Todavía retumba el eco de las palabras de Macri en el
homenaje a la bandera. El escenario fue un club de barrio del sur de
Rosario, con público reducido y cautivo, la intendenta Mónica Fein aterrada por lo que estaba escuchando y
la ministra Bullrich disimulando con su
sonrisa etílica las ganas de reprimir a los chicos que correteaban por ahí.
Lejos del Monumento, el buen Mauricio no
calificó de emprendedor a Belgrano,
de angustiado ni nada, porque no habló de él. Cansado de sus
papelones históricos, decidió hacer uno novedoso y atado a una coyuntura que sólo él afirma ver. Más que atado, enredado en
esa modulación amodorrada que ya ni las
vocales incluye. Infundado, porque trató de explicar la actual crisis
echando la culpa a los camioneros. Y sobre todo vergonzante, porque parecía más un vecino chamuyero que el
presidente que nunca podrá ser.
Ya sabemos que nada bueno o
brillante se puede esperar de él porque
no es ni una cosa ni la otra. Apenas un impresentable angurriento que está
ahí porque es lo único que el
establishment consiguió para desequilibrar la balanza a su favor. Si no
fuera por el blindaje de los medios cómplices, a los pocos meses de asumir habría abandonado el inmerecido cargo que
usurpa. A punto de terminar su mandato, acumula yerros y tropelías suficientes para voltear cinco gobiernos de
un plumazo a fuerza de calles pobladas. La paciencia que el discurso dominante
inyectó en la población deberá ser estudiada en el futuro para desterrar tan malsanas tretas de marketing.
Ningún país merece tanto engaño publicitario, tanta demagogia, tanta
manipulación. Ningún pueblo debe aceptar todo esto, salvo que todos sus integrantes se hayan convertido en zombis.
Con muy poco esfuerzo se puede
comprender que si denuncia mafias es porque
no quiere competencia, si acusa de corrupción es para ocultar la propia, si habla de tormentas es porque está desatando una. No hace
falta tener una mollera luminosa para descubrir que las cosas no salieron mal, sino que las quería así. En la
decadencia creciente que lleva adelante, los padecientes aceptarán cualquier
cosa antes que seguir padeciendo la angustia de no tener nada. El deterioro es el plan y hasta no hace
mucho, tuvo poca resistencia. Aunque con altibajos, las encuestas señalan
el rechazo a esta gestión nefasta. Pronto
serán las urnas las que lo confirmen.
Desde
siempre nos gobiernan
Aunque parezca un oxímoron, Ellos iluminan con su oscuridad. La
vice Michetti es una experta para eso. En territorio amigable despliega sus incoherencias como pez en el
agua. “Si perdemos –esputó sin
pudor- no sólo es culpa nuestra, es un
problema de la sociedad”. Hace tres
años y medio que estamos perdiendo y por eso es un problema de la sociedad.
El problema es haber puesto a alguien
como ella –y todos- en un cargo tan importante. Al referirse a la
inflación, aclaró que “no todo es culpa
nuestra, es como una enfermedad muy rara
en el siglo XXI”. Y con un cinismo que abruma, agregó que hicieron “grandes cambios, pero bueno, quedó tapado por el tema de la inflación”.
Lo que finge no entender es que “esos
grandes cambios” fueron los
generadores de la inflación que Macri prometió “bajar en dos minutos”.
Si la inflación se duplicó es
porque quintuplicaron el valor del dólar,
incrementaron las tarifas en más de un
3000 por ciento y nos endeudaron por décadas. Si la leche y el pan se han
convertido en lujo es porque liberaron
las exportaciones a la medida de los agrogarcas. Si nos cobran lo que
quieren por los productos más cotidianos es porque desde La Rosada SA alientan la concentración de la economía y la estafa
consecuente. Todas las medidas que tomaron sólo sirvieron para aniquilar la producción; por eso cerraron miles
de pymes y comercios. Para llevar el salario del primer lugar en la región hasta el último provocaron un
desempleo superior al diez por ciento. Además, degradaron a los jubilados con fórmulas perniciosas de incremento en sus
haberes y reducción de medicamentos gratuitos. Con todo esto y mucho más condenan a millones a la pobreza y la
indigencia. La vice Michetti tiene razón: hicieron grandes cambios pero no hay manera de tomarlos como buenos.
Y menos aun cuando han desatado
la violencia policial a niveles nunca vistos en democracia: una bestia que será muy difícil de
domesticar. La muerte de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel tiene como
ejecutores a uniformados reivindicados
por la temible ministra Bullrich, la principal patotera de esta banda
mafiosa. Insaciables, felicitan y
premian a los ejecutores de gatillo fácil. Las fuerzas de seguridad están
tan desbocadas que asesinan inocentes en
muchos rincones del país. La reducción de las partidas presupuestarias ha
convertido la violencia de género en fotografías cotidianas. Y esta señora de
la silla de ruedas viene a ponderar los
grandes cambios que han realizado.
Los amarillos se excitan con las
muertes, por eso Macri accedió a la Jefatura porteña montado en el incendio de Cromañón y después a la
presidencia en el accidente ferroviario de Once: a pesar de que los frenos de la locomotora funcionaban,
condenaron a funcionarios y empresarios para alimentar la campaña. Tanto es así
que ahora premian a la madre de una de las víctimas –la más activa en la exigencia de una justicia vengativa- con una
candidatura a diputada. En cambio, el hundimiento del submarino ARA San Juan
con sus 44 tripulantes, resultado de la
inoperancia, la desidia y el desprecio, está sumergido en el silencio
cómplice de los medios y la lentitud inaceptable de la Justicia.
“Este
es el camino” dice el farsante con banda presidencial: regalar
bienes de todos, rematar nuestros recursos
naturales, blanquear evasiones y facilitar la fuga de capitales; resguardar
once mil kilos de oro en la cueva de los
piratas que usurparon las Islas Malvinas; idolatrar a los presidentes
buitres del Imperio; sonreír a los
usureros que nos están vaciando; tejer una red de espionaje y extorsión
para perseguir opositores y simular que
luchan contra la corrupción que –salvo en casos aislados y minúsculos- no
han podido demostrar.
El latiguillo “hacemos lo que hay que hacer” es una confesión de que son los autores de este
despojo. En los spots televisivos se ufanan de obras que hicieron otros y
las pocas que los tienen como artífices las
ejecutaron mal y a precios monstruosos: puentes que se derrumban, trochas
por las que no puede pasar un vagón y túneles donde dos camiones se atoran. Los
frescos locutores anuncian planes
asistenciales que no asisten a nadie y relatan maravillas que deben ocurrir
en otra dimensión. Los parques eólicos –un negoción presidencial- son
presentados como una solución a los
problemas generados por la avaricia de los empresarios amigos y testaferros del
buen Mauricio. Tan expertos son en la distribución de la energía que provocaron un apagón histórico que afectó a todo el
país y alrededores.
A pesar de todo, estos facinerosos siguen atrincherados en
Balcarce 50, pergeñando más daños para los próximos cuatro años porque, aunque pierdan las elecciones, seguirán
gobernando el país como han hecho siempre. Alguna vez tenemos que deshacernos de estos succionadores de
sueños.
Creo que una disidencia que tengo con usted, Gustavo, es sobre los "engañados" por el marketing de esta porquería, salvo alguna excepción (que viva en un frasco), lo que hay acá es un terreno muy fértil en la antipolítica y, de yapa, el verdadero cáncer nacional que es el antiperonismo.... nadie ignoraba el pedigree del virrey, de sus secuaces y que votarlo era un pésimo negocio, porque sus "ideas" eran y son incompatibles con el bienestar general.... pero no les importó y a muchos sigue sin importarle con tal de "castigar" a los impuros.... fíjese nomás en el actual drama... doña magoo,. la honestista feroz que va a internas con ese paladín del afano, luisito barrrionuevo...¿es mucho esfuerzo reconocer la bestial necedad de esta joda?, que el destino de un país no puede tener nada que ver con sainetes como éste? y una campaña electoral basada en "por ahora no te aumento nada pero después de las elecciones, agarrate que viene lo lindo, con retroactividad y alevosía"... y lo dicen por los diarios y, aunque suene increíble es verosímil, el virrey "mejora" en las encuestas... la verdad, aunque más no fuera por instinto de conservación, cualquier habitante de estas pampas debiera huir como de la peste (que lo es) de esta porquería.... pero no lo hacen ni quieren hacer, no hay engaño, hay estupidez y mala fe... le diría, no siendo peronista, que ante una porquería como la que padecemos, hacerse peronista es un costo ínfimo para dejar de estar en lo peor, sería lógico, además de oportuno, pero...
ResponderBorrarEs obvio que en Rosario, el quetejedi NO tenía qué decirle a esos chicos, él le habla a "los mercados" y ni esos chicos ni sus familias existen, salvo como decorado que, por las dudas, doña malbec y sus rambos del gatillo fácil lo deben cuidar, a ver si alguno le dice algo inconveniente. Fíjese que la intendente, "horrorizada" y todo, se quedó y no hizo lo que era esperable desde alguna dignidad "opositora", mandarse a mudar y no hablamos de una "zombie engañada", no? - Claro, el "objetivo" de la diatriba era Moyano, negro y peronista, un discurso como éste, "por algo será", claro....
Por favor, ya no queda bien hablar de Malvinas, si son las Falklands, sea realista y acepte uno de tickets de entrada al mundo...
Usted menciona al ARA San Juan.... es interesante que además de perderse en circunstancia nunca bieb explicadas, por estos día una perlita, Brasil "donaría" (nos donaría) 4 submarinos que se van de baja, más chicos que el San Juan y a los que habría que hacerles una reconstrucción y modernización (no precisamente barata)... todo muy bonito pero, casualmente, acá el ARA Santa Cruz (gemelo del San Juan - de una clase mejor que los brasileños) espera se le haga lo mismo (ya hecho en 2014 en el San Juan) y el ARA Salta (tipo "209", similar a los brasileños) que, dicen, no se hace por caro y sin mayor justificativo.... como ve, el mundo es un lugar amable y generoso y a nosotros por incorregibles, se nos da por desconfiar.
Una duda que me queda, usted dice que son "succionadores de sueños" y me resulta raro... estaba seguro que sólo les importaba succionar dólares, no hay caso, la suya es una mirada poética.
Claro, brindar una mirada literaria a la política tiene sus riesgos, más aún en el final del texto. Coincido en que hay un núcleo duro de no engañados, sino consustanciados con estas políticas de exclusión y exterminio. Con estos no hay coincidencia alguna y las diferencias traspasan lo político para empantanarse en lo ético. Hoy día, a tres años y medio de este engendro, seguir avalando al virrey debería ser un delito. Abrazo enorme y gracias por estar.
Borrargracias Gustavo-comparto y abrazos
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