miércoles, 2 de marzo de 2016

El puente del Ingeniero



Si la intención del empresidente Macri es unir al país, su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso parecía buscar todo lo contrario. De los 63 minutos que duró su balbuceante lectura, dedicó más de la mitad a denostar a sus predecesores con falacias y calificaciones inadmisibles. Además, mientras sus admiradores aplaudían como focas cada sandez recitada, trabajadores de La Bancaria eran reprimidos a pocas cuadras de la Plaza Congreso. También, ante algunos gritos de diputados kirchneristas, Macri pidió que “se respete el voto del pueblo”, justo él, que despreció la voluntad popular a lo largo de estos doce años y hasta contribuyó a horadar la legitimidad de Néstor y Cristina. Justo él, que ganó las elecciones a fuerza de mentiras mediáticas y propias. Pero su alocución no sólo abundó en falsedades: como siempre, hipocresía y cinismo se engarzan en cada palabra, nutren cada gesto porque es la impronta que nos acompañará en los largos meses que nos quedan de gobierno amarillo.
Aunque presentó su apertura como una “hoja de ruta”, apenas esbozó un nuevo cierre de campaña. Como era previsible, ganó la tentación de explayarse sobre la pesada herencia, contra la propuesta del gurú ecuatoriano, Jaime Durán Barba, que no era partidario de esa idea. A pesar de que estamos padeciendo las consecuencias de decisiones propias, Macri se preocupó por culpar de todo a la gestión anterior. Según la óptica PRO, el gobierno anterior hizo todo mal, algo tan pueril como afirmar lo contrario. El inventario que realizó parecía más la delación de un niño encaprichado que la evaluación de un Jefe de Estado. Agresivo, soberbio y provocador, además de mentiroso.
Hablar de recesión cuando en 2015 la economía argentina creció entre un 1,5 por ciento según el FMI y un 1,7, de acuerdo a Orlando Ferreres, es falsear el diagnóstico. Afirmar que la inflación venía en alza cuando los datos de la CABA anuncian que pasó de 33,6 en 2014 al 19,7 por ciento en 2015 es disfrazar la torpeza de sus primeras decisiones. Hasta el Índice Congreso que elaboraba Jorge Todesca –hoy al frente del INDEC- y difundían, gozosas, Patricia Bullrich y Laura Alonso desmiente a Macri, pues señalaba un retroceso inflacionario del 33,5 al 20,4 por ciento. Y también cuando habló del déficit fiscal incurrió en una contradicción, no en relación a datos kirchneristas, sino con lo que había anunciado el ministro Alfonso Prat Gay: el 2,3 inicial se transformó en un nutrido 7 por ciento del PBI. Y así todo, con datos errados y exageraciones patéticas, como “cuesta encontrar un papel”, que quedará para el archivo del ridículo.
Pero esa fábula del pasado no sólo ha servido para horadar la legitimidad de Cristina y convertir al neo patricio en Ocupante de La Rosada, sino también justifica todo lo que vendrá. La espiral inflacionaria que estamos padeciendo seguirá siendo culpa de La Presidenta y no de la devaluación o la eliminación del cepo, las retenciones y las restricciones al comercio exterior. Aunque el desempleo había disminuido al seis por ciento, su crecimiento también será culpa de Cristina, a pesar de que la ola de despidos es una iniciativa amarilla. Una cosa de locos: Macri ya es oficialismo, sin embargo sigue actuando como opositor a un gobierno que ya no está.
Lecciones para mañana
No sólo de un pasado fabulario habló Macri en su discurso inicial. También, de un futuro cargado de buenas intenciones pero con procedimientos inasibles. Después de denostar al kirchnerismo, instó a “buscar coincidencias para alcanzar una Argentina desarrollada y con bienestar para nuestra gente”. Y esto no es un fallido porque estaba escrito. Sin dudas, ‘nuestra gente’ evoca aquella serie de afiches con el lema “vos sos bienvenido”. Como ya podemos verificar, no todos los argentinos cabemos en ese ‘nuestra gente’. Aquellos que insistan con reinstalar el kirchnerismo en estas tierras no formarán parte de ese selecto grupo, tan selecto como la escueta muchedumbre que se aproximó al Congreso para acompañar el discurso inaugural. Esto es cinismo, porque manifiesta su desprecio sin pudor, después de haber manifestado su intención de construir un puente. Y es hipocresía que, después de haber endilgado todos los males a Cristina, recite su propuesta de “abandonar la lógica de buscar el enemigo y responsable interno o externo de cómo estamos”.
El país del futuro no incluye al kirchnerismo. Si bien los amarillos no se atreven a su proscripción, tratan de anularlo por todos los medios. Quizá por esto Francisco trazó una similitud con el golpe del ’55, que con el pomposo apodo de Revolución Libertadora –fusiladora, en la memoria colectiva- destronó a Perón y lo alejó 18 años del país. Una lejanía más física que emocional. Mientras más trataban de alejarlo, más hondo calaba en el corazón colectivo. Al macrismo no le da el cuero ni el consenso para la proscripción y menos para los fusilamientos en la vida real. Pero los medios hegemónicos fusilan sin sangre y desaparecen personas con sólo dejar de nombrarlas. Hasta transforman el nefasto “algo habrán hecho” en el moderno “son ñoquis y militantes K”. Más sofisticados que las FFAA pero al servicio de la misma minoría.     
La proscripción del kirchnerismo no tomará la forma de la prohibición. Por ahora, sólo se han atrevido a quitar el ‘Kirchner’ del edificio del Correo. Sólo basta con que los medios acólitos asocien esa fuerza política con todo lo malo que ha sucedido y pueda suceder. Con unos cuantos titulares denuncistas por semana alcanza para demonizar a algunos ex funcionarios. Y para coronar el destierro, siempre tienen a mano algún juez que convierta una denuncia periodística sin demasiado fundamento en una causa judicial insostenible pero eterna.
Ahora lograron mover un poco el polvo con la causa Nisman para orientar el estiércol al terreno que mejor manejan: la justicia federal. Con 15 horas de delirios y especulaciones, el ex espía Antonio Stiusso logró que la jueza Fabiana Palmaghini se declare incompetente para que la hipótesis del homicidio comience a tomar fuerza. Un asesinato de realización imposible que no dejó una sola pista para los peritos. El objetivo no es buscar la verdad, como declaró Macri en su discurso, sino encontrar un culpable que salpique a Cristina lo más posible. Sin los kirchneristas, el establishment podrá gobernar a su antojo los destinos del país y ahí perdemos todos. No sólo en los próximos años, sino para siempre.
Como no entienden mucho de historia o desdeñan lo que va más allá del Billiken, ignoran sus principales lecciones. Por más que mientan en 3D, las bondades del modelo de manual que están aplicando no alcanzarán a una parte importante de la ciudadanía. Por más que los noticieros se vistan de rosa y transmitan ficciones informativas en HD, no podrán disfrazar el drama cotidiano que muchos ya están padeciendo desde hace unas semanas. Aunque los hayan engañado durante la campaña, los globos no podrán ocultar las dificultades por venir. Y la memoria se despierta, la comparación se activa y la conclusión inevitable será con Cristina estábamos mejor.
Si en tiempos de Los Kirchner cada día ascendíamos un escaloncito en nuestra dignidad, con Macri y el Gran Equipo será todo lo contrario. Entonces, no habrá monopolio ni decisión judicial que impida al pueblo retomar el camino hacia su liberación definitiva.

7 comentarios:

  1. No le sacaría ni pondría una coma. Completamente identificado con lo q escribiste. Abrazo, Julio

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    1. Macri actúa como opositor siendo oficialista... Gran lectura del panorama politico actual, Gustavo. Acuerdo completamente, como con cada una de tus columnas. Abrazo.

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    2. Si, esa idea es increible. No puede actuar como oficialista porque no tiene nada para defender. Su estilo sólo tiene sentido en contra de algo.

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  2. Admirable comentario, comparto todo lo expresado, me hace sentir muy bien, lo felicito.

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  3. Comparto Gustavo lo expuesto,me agarra escalofríos c/nombra el 55,lo viví d cerca c/solo 7 años dentro d 1escuela franciscana c/los milicos armados corriendo x los patios,y los helicópteros sobrevolando,tb en casa xq el viejo era delegado en el frigorífico Swift,fue tenebrosa e inolvidable esa parte d mi vida.Hoy gracias a vs idiotas,retornan los vástagos d aquellos angurrientos.Sabe q Gustavo,estos 12 años d gobierno kirchnerista lograron q la juventud participe,(y esos no son fáciles d arrear)si pasó eso,es xq "mala no fue la gestión".Si fuese otro podría decir,q importa lo q haga este tipo,a mi no me afecta,pero me mata pensar q a mis hijos y nietos le quedará un pais destruído.No puedo creer c/todavía algunos dicen q demos "tiempo"?Este muchacho gerenció vs empresas q "papi" le dió a "manejar"....y "las chocó todas"!!.....dar más tiempo?...abrazo Gustavo

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  4. Excelente descripcion.Me identifico con todo. Difundamos para despertar cada vez más conciencias.

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