Pocos argentinos
pondrían en dudas quién es el presidente. Casi nadie en la calle pronunciaría
otro nombre más que el de Mauricio Macri. Lo ponderarán o cuestionarán, pondrán
flores ante su retrato o arrojarán dardos, pero
sin dejar de reconocer que es el único legitimado por el voto para calzar la
banda presidencial. Para bien o para mal, un hecho indiscutible: Macri
gobierna. Sin embargo, sus decisiones
responden a un plan que no es propio. Quizá, en parte sí, pero no en su
totalidad. Si bien sus empresas y las que ligan a muchos de sus funcionarios se
han beneficiado con casi todas las medidas del Gran Equipo, el gran ganador ni aparece por La Rosada SA.
En poco más de un año y medio, el Grupo Clarín ha expandido sus tentáculos al punto
de convertir en agobiante la
comunicación del futuro. Y esto no es chiste: en breve nuestros bolsillos estarán a merced de las angurrias de sus
directivos y nuestras vidas bailarán
al ritmo de sus patrañas. No sólo nosotros seremos sus víctimas, sino también
Macri y cualquiera que pongamos en ese
cargo.
Hoy parecen gobernar los que nunca
votaríamos. No por
contar o no con nuestras preferencias sino porque no necesitan presentarse a elecciones para hacer realidad el país que
anhelan. Sus titulares se convierten en decretos, leyes o sentencias. Desde sus notas de opinión inspiran a los
funcionarios. Con sus denuncias rimbombantes condicionan la voluntad
popular. Si no son los archivos será la imaginación de sus escribas los que amenacen a los representantes,
fiscales y jueces que intenten ponerse en su camino. Los funcionarios no
importan porque fueron elegidos desde el
sillón donde Héctor Magneto acomoda su perversa humanidad día tras día. Cualquier
otro sitio sería un puesto menor, como
dicen que le contestó a Menem.
Por la
presidencia que le ayudó a conquistar, Macri
está obligado a ser agradecido, aunque eso signifique servir sin
chistar los manjares que apetezca. El poder del Ingeniero está sostenido por
esa antidemocrática alianza. Mientras
la gestión facilite sus negocios, el
romance mediático transitará por un
armónico sendero pleno de escuderos y apologistas. En cuanto aparezca un “¿no es mucho?”, las tapas comenzarán a socavar tanta armonía. A pedido de Clarín,
Macri sacrificó la esencia anti
monopólica de la Ley de SCA, le regaló la administración del tan denostado ARSAT, autorizó su salto
a la telefonía móvil, operó para
devolverle el fútbol y quizá se desentienda de su desembarco en la
telefonía fija. Como resultado de tantas concesiones, más de la mitad de la población se convertirá en cliente. Con semejante potencia comunicacional y
tamaña prepotencia simbólica, la
democracia que tanto costó construir corre peligro de extinción.
Hacia el despertar de los cautivos
Desde que tomó
las riendas del diario a fines de los sesenta, Magneto quiso conquistar mucho más. Con la apropiación de Papel
Prensa –en complicidad con la dictadura y delitos de Lesa Humanidad de por
medio-, Clarín logró domesticar a los
diarios del país y con la ventaja de un mejor precio, se posicionó como el
Gran Diario Argentino. En los noventa, legalizó
la titularidad de Radio Mitre y obtuvo casi gratis Canal 13. Desde la TV
por cable inventó el fútbol televisado y cuando
lo convirtió en hábito, eliminó, debilitó o absorbió a sus competidores para
captar más abonados. Finalmente, hizo de un
deporte popular un espectáculo de lujo saturado de codificaciones. El
Fútbol Para Todos interrumpió sus negocios y ahí se puede explicar parte de la inquina hacia el gobierno de
CFK. Macri llegó para normalizar el
país: “si querés ver fútbol gratis, viajá
a Cuba”, escupió una vez un periodista deportivo cercano al PRO.
Pero no se
conforma con eso: necesita una venganza,
aunque para ello deba poblar las
cárceles de kirchneristas y cualquiera que se aproxime a ese ideario.
Mientras el desempleo crece, el poder adquisitivo se derrumba y la pobreza se
torna alarmante, sus usinas de estiércol
no paran de estigmatizar y prometer. Mientras los precios, los servicios y
el dólar se persiguen por una espiral inflacionaria, sus peones y alfiles sacan de las galeras denuncias desechadas hace
tiempo para convertirlas en noticias estridentes. Mientras la alegría de
esta revolución se escapa como arena entre los dedos, no cesa de poner caras a los prejuicios de su público
cautivo para que nunca más el modelo que nos sacó del pantano vuelva a poner en peligro el poderío de su
emporio.
Sin pudor, oculta
este presente nefasto con el pasado que
inventa y minimiza las barbaridades verbales del empresidente Macri y sus secuaces. Hasta las más flagrantes mentiras le perdona, como ésa de que “en diciembre de 2015 teníamos reservas
negativas”. Una patraña que sólo un
incauto puede tomar como seria. Y convierte en frases célebres sus más pueriles y fanáticas moralejas,
como lo de “la mafia de los juicios
laborales que destruye puestos de trabajo”. Por último, acompaña sus hipócritas y desvergonzados lamentos
sobre el deterioro de la vida de los argentinos, cuando ya sabemos que es el paso necesario para obligar a los
trabajadores a que acepten las peores condiciones.
Sabedor de que
sus colonizados televidentes confían en la realidad que construye y jamás espían canales que la contradigan,
esconde como puede las consecuencias del
cambio. Si ya es muy caro viajar en verano, en Clarín publican una doble
página sobre los más maravillosos
rincones de la ciudad. Si el precio del transporte público ya no está al
alcance de todos, ponen en tapa investigaciones amañadas sobre lo saludable que es caminar o trasladarse
en bicicleta. Si el asado de los domingos se ha convertido en una utopía, difunden recetas vegetarianas y si las
verduras trepan al cielo, enseñan a reconocer
entre los yuyos del baldío alguna hierba comestible. Y desde el diario,
gracias a su cadena de medios y sus acólitos, estas obvias manipulaciones se
convierten en ideas prácticas para
sobrevivir a esta hecatombe que es tan funcional a sus negocios.
La tan cacareada pluralidad de voces está en peligro con
una empresa comunicacional de semejante tamaño. El derecho a la información es pisoteado cuando la mentira se presenta
como noticia y se forma opinión
pública en base a ella. La democracia se debilita cuando las decisiones se
toman en la sala de redacción de un diario. Como en la película del mexicano
Luis Estrada, “La dictadura perfecta”, que
muestra el poder de un canal para
convertir a un corrupto y mafioso gobernador en un adorable presidente. Ni
las leyes pueden contener su poder de daño, como la historia puede demostrar;
ni la Justicia osa condenar sus crímenes, como
el sobreseimiento en la causa Papel Prensa. Sólo en el despertar de los cautivos puede haber esperanzas o al menos de
algunos. Si no, en breve, estaremos como ese pueblo de Córdoba, la provincia que regaló el triunfo a
Macri-Clarín, que está a punto de ser demolido.
Siguiendo su post, Gustavo, podríamos pensar que aunque formalmente haya UN presidente, en la realidad real podríamos hablar de DOS, el formal y tristemente célebre y el informal pero concreto, además de siniestro, prudentemente lejano de las luces directas.
ResponderBorrarQue el panorama sea desolador no implica que sea inmodificable ni, mucho menos, eterno. ¿Qué sentido tendría pensar en un mundo mejor si esta porquería fuera definitiva?.
Ya que de mundo hablemos, es en este mundo que dictaduras, más en serio y con mejores talentos que ésta se han derrumbado estrepitosamente, gratis nunca pero sí completamente.
Ya es un buen antecedente que todo el andamiaje dependa (o parezca depender) de DOS personajes, muy poquito si piensa en ese viejo refrán del "que mucho abarca, poco aprieta" y el propio paso del tiempo más la angurria desenfrenada terminan siendo un "adhesivo" mucho peor que el moco... son "líderes" a los que es mucho más fácil detestar que amar (un decir), no van a ser extrañados cuando la taba cambie al caer...
La joda son los "cautivos"... proceso dificil ése el del autoconvencimiento que no son los otros los idiotas, sino que fuiste vos, pajarón. Ya les llegará.
brillante Gustavo! sonara antidemocratico de mi parte pero no es mi presidente, no lo reconozco como tal, mas bien es mi pesadilla cotidiana desde hace años cuando empece a enfrentarlo en la ciudad por la destrucción del arbolado publico y la persecución de indigentes, me arruino la vida como vecina ahora me la esta arruinando como ciudadana, no puedo ni escucharlo, igual no me pierdo nada, es un arado oxidado y los medios que lo auspician
ResponderBorrarme resultan insufribles, bueno resistiremos y los veremos caer, tengamos esperanza, esto tiene que terminar pronto-abrazos
EXCELENTE DESCRIPCIÓN DE LOS HECHOS POLITICOS Y ECONOMICOS QUE NOS AQUEJAN, ME GUSTARÍA SE HICIERA UN ANALISIS DEL PROYECTO NACIONAL Y POPULAR QUE NOS PUEDA SACAR DE LAS GARRAS DE LA OLIGARQUIA NATIVA ALIADA A LOS GRANDES CAPITALES EXTRANJEROS, FUNDAMENTALMENTE DE EEUU, Y HACER HINCAPIÉ EN LA PERVERSIDAD DE ESTE PROYECTO NEOLIBERAL QUE QUIERE UN PAIS PEQUEÑO Y DEBILITADO, PARA DE ESA FORMA SEGUIR MANTENIENDO SUS PRIVILEGIOS Y PERMITIR EL SAQUEO DE NUESTRAS RIQUEZAS A MANOS DE SUS SOCIOS EXTERNOS!!!
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