La ministra Carolina Stanley
apuesta a un Diciembre Tranquilo gracias
a algunas monedas que arrojará desde
el Palacio. Y advirtió con tono severo que no responderá a las extorsiones
de los que “se aprovechan de la
vulnerabilidad de otros con fines
personales o políticos y tomen a la gente de rehén”. Así piensan todos
los reclamos: como extorsión, secuestro y robo. Las demandas sociales siempre se transforman en delito para la estirpe
gobernante. Siempre piensan al otro como una proyección de sí mismos. Como Ellos son viles piensan que los
demás también lo son. Si no consiguieran adhesiones vía presión, amenaza o soborno no hubieran llegado a donde están;
si no tuvieran secuestrado el entendimiento de una parte de la población con enredos, patrañas y promesas, estarían
tambaleando. La meta del Diciembre Tranquilo es lo máximo que pueden
pretender después de haber hundido al
país en un abismo del que saldremos con mucho esfuerzo. O no, si tenemos la
valentía de hacer que esta transferencia brutal de recursos que llaman crisis la paguen los que se beneficiaron con ella.
Si algún lector duda de esta
afirmación, la compensación a las
empresas de servicios por la devaluación bastará como argumento. Mientras a
sus amigos Mindlin, Caputo y Lewis Macri
les perdona deudas millonarias, les otorga tarifas de saqueo y repone sus
pérdidas, a los demás nos ajusta. El
paciente Ingeniero explica que de
esta manera “estamos sentando las bases para alcanzar ese futuro que hace tanto
tiempo merecemos”. Por lo que parece, la primera persona del plural no incluye a todos. Para él, el rol del
Estado en la Economía es “escuchar y facilitar el camino al sector
privado”. Y con la intención de
que no queden dudas, apeló a una
metáfora muy emblemática del sector al que representa: “sacarles el pie de encima no es una opción, es nuestra obligación y responsabilidad si queremos generar trabajo en
todo el país”.
¿Qué es eso de sacar el pie? Quizá algún transeúnte se
emocione con semejante imagen, como si
fuera el fin de una opresión añeja. Tal vez lo haya pensado así durante el
conflicto por la 125 o la discusión de la Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual. En el primero, los
‘oprimidos’ eran los grandes exportadores agropecuarios y en la segunda, el
multiempresarial Grupo Clarín. Oprimidos bastante poderosos. Una paradoja
conceptual. Un oxímoron con bombos y
platillos. En la lógica de Macri no hay contradicción, porque se siente –y
lo es- parte de ese sector ‘oprimido’ con impuestos, leyes y
salarios que alcancen. Sacar el pie es llevar el sueldo de los trabajadores
a la mitad del de 2015, que las
jubilaciones sean de nueve mil en lugar
de 16 mil, que el poder adquisitivo pierda
más del 20 por ciento y muchas delicias más del Cambio. Hace tres años que
el pie del Estado deja en libertad a la Mano Invisible del Mercado y el
resultado está a la vista.
Los
pisoteados
Sacar el pie es –en la lógica de la avaricia macriana- eliminar el cepo al dólar,
reducir las retenciones a las exportaciones primarias, importar sin aranceles, invitar a los especuladores a una ruleta en
donde siempre ganan y permitir una fuga de divisas histórica. Sacar el pie
es alimentar a los empachados que se
amontonan en la punta de la pirámide con la
vana ilusión de que algún día derramen en inversiones, puestos de trabajo y
la mar en coche. Sacar el pie para
que acumulen hasta el hartazgo, momento
que, al parecer, nunca llega.
Mientras tanto, el pie del Estado
pisa cada vez más a la mayoría con
ajustes en todas las áreas, fomentando la recesión, desfinanciando la ANSES, empobreciendo a casi todos. Mientras
quitan tributos a los más ricos –sacar el pie- plantean paritarias a la baja y extienden el impuesto a las
ganancias a los trabajadores -poner el pie- recién salidos del mínimo para la canasta básica. Los macrianos
llaman poner el pie a las medidas
redistributivas de eso que llaman populismo. La Nación –la Tribuna de Doctrina- ya está dando
cuenta del descontento del empresariado avariento ante la posibilidad de discontinuar con este modelo de despojo que nos
está llevando a una catástrofe económica y social.
Sin embargo, las otras empresas, las que generan y absorben el 70 por ciento
de la fuerza laboral no se ven beneficiadas por esta retirada del pie. Al contrario, se sienten pisoteadas. El ex titular de la Unión Industrial
Argentina, Héctor Méndez, reconoció haberse
equivocado al apoyar este modelo y agregó que “si el Gobierno no demuestra capacidades para hacer correcciones,
estamos perdidos. No se ve una solución
ni señales de recuperación”. Él, que fue y sigue siendo crítico del
gobierno anterior –sólo por costumbre-
admite que este programa de gobierno es
perjudicial para industriales como él y no teme por un retorno del populismo.
Claro, porque un proyecto que aliente el mercado interno ayuda a repartir mejor
la torta. Méndez y los que son como él deberían aprender que nunca estarán en el ‘nosotros’ que plantean los empresarios como Macri, que
multiplican sus ganancias sin producir nada y convierten en goteo lo que debería ser un torrente.
Tampoco forman parte del ‘nosotros’
macriano los que se creyeron las
promesas de campaña del empresidente
Macri. Ya se sabe: apenas el diez por
ciento de lo que prometía se convirtió en realidad; con el resto, “ésa te la debo” porque “pasaron cosas”, la herencia recibida y “coso”. Lo explicó la Vice Michetti con su trastabillante oratoria: “las promesas eran un camino y por eso
decíamos que son aspiracionales”. Eso no estaba en el contrato. ¿Desde cuándo una meta es un camino? En
el diccionario macriano debe ser así: Pobreza
Cero para todos, Ningún trabajador va a pagar ganancias, El 82 por ciento
móvil, Puertos en Santiago del Estero no
son objetivos, sino procedimientos. Tal es la confusión, que muchos siguen creyendo en estas pavadas
cuando tendrían que estar indignados por el engaño permanente.
En realidad, enumerar a todos los
sectores que no forman parte del ‘nosotros’ de Macri sería extenso y agotador porque los que están incluidos son muy pocos.
Lo aspiracional no fueron las promesas, sino
el voto que coronó ese triunfo inmerecido, el del que se sintió pertenecer
con sólo votar, del que pensó que ya
había salvado un gran trecho de escalones por avalar a un empresario exitoso, del que se sintió incluido al Club de los Selectos
por una selfie con Macri, del que pensó que un país es lo mismo que una empresa o un club, del que creyó que
era honesto. Del que no pensó mucho su voto,
para abreviar. Del que se dejó pensar el
voto, para especificar.
El pie que antes molestaba a una
minoría ahora aplasta a la mayoría.
Una mayoría que parece no incomodarse demasiado por esta presión pédica, que apenas pide un poco de oxígeno para aliviar
sus penurias, que soporta con resignación lo que debería ser inadmisible: un gobierno democrático que sacrifica al pueblo para engordar a sus
secuaces.
gracias Gustavo compartido-abrazos
ResponderBorrarUna lástima que sea tan duro con la ministra carolina,(recuerde "Sweet Caroline", Las Vegas, Neil Diamond,.... ahora mírela mejor) que, para variar, tiene razón al resistirse ante la extorsión y el apriete de esos neg.... digo, morochos desprolijos, la dulce carolina hace bien, ¿qué se creen estos tipos?, al no entender que la única que puede extorsionar y apretar es ella, que tiene la exclusiva autoridad para éso.... lo único que falta es que quieran un bono para no saquear supers en diciembre, cuando la decencia indica que el buen saqueo se hace en las góndolas y que las migas la reparte ella, como quiere y a quienes quiere, obvio, a los modositos racionales, ¿no es así, camarada pérsico?.
ResponderBorrarUsted es muy pretencioso, Gustavo, quiere que los idiotas que compraron los chamuyos amarillos le admitan la idiotez.... error, elegir que puede terminar mal lo que se sabía y recontrasabía que terminaba mal, con las mismas jetas involucradas no es de idiotas, es de inteligentes, bueno, sub inteligentes porque somos unos mal pensados nosotros.... ¿le vió la carita a méndez, el ex UIA?, a mí me hace acordar a Urko, del "Planet of the Apes", la vieja, la buena, del 68.... sí, se hace dificil asociar Industria a éso.
¿Se dió cuenta que el lloriqueo virreinal en el el G20, anticipó lloriqueos surtidos de estos días?.... el citado méndez, los arrepentidos de arrepentirse y el edu feinmann fané y descangallado por Boudou no-preso y ancima esas actrices aborteras escrachando al violín darthés, días de mucho sufrir... ¿no se enteró si majul se suicidó en cámara?.
Días terrible, papá franco que no declara ni declarará si pagó coimas y los hermanitos ....ay!, que le pregunten a papá, tienen más de 50 pirulos los chicos, digo yo, los que votaron esta porquería, ¿no se podían fijar si sus próceres tenían cortado el cordón umbilical?...
En fin, una lucha con la gente como usted, habiendo tanta alegría en el ambiente, siempre resaltando las pálidas.... queda feo, no haga llorar más a nuestro excelentísimo secretario de madam lagarde...