No es exagerado asegurar que la Banda Gobernante llegó para desgobernar
el país. O que gran parte de sus integrantes no tienen las mejores intenciones para con nosotros. Ni exagerado ni equivocado. Tal vez
tengan tanta mala suerte que todo les sale mal, podrá pensar algún ingenuo.
Como sea, los perjudicados somos cada
vez más. Y la pendiente, más pronunciada. Indiferentes a errores, fracasos
y maldades, siguen prometiendo que todo saldrá bien, aunque todo empeora a pasos agigantados. Inmunes a las críticas, se
plantan ante cámaras y micrófonos como expertos pero sólo balbucean sandeces.
Brutos y malvados, desconciertan a cada
paso, abochornan con cada episodio, desalientan con cada medida. Y todavía
queda un año entero de Revolución de la Alegría.
O más, si la conciencia colectiva no despierta. Casi nada queda del mito
de “se robaron todo”. Las denuncias económicas contra CFK se
desmantelan en los tribunales. La famosa Ruta del Dinero K se interrumpe cuando la verdad, con lentitud,
empieza a asomar. Sólo permanecen las
insostenibles, como la del memorándum de entendimiento, el dólar futuro y
la telenovela de los no-cuadernos. Algunos
‘zapallos’ todavía piensan que
Cristina mandó a matar a Nisman con un comando iraní venezolano entrenado en
Cuba más un karateca y un experto en
simulación de suicidios que con un piolín
resolvió todo. Pero son cada vez menos.
Ya ni pueden disimular la
incapacidad. Si no avergüenza la
asistencia festiva del empresidente al
cumple de Mickey Mouse horas después de decretar tres días de duelo por Los 44, debería hacerlo el incongruente tartamudeo de la vice
Michetti en la XXVI Cumbre Iberoamericana. Si el primero es el anfitrión de
la Cumbre del G20 luego de haber llevado
al país a una nueva recesión, la segunda asiste a un encuentro cuyo lema es
“Iberoamérica próspera, inclusiva y sostenible”. Encima, la dulce Gabriela es la portavoz del Programa de Derechos de las Personas con Discapacidad;
allá, porque acá forma parte de un
nefasto recetario que serrucha los subsidios y el bienestar de los más
vulnerables.
Tan incapaces son que ni el circo
les sale bien. No conformes con haber convertido en razón de Estado la final
de la Libertadores, hicieron transitar al plantel boquense por un laberinto
del terror. Las vallas que tanto utilizan para contener docentes, científicos, desempleados y protestones en general,
brillaron por su ausencia en el camino hacia el Monumental. Más que jugadores
en tránsito hacia un partido de fútbol parecían ganado en un brete con destino de matadero. Nadie entiende lo que
quisieron hacer con esto, pero a pocos días del arribo de mandatarios de los
países más desarrollados, la CABA parece
más insegura que la zona más bombardeada por el Imperio.
Y
coso
Todo turbio en medio del
deterioro. Según el INDEC que no miente, la
actividad cayó en septiembre el 5,8 por ciento respecto al año pasado.
Con dos trimestres seguidos de caída, cocinaron
una recesión que será muy prolongada. Sí,
se puede. Lo que más cayó es la industria en un 11,5 por ciento, mientras el sector financiero no para de
crecer. Esto es lo que pasa cuando la Economía está volcada a la timba, un juego muy peligroso donde pierden sólo
los que no juegan. Y esto no es mala suerte o efecto de tormentas que
vienen de lejos, sino el resultado de medidas enfocadas en facilitar el arribo de capitales golondrina tentados con suculentas
tasas, el descontrol cambiario después de la eliminación del bautizado por la hegemonía discursiva
como “cepo al dólar” y la fuga de capitales en todas sus
dimensiones.
¿Qué dirá el Ingeniero ante los
líderes del mundo? ¿Con qué cara
asegurará que apuesta a la industria, las PYMES y el comercio? ¿Qué entonación
aplicará para enumerar sus logros
inexistentes? ¿Cuál de todas sus máscaras vestirá cuando condene la evasión y los paraísos fiscales?
¿Cómo explicará la expulsión de los ciudadanos de la CABA y las protestas que no serán sólo contra la Cumbre, sino también
contra su gestión?
O sobre todo contra su gestión. En lugar de recitar ambigüedades, debería inaugurar la Cumbre con el video del
debate presidencial, donde el candidato Macri aseguraba que no haría todas las cosas que después
terminaría haciendo. Ya que tanto pregona sobre decir la verdad, podría
reconocer que ganó las elecciones con
mentiras concretas; que prometió cosas que no pensaba cumplir; que refutó a
todas las predicciones de su oponente, Daniel Scioli, con frases propias de una telenovela barata: “ustedes son malos”, “no vamos a hacer nada de lo que decís”, “parecés
un panelista de 678” y pamplinas por el estilo. O el video donde fanfarronea con bajar la inflación en dos
minutos y sentenciar que “la
inflación es muestra de la incapacidad para gobernar”. En tren de decir la
verdad, debería reconocerse ante los
presidentes del G20 como un incapaz, que ostenta un 7,5 de incremento en
octubre para la canasta básica y casi un
50 por ciento de previsión anual.
¿Y qué dirá del bienestar,
indispensable y consecuente en un país en desarrollo? Con salarios que pierden 30 puntos contra el índice
inflacionario, un Estado que reduce
las partidas en educación, salud, investigación y que no construye más que
miseria, ¿dónde puede estar el
bienestar? Y menos con jubilados, que cobran un 20 por ciento menos de lo que hubieran recibido con el cálculo
instrumentado por el gobierno anterior y que son acosados por la reducción
de prestaciones y medicamentos que ahora son carísimos.
Por supuesto que no mencionará
ninguno de estos ítems porque de hacerlo,
debería presentar su renuncia in situ.
Porque además de todo esto están los
aportantes truchos, la indiferencia con los familiares de Los 44, la deuda del Correo, los
conflictos de interés, la persecución
política, los aprietes a los jueces desobedientes, la contención
informativa, la habilitación del
asesinato de pobres en manos de las fuerzas de in-Seguridad y muchos casos
más que harían de Macri el peor de todos
los presentes. Por lo único que puede recibir una felicitación es por poner al país a merced de los buitres
con una deuda que supera los 150 mil millones de dólares más los casi 60 mil
millones con el FMI y por servirlo en
bandeja para que las multinacionales succionen sus recursos.
Pero todo está bien, porque la culpa la tiene siempre el Otro. Todo
está bien porque el mañana nos espera con flores y violines. El sacrificio de hoy será la bonanza del
porvenir. Todo está bien porque dialogamos y consensuamos, aunque impongamos nuestras iniciativas a fuerza de
sobornos y carpetazos. Todo está bien porque somos transparentes, decimos la verdad “y coso”. Todo es posible con un embustero que trepó hasta un lugar inmerecido de la peor manera.
Primero una pequeña divergencia, Gustavo, la definición de TOBOGAN
ResponderBorrares válida, muy, respecto a nosotros, los argentinos de a pata y nuestro permanente retroceso/descenso... cosa que está en las antípodas del mejor equipo de malandras y su exponencial ascenso en billetes, latrocinios y chanchullos al nivel que le guste (disguste, más bien). No hace falta ser K para percibir éso, claro, lo penoso es que aún haya compatriotas impermeables a lo evidente y persistan en lo aspiracional, no a su progreso sino a satisfacer un odio enfermizo y enfermante a la negrada (aún cuando muchos de ellos no puedan pasar por suecos precisamente); también están en el tobogán pero sin querer verlo, para solaz y disfrute del sub virrey lagardista y alimañas asociadas.
Hablando de lo aspiracional... hay que entender esta milonga del G20, en este mundo es lógico que personajes menores, muy menores como los príncipes amarillos, aspiren a ser vistos como estadistas (convengamos que te vean como chorro y corrupto muy lindo no es), serviciales y bien dispuestos a portarse todo lo bien que les pidan (y un poquitín más, por las dudas).... y ahí viene la sobreactuación - a propósito, ¿no le llama la atención que la ministra malbec no haya mordido personalmente a nadie?, sí, ya sé, ya detonó pollos, dejó encarcelar o matar a algunos pero.... eludió el "compromiso" personal. Muy raro, no?, sin ir muy lejos, llamativamente silenciosa ante este asuntito del bondi de Boca... capaz que esté caminando de rodillas a Luján para agradecer por la tragedia que por muy poquito pudo ser y no fue.... puede ser, no?. O la llamaron a silencio?
La verdad, para cuando sea el partido, lo ideal sería que vayan los equipos en flybondi sin más preocupaciones que llevar paracaídas y algún cura con vocación de mártir que les apoye espiritualmente, digo, para probar algo menos dibujados que esos 3000 canas...
Por cierto, tengo un médico que me prohíbe regodearme en esos recuentos de las maravillas virreinales que usted hace, por supuesto, lo insalubre no es contarlas sino que pasen pero, ya sabe, los médicos son así, no fumar, no abusar de la sal y esquivarle al estrés, por éso hay que cortarla acá y llegar a mañana, que será un día menos hasta que se vayan...
comparto! gracias estimado Gustavo-abrazos
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