lunes, 24 de diciembre de 2018

Reflexiones al pie del arbolito


El Papá Noel flaco que posó junto a la familia Macri es una muestra más del fracaso de la gestión amarilla o una invitación a una vida saludable. Una postal light para fin de año. Lástima la Infanta, que esta vez escatimó su sonrisa tantas veces explotada por sus progenitores. Como 18 años atrás, volvemos a un fin de año triste, tenso, opaco, donde no se podrá brindar por lo bueno del año vivido ni por lo auspicioso del que vendrá. Muchas copas rebosarán de lágrimas; muchos platos estarán vacíos; muchos corazones no tendrán esperanza. A pesar de esto, el Ingeniero se va por tres semanas, con el empeño de batir el record de 130 días de vacaciones desde que invadió la Casa Rosada. Pero eso es sólo un detalle en medio del auto-tsunami que el buen Mauricio insiste en llamar tormenta.
En tanto, la vocinglería oficial sólo derrama excusas y busca echar culpas hacia cualquier lado menos a los verdaderos responsables: los mismos que recitan versos armados desde las usinas propagandísticas del PRO. El repertorio incluye todo lo que ya sabemos de la Pesada Herencia, se robaron todo y les hicieron creer que…, pero hace un par de meses apareció eso de “los fracasos económicos de los últimos 70 años”. Según este novedoso eslogan, todo iba bien hasta que llegó el peronismo. Entonces, las “bondades” del país oligárquico, rentístico y agroexportador se vieron interrumpidos por derechos laborales y desarrollo industrial. El dinero de todos empezó a derramar hacia todos sin demasiadas pretensiones revolucionarias. Desde 1955 hasta acá, gracias a golpes militares, democracias condicionadas y unos cuantos engaños, la oligarquía pretendió recuperar el mando del país para hacerlo propio. Por lo tanto, los fracasos económicos de los que tanto se lamentan son más propios que ajenos. Y con las peores intenciones.
El Patio de las Palmeras de La Rosada SA fue el escenario de una nueva sandez presidencial. Como buen farsante que es, habló de “los momentos difíciles que tuvimos que recorrer”, como si alguna vez hubiera experimentado algo parecido a las penurias de muchos de sus gobernados y amenazó con “grandes desafíos que tenemos por delante”. ¿Más? El principal desafío que tenemos por delante es deshacernos de esta banda de maleantes, exigir que nos devuelvan lo que fugaron, encerrarlos en jaulas reforzadas para que no vuelvan a hacer daño a nadie y reconstruir el país que se dedicaron a destruir no sólo desde la asunción de Macri sino mucho antes.
Algo parecido a un brindis
Con las pocas luces que demuestra tener, el empresidente se atribuyó la ‘genialidad’ de llamar ‘tormenta’ a la crisis económica que fabricó y en un intento de inyectar optimismo donde no existe tal posibilidad, sentenció que los sacudones “nos han fortalecido”. ¿A quiénes? A Ellos, por supuesto, que han aprendido la manera de esquilmar a los ciudadanos y que, encima, siga en pie la posible continuidad. Después recitó las pamplinas del diálogo, el debate y todo el repertorio de palabrerío insustancial que sólo engaña a los que se dejan engañar. Que se engañan a pesar de todos los desengaños.
El desengaño más palpable es el resultado del plan que el Gran Equipo lleva adelante desde el inicio de su mandato. La recesión, la inflación, la caída de las ventas, el cierre de fábricas y comercios, el número de desocupados, el crecimiento de la pobreza, el endeudamiento monumental, la fuga de divisas, la caída de las inversiones, la devaluación constituyen un combo que hacen de 2018 el peor año económico desde 2002. Seguir esperando algo bueno de todo esto requiere un fanatismo cercano a lo religioso o, como decía Serrat en una vieja canción, “bienaventurados los que están en el fondo del pozo porque de allí en adelante sólo cabe ir mejorando”. Algo de eso intentó exhibir el INDEC con el resultado del índice de Gini, que muestra una leve caída respecto al año anterior, de 0,427 a 0,424. Si esto puede tomarse como un avance hacia la igualdad, en realidad, indica que todos están cayendo y cuando caigan los de arriba, aplastarán a los de abajo.
Pero hay otros desengaños sobre los que hay que hilar más fino. No tanto, por supuesto, aunque hace falta insistir. En el inicio de 2015, la denuncia del Memorando con Irán y el suicidio del fiscal Nisman alimentaron una campaña electoral que pintaba muy sucia. Los medios dominantes, los PRO y algunos satélites más se colgaron de estos embustes y acusaron a CFK de homicidio. Una pantomima en la que todos se prendían a pesar de las pericias de la Corte que sentenciaban un suicidio. Muchos pusieron su voto con la imagen imborrable de una Cristina asesina. Con todo el poder en sus manos, los amarillos inventaron un informe de Gendarmería en el que se basó el juez Ercolini para diseñar un juicio oral en el que la ex presidenta ni está mencionada. Ahora, la ex esposa del fiscal, la jueza Sandra Arroyo Salgado, que durante todo este tiempo sostuvo la hipótesis de homicidio, renunció a ser querellante porque sabe que va a perder no sólo el juicio sino mucho dinero. En breve, la madre del suicida, Sara Garfunkel, que estuvo en la escena aquel día de enero, también renunciará a la querella. En el camino quedan impunes los que armaron el escándalo en los días previos y posteriores al fatal desenlace: las entonces diputadas Laura Alonso y Patricia Bullrich. Tantas evidencias no hacen mella en la convicción prejuiciosa del que todavía sigue con la idea de que nunca se sabrá quién mató a Nisman porque niegan la certeza del suicidio.   
La campaña presidencial del próximo año tendrá más mugre con la causa de los no-cuadernos de Centeno. Con fotocopias, sin botín, con arrepentimientos no registrados en audio o video como indica la ley, con la sola intención de alimentar titulares, con la impunidad de un poder arbitrario y desencajado, los jueces de la Sala I de la Cámara Federal dibujaron una proscripción con formato de procesamiento y frutilla de prisión preventiva contra Cristina. Los que nunca se someten al voto popular deciden quiénes serán los candidatos. O, al menos, quiénes no podrán serlo. Todo para seguir engañando a los que siguen engañados.
Una confesión necesaria: yo no tengo espíritu navideño, no creo en Papá Noel, el niño Dios ni los Reyes Magos; tampoco creo que los deseos se conviertan en realidad con sólo desearlos; no alzo mi copa como pedido a ningún dios ni genio benefactor para que transforme ninguna realidad. Si brindo es para saludar a mis pares, para confraternizar con los cercanos, para aproximarme más a los próximos. Si digo algo es para despertar conciencias,  desentumecer el entendimiento, para desentrañar verdades, deconstruir mentiras. Si existiera algo superior a lo humano y me permitiera un deseo, le pediría una chispa que ilumine los corazones de los que todavía insisten en transitar por este camino de tinieblas y una pizca de memoria para que comprendan que los que nos conducen son los enemigos de toda dignidad y justicia. Como no existe, tendré que seguir escribiendo.

4 comentarios:

  1. querido Gustavo y lectores que tengan algo de paz y felicidad esta noche buena opaca y sin brillo pero no perdamos las esperanzas-abrazos

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  2. Puede que, como nos pasa a muchos ex alumnos de colegio de curas, que uno, en términos religiosos sea un tanto renegado, descreído, al fin y al cabo, si hasta el inventor del negocio despreciaba a los "escribas y fariseos hipócritas", quién es uno para dudar de sus razones, no?, aparte no somos ciegos ni sordos...
    Pero la Navidad tiene qué sé yo que la hace especial, será el regalo que se da o se espera, la cara de los chicos, esos parientes que si no los ves ahí, será en un velorio, claro, también están los que no querés ver y, vaya casualidad, es en estos tiempos de "grieta" que se hace más notorio, pero bueno, ahora hay un aliado, el silencio, si no hace falta decirles nada, sólo mirarlos.... claro, burlonamente, porque no hay que dejarles las heridas sin sal, qué se creen? - Ellos , y su propia, inseparable crisis, saben del costo de la idiotez...
    Una cosa que no había en el 2001, por cierto, malaria a rolete pero no sé si es que no nos importaba o nos respetaban un poquitín más pero la venta del paraíso neoliberal era menos grosera, casi que te trataban como adulto, ahora no, todo es pa`críos o idiotas....y les funciona, lo increíble y peor del asunto.
    Usted es injusto con el quetejedi, no toma en cuenta que el pobrecito es virgen hasta de la idea del laburo y, acá tiene que madrugar a las 9, cumplir algún horario y atender trámites... un engorro agotador, súmeles G20 y el surtido de ridículos y genuflexiones y es un castigo tremendo, 3 semanas de rascarse es muy, muy poquito... ta' bien, tiene vacante el espíritu navideño pero, debe conservar alguna caridad para el prójimo sufriente.... yo que usted y hablando de sufrimientos....¿se percató que es en estos día que "preside" el país la vice?, sí, la piccola profesora de italiano-francés diferencial... así que cuando brinde, no piense taaaanto en el turista, sino en la reemplazante a cargo..... obvio, si le cae mal, uvasal. Y no me agradezca, sabe que lo mío es servicio.
    Quizás sea el abuelo catalán, o simple mala costumbre pero siempre me gustó afanarle frases de letras a Serrat y ya que lo mencionó, le dejo ésta.... "Uno se cree, que los mató el tiempo y la ausencia, pero su tren vendió boleto de ida y vuelta".... digo, a ver si en el 19 resucita lo que se hartaron de dar por muerto.... podría ser, no?

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  3. A pesar de la Peste Amarilla de esta oligarquia explotadora te deseo una feliz navidad extensible a todos quienen tienen el gusto de leerte. FUERZA COMPAÑEROS. LUCHE Y SE VAN!!!!!!!!

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    1. Gracias, Gustavo. Felicidades y no hay que desear que todo termine, sino HACERLO TERMINAR. Abrazo enorme

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