La
perfección debe ser un embole. Por
suerte, ningún ser humano podrá
experimentar jamás ese estado ideal, inventado por algunos iluminados en el Medioevo para generar
un complejo de inferioridad en los mortales. Algunos dirán que sólo la
Naturaleza es perfecta, aunque tenga asperezas, fealdad, caducidad y fallas.
¿En qué sentido es perfecto el irregular,
rugoso y multicolor tronco de un árbol? Nada es perfecto porque ese
concepto es una abstracción que sólo
busca degradar lo humano. Empero, a pesar de su imposibilidad pragmática,
siempre está presente como una comparación
despectiva. No para que mejoremos, sino para que nos revolquemos en nuestra perpetua imperfección. Porque la
perfección no es como la utopía que, como decía Galeano, nos ayuda a caminar. La perfección humilla porque nunca estará a nuestro alcance.
Si
lo sabremos nosotros, educados en el lejano Sur para orientar nuestra mirada
hacia el mundo del que nos independizamos, como
europeos condenados a padecer el exilio en tierras bárbaras. ¡Qué lejos
estamos del país del querido Rey!, aunque
esté sumergido en una crisis peor que la
nuestra. ¡Qué horribles nos vemos en el espejo que imponen los que quieren someternos! Antes, desde el gobierno de la
CABA, se buscaba denostar al kirchnerismo, con la amplificación monstruosa de los medios dominantes. Desde la
asunción de Macri, esa impronta se propala a todo el país para flagelarnos por los últimos doce años de
nuestra historia.
Ahora,
la mitad del país debe observar atentamente cómo se construye la Argentina PRO para
que en el futuro no cometa el error de
elegir caudillos provincianos que portan populismo
en todos sus poros. Aunque el kirchnerismo redujo a la mitad la pobreza
recibida, bajó el desempleo hasta batir un récord, duplicó la capacidad
industrial y realizó obra pública como ningún otro gobierno desde el retorno a
la democracia, el arrepentimiento por
votar esos proyectos debería ser eterno. Aunque no se pueda comprobar
ningún delito cometido por Cristina y sus secuaces, el Círculo Rojo
representado por Macri decreta que son
todos corruptos y no merecen ocupar cargos públicos en el futuro. La
pantalla se encarga de mostrar ejemplos demoledores: bolsos, bóvedas y dragones
son los contenedores habituales de dineros
mal habidos que nunca se encuentran. Y un puñado de jueces y fiscales
consustanciados con el oligárquico ideario se dedican día y noche a dibujar alucinantes causas para potenciar
sospechas infundadas. Los angelicales Ceos han descendido a estas tierras profanadas para iluminar el
sendero hacia el paraíso neoliberal, donde todo
es tan perfecto que hasta la pobreza tiene brillo.
La revolución de los incompatibles
Los
gerentes de La Rosada nos enseñan que un
país perfecto se construye en inglés. El empresidente Macri inauguró el mini Davos con un video en el que
maestras, obreros y trabajadores hablan en inglés. Él mismo dirigió unas
palabras en esa lengua, tartamudeadas y
mal pronunciadas como cuando lo hace en castellano. Los concurrentes
recibieron un libro en donde se explica las bondades de Argentina que, en
inglés, no incluye pesada herencia alguna.
Hasta los periodistas debían formular preguntas en inglés para no incomodar a los visitantes. El
Centro Cultural Kirchner, construido para difundir las expresiones artísticas
de estas latitudes, se transformó –ceocracia mediante- en una sucursal del Norte para rematar nuestros bienes al mejor postor.
Los
PRO desplegaron su normalidad foránea sin subtítulos para que no entendamos lo que se cocinó en la Ballena Azul, el impresionante auditorio
inaugurado el año pasado por Cristina y vedado
por los amarillos para el público hispanoparlante. Allí, los ministros
pusieron a disposición de los empresarios extranjeros los ministerios que
tienen a su cargo. Hasta Aranguren, de Energía, prometió el autogobierno para el
sector que debería gestionar. Aranguren, que ahora se ha convertido en un ejemplo por desprenderse de las acciones de
Shell. En realidad, nunca debería haber asumido un personaje así en la
función pública. Sin acciones es lo mismo: patea a favor de los intereses empresariales y no del conjunto de los
ciudadanos que paga su sueldo superior
a los 200 mil pesos.
La
Ley de Ética Pública establece que hay un conflicto de intereses desde el
momento mismo en que Aranguren fue elegido. Y no es el único. Casi todos están en conflicto porque sus
intereses no son los nuestros. El mini Davos fue organizado por Richard
Attias, un empresario marroquí tan off
shore como Macri y muchos de sus funcionarios. Attias está en contra de los
impuestos, al igual que Macri y todos los grandes empresarios. Ellos siempre se manifiestan contra el Estado
y ahora que lo administran el resultado es predecible: simulan reclamar su
retirada, aunque en realidad pretenden
convertirlo en facilitador de sus negocios. Un clamor del mini Davos se
convertirá en un objetivo de los Ocupantes Ocasionales de La Rosada: la precarización laboral será una nueva
condición para desplegar la lluvia de dólares que aún no se asoma. ¿Cuántas
zanahorias más pondrán delante de nuestras narices mientras horadan nuestra dignidad y se llevan nuestras riquezas?
El
país perfecto que nos imponen los PRO no derramará su perfección a todos los
argentinos. Sólo es un plan para trasladar
la crisis del Norte hacia estas latitudes y hacer que nos convirtamos
nuevamente en una colonia. Macri nos integra al mundo para que volvamos a ser los mejores alumnos,
aunque las condiciones de vida sean deplorables. La pesada herencia no es lo
que van a corregir, sino lo que debemos
olvidar. La pesada herencia es el botín que ofrecen a cambio de inversiones
que sólo engrosarán cuentas en paraísos
fiscales. La compatibilidad no debería medirse por la cantidad de acciones
en una multinacional, sino por la
intención de gobernar para todos los argentinos. Por eso, todos los PRO son
incompatibles.
El mini Davos es el plan de gobierno de Macri: Traigan plata que los gerentes se encargaran de fugarla. Por distraccion de un porcentaje considerable de votantes volvimos a caer en la trampa. Tenemos que frenarlos para no terminar como en 2001. Juan Carlos Ramos
ResponderBorrarParafraseando a Exupery, eres responsable de lo que elegiste... ¿Distracción? buena excusa para el que los lleva en el alma pero no sabe cómo explicarlos. Lamentablemente nos hundiremos juntos.
BorrarIncompatible es el anzuelo a empresarios asistentes al " Davosito" mencionando cifras de logros y eficiencias del gobierno K...mientras todos los días para el mercado interno,echan la culpa de su impericia gubernamental a la "pesada herencia"...Incoherentes medulares
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