La presencia de Macri en el G
20 dejó un sabor a decadencia. Como
los mandatarios lo esquivaron, con el
fin de obtener las mejores fotos se zambulló al escenario del Global Citizen para alardear sobre sus inexistentes habilidades como bailarín, dejar constancia de su irrenunciable cinismo y hacer chistes de fútbol de
los que nadie se ríe. También se mostró orgulloso junto a Demi Lovato, la ex
chica Disney, para simular preocupación
por los más necesitados. En la formalidad del foro, recitó las patrañas de
siempre y reclamó la libertad de Leopoldo López cuando ya estaba obteniendo el arresto domiciliario. Un poco raro
eso de formar parte del grupo de los países más desarrollados cuando, desde su asunción no ha hecho otra cosa más
que fundir empresas y alimentar la timba financiera. Demasiado farsante
clamar por la importancia de la educación cuando su ministro del área se reconoce como gerente de recursos
humanos y compara a los docentes con cerdos. Bastante hipócrita eso de
lamentarse por la pobreza y no hacer más
que incrementarla. El blindaje mediático que lo disfraza como presidente
puertas adentro, pierde su potencia
cuando cruza las fronteras y, sin eso, sólo queda al desnudo un individuo que
avergüenza.
El presidente que consideró
angustiados a los héroes que rompieron nuestras cadenas coloniales sabe que su maquillaje se deshace cada día porque la
angustia acosa a muchos argentinos de hoy. La incertidumbre que están
distribuyendo es imposible de disfrutar, por
más que nos eduquen para eso. Con su atuendo estudiadamente casual y juvenil
de hace un par de décadas, junto a Shakira que no entendía del todo
dónde estaba el truco, Macri pontificó: “nada
es más importante para el futuro que la educación, que involucra la tecnología
y el desarrollo de habilidades para que estas generaciones y las próximas encuentren trabajos que, incluso, hoy ni
siquiera existen”. El truco está en que su gestión destruye empleos y
considera que la educación pública es un
pozo en el que se cae. La trampa es que desde el primer día de su gobierno,
dejó de entregar notebooks y libros a
los alumnos, serruchó las becas, subejecutó el presupuesto y se negó a
negociar los salarios docentes en paritarias nacionales, tal como lo dispone la ley.
Por eso nadie se ríe de sus
chistes, porque la crisis que está provocando será catastrófica. Muchos diarios
del mundo lo están anunciando: el Gran
Equipo fabricó una tormenta donde no podía haberla. ¿Qué atractivo puede
tener en el G 20 un mandatario que desde
su asunción y con sus decisiones impulsó el cierre de siete empresas por día?
¿Qué modelo de desarrollo incluye un
endeudamiento histórico para alimentar la especulación y el vaciamiento del
país? ¿Qué muestras de respeto puede recibir un presidente que no tiene más
intención que hundir a su pueblo para
enriquecer a un puñado de avarientos sin límites y se enorgullece de ello?
El
Ingeniero al desnudo
¿Quién cree en la sinceridad de
sus reclamos por los derechos humanos en otras latitudes cuando pisotea los más elementales principios en su propia tierra?
Mientras sale en defensa del opositor venezolano condenado a 13 años por
encabezar una revuelta para destituir al
presidente Maduro y que dejó un saldo de 43 muertos, el mundo entero
reclama la libertad de Milagro Sala. Milagro Sala, que construyó viviendas,
escuelas, polideportivos y piscinas para los excluidos, está presa con la excusa de unos huevos que no tiró y miles de
prejuicios construidos por los odiadores. Mientras Macri reprocha la
violencia venezolana, alienta el
desprecio y la represión hacia todos los que resisten su inhumano plan de
ajuste y exclusión. Mientras el Ingeniero pregona el respeto por el que piensa distinto, pergeña la extinción de todos sus opositores con falaces acusaciones
urdidas en los medios hegemónicos y plasmadas en amañadas causas judiciales.
A tal estado de locura conduce
el aire de los globos que se desinflan, que
algunos exponentes de la oposición actúan como excelsos oficialistas. Ni
bien el ex empleado de Macri en Boca Jrs, el fiscal Carlos Stornelli, fabuló una acusación contra el ex
ministro Julio De Vido y pidió su desafuero, Sergio Massa y Margarita Stolbizer
salieron a escena para renunciar a sus
fueros parlamentarios. Más allá de su oportuno histrionismo de alto impacto
mediático, esos fueros son irrenunciables: quieren presentarse a la sociedad como héroes transparentes y quedan como
meros ignorantes. O hipócritas. Y desubicados, también, porque el juez que
lleva la causa, Luis Rodríguez, consideró que en el dictamen del fiscal no hay elementos para detener a De Vido
y los demás imputados, ni siquiera un “estado de sospecha” que justifique
llamar a declaración indagatoria. El eje de la denuncia no incluye coimas, sobornos, facturas falsas o sobre precios, sino la
firma de un convenio entre Yacimientos Carboníferos de Río Turbio y la
Universidad Tecnológica Nacional y no
con empresas privadas y de capital extranjero, como acostumbran a hacer los
Amarillos. El escenario electoral es tan adverso al oficialismo que
necesitan titulares plagados de corrupción K, aunque en este año y pico de poder absoluto no hayan encontrado ningún indicio.
Los que durante años
denunciaban al gobierno de Cristina por vulnerar la libertad de expresión –cosa
que no pasaba- hoy embrutecen a la
sociedad con un discurso monocorde saturado de falsía. Los que prometían
pluralidad de voces han convertido a los
medios públicos en oficinas de propaganda y facilitado una concentración
mediática sin precedentes que hace peligrar
el derecho a la información. Los que hacían coro a los lamentos de los
grandes medios por la distribución de la pauta oficial vuelcan gran parte de los recursos del Estado a sobornar voces amigas
para que hagan apología. Los que se escandalizaban por las críticas a la tapa
de un diario, hoy impiden que Página/12 llegue a todo el país al
anular el convenio de distribución con la aerolínea de bandera.
El panorama es desalentador.
Los analistas económicos internacionales prevén para Argentina un sacudón que afectará al mercado global.
La bicicleta financiera entre las Lebac y el dólar no resultará saludable, aunque hayan nombrado a una directora de
Movilidad en Bicicleta. La deuda externa se está transformando en una pesada piedra que aplastará a nuestra
dignidad. El mercado interno en vías de extinción no hace más que conducirnos hacia un futuro más recesivo. La Cumbre
del G 20 reveló varias cosas: que los pueblos no soportan más la dictadura de los mercados, que los
líderes del mundo desarrollado prefieren
profundizar la desigualdad antes que enemistarse con los poderosos y que Macri no es una buena publicidad del modelo neoliberal.
gracias Gustavo, preocupante a pesar de todo lo que mencionas del desastre que estan causando que haya gente que aun los defienda, no los entiendo, demasiada estupidez acumulada para un solo país-abrazos
ResponderBorrarEstá en peligro el Derecho a la información y todos Nuestros Derechos! No les importa la Patria (el país con todos adentro ) son Ceos que solo se ocupan de la rentabilidad de sus empresas.
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