La facilidad con que se
desarticulan las patrañas de los medios dominantes es proporcional a la desesperación que reina en el oficialismo. Una
Campaña del Miedo que incluye la vuelta del populismo autoritario, la Justicia militante de La Cámpora y
la posibilidad de retornar al aislamiento
del mundo. Y, por supuesto, la cada
vez menos exitosa “vamos a ser
Venezuela” si Macri no gana las elecciones. Cucos vergonzantes para el público cautivo que no duda en aferrarse a tales falacias para justificar una adhesión
suicida. La incorporación de Pichetto a la fórmula del Cambio surge ante la
sociedad como una bocanada de aire fresco, como un sorpresivo rayo que ilumina el camino, como una apertura ejemplar de las fuerzas
gobernantes. Sin embargo, sus declaraciones apolilladas y vetustas lo sitúan en un pasado tan remoto que espantan hasta a sus nuevos compañeros
políticos.
La aparición de Pichetto dispara
contradicciones para todos lados: que antiperonistas tengan que aceptar a un peronista; que un peronista se sume a
antiperonistas; que los antiperonistas canten la marcha peronista para recibir
a un peronista que parece antiperonista
y que nunca cantó esa marcha. Reparar la grieta requiere esfuerzos
sobrehumanos. Tantos, que los que insisten
en negar las “soluciones mágicas” destacan sin rubor que con Pichetto
bajó el riesgo país, mejoró la cotización de la moneda y las acciones en Wall
Street subieron unos puntos. Como si la
historia se dividiera en AP y DP. Y tan convencido está el senador de su
trascendencia que despliega un ideario
xenófobo y macartista que contradice la muletilla de tirar todos para el mismo lado.
Acusar de comunista al candidato
a gobernador bonaerense, Axel Kicillof evoca el fétido hedor de los setenta y los
tiempos en que los periodistas de Clarín
lo catalogaban como “oriundo del
marxismo”. Y eso que los
amarillos siguen con la cantinela de respetar
al que piensa distinto, pero no es lo
que han hecho desde el fatídico 10 de diciembre en que Macri bailó en el
balcón: Milagro Sala y los dirigentes de la Tupac Amaru, mapuches, militantes,
docentes, investigadores, periodistas y muchos más son las víctimas de la persecución incesante de la impronta PRO.
Pichetto es como un Macri recargado,
menos bruto pero igual de tramposo. Muchos salieron a declarar que Kicillof
no es comunista cuando en realidad, serlo
no sería delito ni impedimento para que acceda a la gobernación. Una
muestra más del juego perverso al
que nos someten a diario.
Una
señal en la oscuridad
Mientras los medios se embelesan
con el efecto Pichetto, el país real sigue su tránsito al abismo.
Como regalo del Día del Padre y para decorar
las elecciones que se celebraban en cuatro distritos, un corte masivo de energía eléctrica hizo del domingo un día
inolvidable. Nunca había ocurrido algo
así, al punto que muchos pensamos en una invasión extraterrestre y salimos
a la calle dispuestos a toparnos con zombis. Nada de ciencia ficción, sino inoperancia
verídica. La amañada versión televisiva del accidente de Chernobyl se convirtió en hecho en las afueras de
Yacyretá: "son fallas que ocurren con asiduidad en el
sistema argentino, como en
cualquier otro país –explicó el Secretario de Energía, Gustavo
Lopetegui, que está ahí sólo por ser amigo presidencial- Lo que no debe ocurrir es la
cadena de acontecimientos posteriores que causaron la desconexión total".
Ellos que se jactan de hacer lo que
hay que hacer, no reaccionan como
corresponde a una señal de alerta. Ahora van a culpar al gobierno anterior
o al que viene, aunque las declaraciones del funcionario no dejan demasiado margen para algo así. Pero son tan inútiles y
farsantes que no saben hacer otra cosa.
Este corte de luz que se exportó al mundo no es el ‘único logro’ de la gestión PRO. Al
deterioro generalizado en las condiciones de vida de gran parte de la población
por poner en manos de unos pocos casi la
totalidad de lo producido, al record de caída en la actividad económica, al
cierre de empresas pequeñas, medianas y hasta algunas grandotas, al crecimiento de la inflación como
resultado y no como tormenta, a dejar que la leche, la carne y el pan se
conviertan en artículos de lujo… a todo esto se suman el crecimiento bestial de la deuda y la construcción a martillazos
de un sistema judicial que permita tanto
atropello.
El día en que los que apuestan a
la democracia cerraban las alianzas para las elecciones nacionales, los que gobiernan sin ser votados –banqueros
y financistas- ganaron 3126 millones de
pesos por la tenencia de Leliq emitidas por el Banco Central para contener
al dólar. Desde octubre pasado, cuando Guido Sandleris se hizo cargo de la
entidad, esas letras acumulan más de 350
mil millones de pesos en intereses, lo que equivale a 7973 millones de dólares.
Emisión encubierta y deuda, por supuesto. Como una paradoja, la revista
norteamericana Forbes destacó que en el último año la fortuna de los 50 argentinos más ricos cayó un 17 por ciento. Así
presentado, parece que la crisis nos llega a todos y hasta dan ganas de solidarizarse con esos
pobres multimillonarios. No hay que ser demasiado perspicaz para
deducir que ese faltante no declarado pasó
a engrosar los tesoros fugados a paraísos fiscales. Los más ricos no
pierden sino que ocultan las ganancias
que generamos entre todos para no tener que ‘derramarlas’. Vaciamiento, que le dicen: acumulan
millones que financiamos nosotros a
través del bestial endeudamiento que nos angustiará por mucho tiempo.
Como esa minoría sabe que nos
está estafando, construye un aparato
judicial que proteja sus espaldas. Por eso los amarillos incrustan jueces
cuyo requisito es más la afinidad ideológica que el puntaje académico y borran de un plumazo a los probos que
intentan frenarlos. Por eso hacen campaña
del miedo con la pamplina de poblar los tribunales con jueces K. Por eso
atribuyeron al pre candidato a presidente, Alberto Fernández la frase “tirar jueces a la basura” que dijo la periodista que lo entrevistaba.
Y como saben que gran parte de las causas contra muchos funcionarios del
gobierno anterior están plagadas de irregularidades
con destino de nulidad, alertan sobre el aterrizaje de la impunidad en caso
de que ganen Los Fernández.
De a poco, muchos individuos se están convirtiendo en ciudadanos cuando se
enteran de todas estas cosas. La información es un derecho que debe
garantizar el Estado, pero estamos experimentando la anomalía de uno que se esfuerza por desinformar, engatusar y brindar
explicaciones incoherentes y pueriles para continuar por este atajo a la
aniquilación. El apagón del domingo puede ser un trailer de nuestro futuro si continúa esta pesadilla o una señal luminosa para que se termine de
una vez.
gracias Gustavo compartido-abrazos
ResponderBorrarTal vez nos estemos perdiendo el surgimiento de nuevos y grandes fenómenos, un peronista renegado antiperonista es algo fuerte y si el tipo además es xenófobo, racista, misógino y oscurantista, casi casi que es una maravilla y ya lo verá, dentro de poco lo tiene en un museo, del olvido o del horror, quizás.
ResponderBorrarEste coso, en realidad presta un servicio (si es útil está por verse) al despelotar el universo reaccionario, pobres, tener que votar a un corrupto inepto (y piantavotos, mufa y otras virtudes) típicamente propio pero acompañado por este otro especímen, piantavotos con largo pedigree y ex peronista (cosa imposible de suceder para sus ojitos antiperonistas)... hay que ser buenos con el sufrimiento ajeno, no?, acompañémoslos en el sentimiento sin burlarnos demasiado.
El apagón sin precedentes, en buena medida no es una novedad, que pasara era solamente cuestión de tiempo dada la "política" de inversión 0 y tarifazo infinito del amarillaje, los fierros tienen la mala costumbre de romperse y en momentos inoportunos, debían romperse con otro gobierno, por cierto - la cosa, sospecho, es que dada la proverbial mufa virreinal ahora estamos expuestos antes de las elecciones al default, la bancarrota y el desastre 2001 bis, en fin, delicias de sus planes magistrales, vió? - Obviamente, para nuestro disfrute y posterior pago, que para éso parece que estamos.
Y ni hablar del riesgo de ir cayendo en las feroces garras comunistas, ahora Buenos Aires con ese Vladimir Kiciloff, repitiendo el triste antecedente de ese Papa hincha de San Lorenzo, laCámpora y, claro, comunista, que no viene a la Argentina mientras (des)gobierne ojitos de cielo, habráse visto!!! - Usted me dirá ingenuo pero vamos a extrañar a la vice, no por sus méritos precisamente, sino que a la par del resto parece pintoresca y casi inofensiva en su ridiculez (y no, barata tampoco es).
Como dicen los chinos, año interesante éste...