare su imperial poder. A mediados de 2014, la Suprema
Corte del Norte se desentendió del caprichoso fallo de Griesa y sus embargos
recorrieron el mundo. La oposición
responsable de entonces –que son los oficialistas de hoy- en lugar de comprometerse con los intereses
del país ante la injusta sentencia, se puso de parte de los carroñeros. Como
oposición responsable, hicieron todo lo
posible para desestabilizar al gobierno de CFK, confabulando en embajadas y
a través de ONGs financiadas por los propios buitres. Ahora, para conseguir una amable caricia del
implacable Mundo Financiero, los amarillos buscan que el Congreso apruebe
un acuerdo suicida que garantice la
gobernabilidad. Ahora piden a los demás que
sean lo que ellos no fueron: oposición responsable. Aunque parezca un
trabalenguas, en estos tiempos parece
más responsable ser oposición irresponsable.
Presidente o fetiche
En
estos días, diputados y senadores se han pronunciado en torno al debate sobre
la derogación de las dos leyes que permitieron reestructurar la deuda que nos había explotado en 2001. Explosión a
la que contribuyeron muchos de los que están en funciones hoy día, como el presidente del Banco Central,
Federico Sturzenegger, procesado por el Megacanje. Explosión de una deuda
de la que muchos de los que hoy deciden
nuestro futuro se han beneficiado desde la dictadura para acá. El canje de
2005 fue la reestructuración de deuda más memorable, con una quita del 65 por ciento y con pagos que se extienden hasta el
2030. La ley Cerrojo se reabrió en 2010 para que el número de bonistas
alcance al 93 por ciento. Sólo un 7 por ciento quedó afuera para obtener
mejores ganancias con una quita de apenas 25 puntos. Y Macri quiere ser el mayordomo que servirá un festín de 15 mil
millones de dólares que pagaremos entre todos.
Esta
cifra que presentan como ‘nimia’, como
calificó el diputado Eduardo Amadeo, no sólo
se convertirá en deuda concreta, sino potencial. Si los bonistas del canje,
como parece, se enfadan porque los buitres obtendrán mejores ganancias y
deciden litigar, corremos el riesgo de nuevos ataques buitrescos. Ataques que
nos puede costar una cifra cercana a los
300 mil millones de dólares. Si ocurre esto deberían ser Macri, el Gran Equipo y los legisladores
que aprueben la derogación de las leyes los que se hagan cargo de pagar.
Además,
no sólo nosotros podemos caer en el conocido infierno del endeudamiento eterno.
Expertos del Consejo de DDHH de la ONU aseguran que este arreglo puede sentar un mal precedente para otros
países que padecen extorsiones similares. Una vergüenza: nosotros que
logramos que este organismo internacional tomara una resolución histórica en
contra de la peor especulación financiera, nos
rendimos ante el chantaje traicionando a todos los que nos apoyaron. Y
encima, les damos la razón a los
enemigos de todos los pueblos. “No
son buenas noticias –concluyeron en un comunicado- porque dificultará la solución de las crisis de la deuda de una manera
justa, oportuna y eficiente”.
A
pesar de todos los riesgos y advertencias, para el gobierno amarillo éste es el
único camino para llegar al país que proponen. Según han asegurado, no hay plan B. Si esto no sale, todo se desmorona, los globos se desinflan y las
cumbias fiesteras mutan en melodías fúnebres. En cambio, si se derogan las
leyes que protegen nuestra soberanía, los inversores van a saturar los vuelos y
los dólares desbordarán el banco central. Sin embargo, cada vez que renunciamos a la soberanía, nos fue mal. Siempre que
nos hemos abierto al mundo, terminamos
desangrados.
En
los primeros tres meses de gobierno, Macri
ha demostrado que no gobierna para la mayoría, ni siquiera para todos los
que lo votaron. Por el contrario, cada
vez son más los que padecen las consecuencias de la invasión amarilla.
Caída del consumo, fuga de divisas, devaluación y desempleo conforman un combo que no nos conducirá hacia la
alegría, sino para el otro lado. Enrique Dussel, en “Para una política de la liberación”, explica que “el poder fetichizado de la elite o el
Estado liberal dice estar al servicio del pueblo pero siempre a través del cumplimiento primero de sus propios intereses”.
El fetiche encarna un poder que se
opone a los intereses del pueblo que lo eligió para ocupar ese espacio.
Que
en tres meses haya más de 100 mil despedidos es un record que no nos merecemos.
Y por lo que parece, habrá cifras superadoras. Nada de lo que están haciendo nos beneficia en nada. Si diputados y
senadores piensan avalar el acuerdo con los buitres para garantizar la
gobernabilidad, se están convirtiendo en
cómplices del futuro descalabro. La mejor manera de garantizar nuestro
futuro es rechazar a los chantajistas para honrar a los acreedores que
confiaron en nosotros. Y los buitres, que
sigan aleteando hasta que mueran de cansancio.
Nos están endeudando de por vida, esta deuda no la pagan ni nuestros nietos ni bisnietos, Es tristísimo, además tener que soportar la traición de nuestros representantes, vergüenza ajena. Entregar al país es lo que prometió para ganar las elecciones, gobierna para unos pocos de esto ya ha dado sobradas muestras. El pueblo se opone ayer en la puerta del Senado miles de carteles pidiendo "NO A LOS BUITRES"ËL PUEBLO LOS JUZGARA". Hoy se multiplicaron las rejas están abarrotadas de carteles anónimos de organizaciones, de entidades. Los mail a Diputados son miles por día algunos escriben con propiedad otros amenazantes y hasta con insultos, se contesta uno por uno. No creo que podamos hacer nada, ya están tranzando con senadores del FPV mas el FR que apoya. Todos Traidores a la Patria nunca mas podrán caminar tranquilos. Sufrirán el escarnio público
ResponderBorrarLa irresponsabilidad de diputados y senadores respecto al tema es enorme. En el medio están los gobernadores que por un poco de recursos hacen cualquier morisqueta, cuando en realidad la coparticipación es obligatoria. Si esto sale mal, terminaremos peor que nunca.
ResponderBorrarNo es un poco exagerado ese planteo? Si pagamos la deuda podemos crecer. Roberto Arroyo
BorrarNaciste ayer ?... No te acordás TODO lo que prometieron con el magacanje y el blindaje y como íbamos a crecer?... No acordas del penoso De la Rua y del megalómano y demente Cavallo?... Sabés para qué nos endeudamos ?... para que el Gran Equipo, entre las comisiones y toda la plata que va a robar, se aseguren (ellos) varias generaciones de descendientes de esas lacras y, mientras tanto, nosotros pagaremos la deuda y sobreviviremos penosamente.
BorrarNo es una deuda, sino una extorsión. Además se no vienen los bonistas encima para cobrar en similar trato y nos hunden para siempre
ResponderBorrarChile, Uruguay, Colombia, y el resto de los países
ResponderBorraremiten bonos y no están hundidos para siempre. Que gratis que es hablar bolucedes.
La desigualdad en Perú, Colombiana y Chile es pasmosa. La discusión no es si tomar o no deuda, si no para qué y con qué riesgo. Falla tu comprensión lectora.
BorrarColombia, no colombiana
BorrarNo hay Plan B porque no hay Plan A(utonomia): Desarrollo promoviendo el Consumo e Industria Nacional.Solo asi podemos emitir Deuda Soberana para CRECER. Ahora impusieron Fuga Liberada y Bicicleta Financiera. Los Bonos a los Buitres terminaran pagados con las Reservas e YPF.Vamos a un nuevo 2001
ResponderBorrar