lunes, 6 de agosto de 2018

Cuadernos sin Gloria


La bronca que inspira el Cambio está cocinando la necesaria reacción. La famosa Grieta al rojo vivo. Unos alientan la rebelión para cambiar de rumbo y otros para amoldar el descontento con palos, balas y gases. Unos dicen que los amarillos están perdiendo legitimidad mientras otros se aferran con uñas y dientes a las excusas que decidieron su voto. Unos esperan que esto termine cuanto antes y otros esgrimen que hay que respetar la democracia. Si el clima se está enrareciendo es porque así lo quiere el Gran Equipo que comanda este escabroso viaje. No hay turbulencias ni tormentas; tampoco conspiraciones destituyentes: hay errores como consecuencia de medidas erróneas y tragedias ocasionadas adrede por el afán de enriquecer a unos pocos. Eso es el Cambio, la estafa electoral más desigualadora de la historia y un engendro así no puede tener un final feliz.
El engaño está en todo y es cada vez más evidente. Por eso la imagen positiva de Macri no alcanza los 35 puntos y más de un 70 por ciento de la población considera que la situación económica actual es muy mala, de acuerdo a muchas encuestas recientes. Hasta la gobernadora Vidal experimenta el desplome de su personaje de hada buena, un poco salpicada por el Gobierno Nacional y bastante por su propio barro. Al escándalo por los aportantes falsos en las campañas se suma la explosión en la escuela de Moreno, que acabó con la vida de la vicedirectora Sandra Calamano y el auxiliar Rubén Rodríguez. La desidia ministerial de no responder a los reclamos de mantenimiento en las instalaciones de gas de un colegio terminó de la peor manera, no con chicos helados en las aulas sino con dos muertos.
Y si ellos exigen con un tuit que no se haga política con la tragedia, habrá que recordarles que Macri llegó a alcalde de la CABA gracias al incendio de Cromañón y el accidente con visos de sabotaje de Once aportó bastante a su campaña presidencial. Lo único que inspira un simulacro de empatía con las víctimas es todo lo que pueda servir a la estrategia de colonizar el país y convertir a sus habitantes en sirvientes de un establishment cruelmente egoísta. Los diez rescatistas muertos en Iron Mountain, los aplastados por derrumbes de muros y edificios en la Capital, los caídos por gatillo fácil o represión callejera, los mártires del submarino, Santiago Maldonado, Rafael Nahuel y ahora, Sandra y Rubén, no provocan una lágrima porque son productos de la rapiña que representan.
Al contrario, se burlan, como Macri, al hablar de un “problemita o un escape de gas” o declamar “queremos estar cerca, queremos seguir cerca, porque para nosotros gobernar es cuidar. Gobernar es que el Estado esté ahí para dar una respuesta en la vida diaria de cada uno”. Una respuesta como el ajuste brutal que se viene con el presupuesto del próximo año que dejará más desamparados a los sumergidos en el desamparo.
Sobre el circo y los panes
Y acá estamos, camino al abismo, en medio de una crisis voluntaria –en lengua amarilla, ‘tormenta’ o ‘tormentón’-, con una inflación que no bajó en dos minutos sino que intenta superar el 30 por ciento, con industria decadente, desempleo en alza y pobreza cada vez más lejos del cero. Acá estamos, con un staff de saqueadores que se pintaron como inmaculados pero están más manchados que el resto, tanto por dentro como por fuera. Acá estamos, decayendo en todos los rubros gracias al antojo de cambiar lo bueno por lo macabro. Y también estamos ante una hipnosis mediática insólita, capaz de convertir al sujeto en un autómata recitador de incongruencias con pretensiones de ciudadano.
Si algo faltaba en el culebrón que estamos presenciando es el encarcelamiento de empresarios y ex funcionarios a partir de los dislates escritos por un minucioso chofer en unos cuadernos Gloria que, después de fotocopiados, fueron a parar a una hoguera. Cárcel hasta que inventen un delito contra Cristina. Ahora que son muchos más los que la extrañan, salen con este mamarracho en las tapas de los diarios para alimentar los prejuicios del público cautivo con el mito de “se robaron todo”. Para tapar el escándalo de sus campañas, señalan con millones de dedos las campañas ajenas. En esta ensalada discursiva, coimas y aportes significan lo mismo, un extorsionado se puede convertir en un ‘arrepentido’, un empresario ligado a Macri será quien revele delitos inexistentes y unos cuadernos que ya no están serán la prueba irrefutable para desterrar al “populismo” para siempre.
Una operación política-periodística-judicial tan fácil que se puede desmontar con media falange de frente. Sin embargo, algunos caen tanto que ya están diseñando un monumento a los cuadernos Gloria. Tanto que ni piensan que, de estar los cuadernos, establecer antigüedad y caligrafía, no serían prueba de nada. Hasta la lectura de la fotocopia aporta nulos elementos probatorios, porque los hechos, además de indemostrables, también son inverosímiles. Todo lo que haga de Cristina un monstruo será bien recibido por el público cautivo, por más pueril, incoherente o desmesurado que sea. Y claro, Macri sigue siendo el favorito de su núcleo duro. Ni las evidencias de su oscuridad opacan su aura para los que lo idolatran. Ni su pasado estafador o contrabandista ni su presente de facilitador de negocios para él como para sus amigotes. Aunque aparezcan pruebas fehacientes de lavado de dinero en las campañas, seguirán creyendo que lo otro fue peor. Aunque los tarifazos quiten el sueño y el paseo por las góndolas se torne un tren fantasma, mantendrán su inexplicable adhesión. Los que se emocionaban con la promesa de Pobreza Cero, hoy aplauden recortes hasta en la distribución de leche.
Habrá que ver qué pasa cuando la guadaña cercene un poco más su bienestar y el ajuste los despierte del sueño de estar entre los privilegiados. Egoístas que sólo miran la realidad a través de su ombligo y jamás se esfuerzan por expandir su mirada. Así seguirán abrazando el circo hasta que se queden sin pan. Entonces, como en 2001, se acordarán de buscar nuestro abrazo. Y lo encontrarán y es de esperar que para siempre: la única manera de construir un país para todos.

3 comentarios:


  1. Bueno, en estos tiempos de penurias y ninguna gloria (y reducida a cenizas si la hubiera, claro) puede ser que, en el fondo, hayamos vivido equivocados, cuánto tiempo nos pasamos leyendo a LeCarré y similares, esas historias de 007, Smiley, KGB. CIA y demases organizaciones de caridad, espías pintones, intrépidos, mujeres fatales, aparatos diminutos, clandestinidad y resulta ser que, lo que cuenta es mucho más simple.... un chofer, un par de orejas y una birome.... claro, más esos increíbles funcionarios de boca floja y dejar que el chofer registre, anote y, sumamente importante, le cuente a la mujer con pelos y señales todo, todo... y que el resto lo escriba en cuadernos (obviamente, que se auitodestruirán luego de fotocopiar). Perdimos el tiempo, Gustavo y debiéramos agradecerle al virreinato que nos avivara y nos una a toda esa masa intelectual que disfruta esta realidad, de los bolsillos flacos, los precios de carrera y las cadenas nacionales... tanto buscar en la literatura la aventura y la emoción, cuando estaba tan cerquita, en ese García Marquez servicial del volante..... aunque, la verdad, no me lleve el apunte, un día como hoy, por tantas razones asqueroso, no dan las ganas de escribir nada de modo amable o por lo menos neutral... la cárcel sin delito para Boudou, el traslado de Milagro Sala, los "arrepentidos" del doctor glock, los espías que van a espiar al Patria y muestran la credencial, en un par de días, la lista larga y este post, este comentario, para la tarde o más tardar mañana, serán viejos frente a la nueva porquería que vendrá... inevitable envidiar un poco a las chicas que insisten en el verde del paisaje cuando más que al azul, pinte al negro.

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