Pocos creyeron cuando Macri
prometió encabezar una oposición responsable porque nunca supo ser ni lo uno ni lo otro. Ni él y sus cómplices pudieron
ser responsables cuando fueron oficialismo, menos lo serán ahora que han perdido la oportunidad de seguir desmadrando
y saqueando el país, al menos desde la Rosada. Tan irresponsable es este marrano que se atrevió a desparramar tonterías ante un destacado público
internacional, para vergüenza de todos
los que habitamos este querido país. Y por si esto fuera poco, sus
estúpidos seguidores, tan irresponsables
y odiadores como él, se atreven a organizar una marcha con barbijos -fallida, por supuesto- para
protestar contra el gobierno nacional ante el brote de lo que ellos llaman el
"Koronavirus". Así de tontos
son: con K.
Desde Guatemala, Macri agitó la bandera de largada para esta
nueva caravana del ridículo. Nadie
puede explicarse por qué lo han convocado para participar en tres paneles del
Encuentro “Centroamérica, dramas y oportunidades, desafíos y soluciones”, si los tipos como él son los que desatan
todos los dramas y huyen como ratas a la hora de solucionarlos. Pero allí
estuvo, desplegando su odiosa -y
odiable- impronta. Con su frase más destacada se puede sintetizar lo que
es: "para mí, algo mucho más
peligroso que el coronavirus es el populismo". Este palabrerío
incoherente lo revela sin ambages; no es
polémico, como lo calificaron muchos, sino un ignorante, un imbécil, un
desamorado, un insensible. Nadie lo abucheó como merecía; tampoco fue
aplaudido y por eso siguió hablando, sin
freno ni pudor.
Después de afirmar que los países tienen éxito cuando se
animan a la "disrupción tecnológica,
a la competencia y a la transparencia", pontificó sobre su tema
favorito: "las sociedades progresan cuando son meritocráticas".
Pero hay más, porque luego, como si
estuviera dentro de un episodio de Los
Supersónicos, comenzó con una pueril enumeración que terminó en un papelón predecible: "hoy día apretamos un botón y tenemos
un auto. Apretamos un botón y tenemos una habitación. Apretamos un botón y
escuchamos música o tenemos una película. Apretamos
un botón y tenemos pareja. Le digo a mi mujer, que está acá, que me costó
mucho más que apretar un botón". Una
exhibición de infantilismo patológico seguido de machismo obsceno.
Y pensar que todavía hay ‘gente’ que lo sigue, admira y
reivindica. Tanto como para salir a la calle para allanar el camino a la Rosada de alguien como él, tan bruto y malvado, capaz de jugar con
las muertes que está provocando el coronavirus con tal de denostar al modelo político que lo ha derrotado en las urnas.
Caravanas
del absurdo
Los tipos intentaron marchar con barbijo,
aunque gracias a la Revolución de la
Alegría Argentina puede dejar de ser
un país libre de sarampión. Pero no marchan por eso ni por el dengue, que el oficialismo de hace unos meses descuidó.
Tampoco marcharon cuando la salud dejó de tener un ministerio. Ahora marchan
porque quieren hacer de la epidemia que aún no ha llegado un ariete de desgaste, como lo hicieron antes de 2015 con todo lo que
la hegemonía mediática presentó como ariete de desgaste. Los manipulados
que fueron primero el Campo y después
Nisman, convocaron a marchar para decir que Ginés González García es un mal ministro, luego de haber bancado a todos los
farsantes, ineptos y forajidos que integraban El mejor equipo de los últimos 50 años.
Seguramente, pronto volverán a
ser el Campo, aunque el porcentaje de
impuesto a las exportaciones no les afecte en nada. Y aunque no entiendan de qué viene la cosa. Si es contra el
populismo -que tampoco entienden pero
igual desprecian- toda protesta es bienvenida. Y también marcharán para
defender a jueces y fiscales de las reformas que intentará realizar el
presidente Fernández, por más que
reconozcan que más que justicia, emanó venganza desde Comodoro Py. Y si es
un periodista del establishment quien reconoce que muchos jueces inventaron causas contra funcionarios K
para tapar los chanchullos y tropelías de Macri y su pandilla, harán oídos
sordos y saldrán a la calle a protestar por la excarcelación de Julio De Vido.
No marcharon por los tripulantes
del Ara San Juan y mucho menos por Santiago Maldonado porque fueron sumisos al silenciamiento de la hegemonía
discursiva o asimilaron los justificativos de los funcionarios de entonces.
O porque los muertos que provoca la
derecha "bien muertos están",
como el caso de Rafael Nahuel, el joven mapuche asesinado por la espalda en
Villa Mascardi.
Así son: autómatas por voluntad propia y aliados de sus opresores. Por eso
ven lo que ven, escuchan lo que escuchan y siguen a quien siguen. Si aplauden y
asimilan las tonterías de Macri, perdieron
hasta el respeto por sí mismos. Por eso salen con barbijos, como lo han
hecho antes con paraguas o velas, porque viven una épica televisiva que se pergeña en los oscuros agujeros donde
habitan predadores siempre preparados para fagocitar la dignidad de todos. Hasta la de los que marchan por Ellos.
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