lunes, 14 de noviembre de 2016

El Día de la Mentira



A un año del debate presidencial –en donde Macri realizó una síntesis de las promesas que no pensaba cumplir- no son pocas las señales de alarma. Recesión económica, malestar social y temor por el futuro son las principales claves para abordar el presente. Prepotencia, inexperiencia y angurria son las explicaciones más comunes para esta crisis fabricada por el gobierno amarillo. También insensibilidad, aunque Macri intente lagrimear con todas sus fuerzas mientras habla de la pobreza en una entrevista televisiva, después de haber manifestado su intención de ser reelegido y, a la vez, fantasear con su retiro en el extranjero. Todo en una toma. Bastante cinismo: el Jefe de Gabinete, Marcos Peña asegura que la trascendencia de la candidatura de CFK en las elecciones legislativas es mínima, aunque no saben qué hacer para sacársela de encima. Y bastante torpeza: el senador del PRO y ex presidente por medio día, Federico Pinedo reclama un aumento en su dieta de 84 mil pesos porque la Revolución de la Alegría ha deteriorado su poder adquisitivo. Contradicciones y absurdos de un Gran Equipo que afirma que todo va bien aunque sus premoniciones sobre el segundo semestre quedarán para una dimensión paralela. A un año ya del famoso debate, una parte importante de los argentinos descubrimos la estafa y no sabemos cómo advertir al resto que el iceberg se aproxima para una colisión histórica.
Después de todo esto y de haber pifiado con el futuro presidente de EEUU, los PRO responden como mejor saben: con el clásico timbreo. Aunque sólo unos pocos hechizados creen en la veracidad de esa puesta en escena, esta vez no avisaron a la prensa en qué zonas efectuarían sus sorpresivas visitas preparadas. En la anterior pantomima, hasta en los medios apologistas se filtraron algunas escenas de impaciencia y quejas de vecinos adeptos un poco decepcionados. El control del simulacro debe ser absoluto: ya no alcanza con la tensa simpatía y la sorpresa fingida de un ama de casa de verdad; ya no convence ubicar pasajeros alquilados en un viaje de mentira; ya no engaña poner falsos alumnos en un acto escolar y vestir con mameluco a un actor desconocido para que haga de obrero. La vida real no armoniza con el amarillo PRO y es por eso que cada vez más deben apelar a la ficción de una escenografía para simular proximidad.
Analogía entre líderes
Los actos públicos en soledad de Macri resultan tan patéticos como sus prolíficos chistes de ocasión. Las vallas de protección no son necesarias porque ni los que quieren descargar su bronca se acercan. Los primeros planos abundan en las coberturas mediáticas oficiales porque las panorámicas demostrarían una desolación apocalíptica. Una postal un poco extraña para un gobierno que aún no ha cumplido un año y que obtuvo el 51 por ciento de los votos. El entusiasmo del cambio se está desinflando como un globo antes de la fiestita.
Pese a que reniega de las muchedumbres, le gustaría ser aclamado por una plaza colmada de fervientes seguidores. A duras penas logró llenar hasta la pirámide el día de su asunción, con un público más interesado en sus contoneos cumbieros que en su discurso no político. Los cacerolazos multifacéticos y la Marcha de los Paraguas no cuentan como convocatorias de su exclusivo liderazgo porque sin el fogoneo de los medios no hubieran sido posibles. Cuando se cumplieron los primeros cien días de su gobierno, los voluntarios amarillos salieron a las calles para festejar y eran tan pocos que terminaron el jolgorio en una pizzería. Si están preparando alguna celebración para el primer aniversario lo tendrán que hacer en privado con invitados selectos y algunos extras porque de multitudes ni hablar.
Las comparaciones son odiosas, dicen los que salen desfavorecidos con ellas. A pesar de las demonizaciones y las acusaciones caprichosas de los jueces comprometidos con la persecución, Cristina sigue convocando multitudes. El jueves pasado estuvo en el acto de inauguración de la carrera de Economía en la Universidad Arturo Jauretche, uno de los 17 centros de estudio creados durante sus mandatos. La localidad de Florencio Varela nunca había visto tanta gente junta. Ante el mar de corazones que poblaba las calles, La Presidenta advirtió que el modelo del Cambio “nos hace más vulnerables a los vendavales económicos externos”. Por si no se entiende, la indiscriminada apertura comercial y el brutal endeudamiento externo no contribuirán al desarrollo y, por ende, a la generación de empleo.
Encima, esta ceocracia -negada por el empre-funcionario Mario Quintana- ha bombardeado el consumo desde el inicio de su gestión para realizar una descomunal transferencia de recursos a las empresas. Con excusas banales y clasistas el Gran Equipo ha reducido con la devaluación, la quita de retenciones y los despidos lo que hasta hace un año era el verdadero motor del desarrollo: el consumo popular. Si el poder adquisitivo del senador Pinedo está en dificultades, no es un desafío imaginar las que debe afrontar un asalariado promedio que percibe la décima parte. Y si la inflación, potenciada por la inexperiencia o la crueldad de las fuerzas gobernantes, produjo en poco tiempo la mayor recesión de que se tenga memoria, siguen por ese camino al cancelar la tarjeta Argenta, la manera que tenían los jubilados para brindarse ciertos bienes con créditos blandos. Brutos o malos. O las dos cosas, lo que sería peor.
No es la primera vez que lo dice. Cuando CFK abre la boca es para que los escuchas graben a fuego sus palabras. No apela a recitados escritos por publicistas o guionistas de ficción ni a amorosas frases de ocasión más propias de un pastor o un gurú. “El libremercado no existe –sintetizó Cristina- La economía la dirige el Estado siempre, lo único que cambia es que lo puede hacer a favor de las mayorías o manejado por las corporaciones”. La segunda opción fue la elegida por la ceocracia de Mauricio Macri, por eso sus principales decisiones apuntan a multiplicar las ganancias de las grandes empresas. Un ejemplo reciente es la condonación de la deuda que los distribuidores de electricidad tenían con Camesa, la mayorista estatal. ¿Cuántos jardines de infantes se podrían construir con esos 20 mil millones de pesos que perdona Macri para beneficiar a muchos de sus amigotes?
Si el empresidente hubiera dicho en campaña que el tarifazo que Scioli denunciaba se convertiría en realidad, ¿cuántos votantes lo habrían acompañado? ¿Por qué no pronunció en el famoso debate alguna de esas frases condenatorias del consumo popular? ¿Por qué eso de “los sectores medios adquirían más de lo que les correspondía” no estuvo presente en ninguno de los spot de campaña? Todos los candidatos prometían respetar al que piensa distinto y una vez que asumieron de sus bocas salió lo de la grasa militante y los vagos del Estado. Todos lagrimeaban y estrangulaban la voz cuando se comprometían a unir a los argentinos y están dividiendo el país como en los peores tiempos. Todos se comprometían a respetar las instituciones pero los decretazos y la obediencia judicial, parlamentaria y sindical son el pan de cada día. La represión y la cárcel son las respuestas para el que ose desafiar este insólito camino hacia la desigualdad.
El gobierno de Macri es una estafa que se ejecutó con muchos actores: políticos, jueces, fiscales y periodistas. El debate del que se cumple un año es la síntesis perfecta de esa burla. Mientras los medios cómplices perpetúan el engaño con un blindaje obsceno, diputados y senadores garantizan la gobernanza de un Equipo que está muy lejos de ser el mejor. En la calle, el descontento crece y las víctimas se multiplican. La luz al final del túnel está cada vez más lejos y más parece un incendio que un luminoso paraíso. Los engañados, por ahora, guardan un doloroso silencio.

6 comentarios:

  1. Lo que pasó desde el debate hasta hoy es un atropello a la Democracia. Además de las mentiras alevosas para ganar las elecciones, todos los actores comenzaron a orbitar en torno del poder para desplazar a Cristina. Quieren eliminarla de la memoria colectiva pero a la vez la necesitan. No saben qué hacer. Sólo falta que el pueblo despierte para recuperar el país que nos están robando.

    Javier Bermúdez

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  2. Bueno, mentir, todos mentimos alguna vez e incluso algunas veces nos consolamos pensando que, justo, mientiendo, somos más "buenos".
    ¿A nadie le pasó esa imperiosa necesidad de mandarse el bolazo de que fulanita "es una chica muy dulce", negando el verdadero diagnóstico, es fulera, pero pasable (tal vez).
    El cumpleaños de mañana no es sobre mentiras, o sí, pero son mentiras con una finalidad asquerosa, estafar a todo un país, vender gato (roñoso, podrido) por liebre y pudrirle la vida a millones. Salú, mau, pa´la próxima, tragate bien el bigote, el pegamento y hacé algo bueno, una vez, nomás....

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  3. Comparar a Cristina con Macri es hacer trampa. El "burro" queda desfavorecido ante Ella. En todo sentido. Espero que esta pesadilla dure lo menos posible. Mirta

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    1. No Mirta. No cometa las mismas torpezas que ellos. Qué le ha hecho esos nobles cuadrúpedos -los burros- para tal comparación. Ram

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  4. "El gobierno de Macri es una estafa que se ejecutó con muchos actores: políticos, jueces, fiscales y periodistas."

    Cuanta verdad! No quedan actores políticos como Boudou, Moreno, Capitanich, Anibal. Héroes de la patria.

    Un buen juez era Oyarbide, o Zaffaroni, donde quedaron esos que daban la vida por el honor y su país.

    Pfff, fiscales! Como se llama ese de barba? El impresentable de Campagnoli. Verguenza nacional.

    Perioditas fueron Barragán, Verbitsky, Victor Hugo. Modelos de coherencia y valores profundos. Un ejemplar trabajo de Pablo Rago y Gabriel Schulz en TVR. Libertad de expresión de la que nos gusta.

    Lo importante es que cada vez somos más. Cada vez más políticos se unen al Kirchnerismo y pronto Massa va a volver y nos va a ayudar a ganar la próxima elección.

    Ernesto

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  5. Es cierto....la vida real no armoniza con el amarillo Pro...¡Apuntes Discontinuos! lo voy a llevar Un fuerte abrazo!!!

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