No es lo mismo la quita de un subsidio que un aumento de tarifas. En estos días, el ministro de economía, Amado Boudou y el de planificación federal Julio De Vido, anunciaron una quita de subsidios a la energía eléctrica y el gas a sectores de posición económica privilegiada. Además, extendieron esa medida a todos aquellos que consideren que no necesitan consumir energía subsidiada por el Estado. Mientras tanto, aprovechando el revuelo y ante la posibilidad de deslindarse de culpas, el gobernador saliente de la provincia de Santa Fe, doctor Hermes Binner, anunció monumentales aumentos en las tarifas de luz y agua. Eso sí, a diferencia de las medidas tomadas por los ministros nacionales, en la “invencible” bota los aumentos son parejos para todos. Un socialismo a la medida de los que más tienen.
Para avanzar en este tema, es necesario recordar una frase que la Presidenta pronunció en el marco de la Cumbre del G-20, una de las tantas que merece formar parte de una antología: “prefiero enfrentar el enojo de los poderosos antes que la furia de la sociedad”. Sin ostentación de fanatismo, esta idea es toda una declaración de principios, más aún cuando proviene del discurso de una mandataria que participa de una reunión en la misma cueva donde se cocinan las crisis. O Binner no la entendió o precisamente toma la decisión de hacer todo lo contrario. Enfrentar a los poderosos de Santa Fe significaría replantear el sistema tarifario para lograr que aquellos que tienen mayores ingresos abonen un precio de los servicios más alto. Sin embargo, inspirado tal vez en la hibridez del partido que representa –y en la suya propia- decide realizar un aumento parejo para todos. Los que menos tienen subsidian a los que más tienen, a diferencia de la medida anunciada por el Gobierno Nacional. Una palabra que en el hemisferio norte circula como el pan: ajuste.
El esquema tarifario de la Empresa Provincial de la Energía –EPE- establece un precio hasta los primeros 120 KWh consumidos, otro para los segundos y de ahí en adelante, casi el doble. A simple vista uno puede suponer que alienta un ahorro energético y favorece a los sectores que menos consumen. Sin embargo, los primeros 240 KWh consumidos se pagan a un mismo precio tanto en familias de clase media baja como en las de clase alta, con la diferencia de que estos últimos no necesitan cuidarse porque pueden pagar todo lo que consumen, sin límites al bolsillo. En cambio, en el primer caso, pasar de un precio a otro puede significar la diferencia entre llegar o no llegar a fin de mes. Así es el socialismo modelo Santa Fe. El confort para los que más tienen. La precariedad, la angustia y el ahorro para el resto.
El aumento pedido por la EPE es de más del 23 por ciento, escalonado entre diciembre y marzo. Según la empresa, "esta medida aportará a la sustentabilidad de la prestación del servicio eléctrico en la provincia y obedece a la variación de costos en materiales y servicios que la empresa ha debido afrontar". Como dicen siempre los que se excusan cuando no tienen excusa.
Peor es el sacudón que dará Aguas Santafesinas SA. La empresa acuífera formalizó un pedido de suba al Ente Regulador de Servicios Sanitarios de 138 por ciento, también de manera escalonada pero con un 80 por ciento de incremento en el primer bimestre de aplicación y el resto en los períodos subsiguientes. Binner justificó de todas las maneras posibles este monstruoso incremento que se producirá en los meses de mayor consumo, aunque le faltó decir que quien no tenga plata que no se bañe. Cabe aclarar que en el caso del servicio del agua, sólo una parte de los domicilios cuenta con medidores, por lo que la tarifa es independiente del uso que se le dé al fluido.
El rechazo del Partido Justicialista de la provincia no se hizo esperar. En un documento firmado por Ricardo Spinozzi y Jorge Fernández –presidente y vice respectivamente- “rechaza en forma terminante los exagerados aumentos en las tarifas de electricidad y agua que ha dispuesto el gobierno de Frente Progresista”. También “exige que se convoque de manera inmediata a audiencias públicas para que los funcionarios del Ministerio de Servicios Públicos, la EPE y ASSA expliquen de manera fehaciente los motivos por los cuales se apela a este tarifazo que perjudica a la población en general y a los sectores de la industria, el comercio y la producción en particular de la provincia de Santa Fe”. En ninguna parte del texto solicita al ejecutivo provincial que establezca un cuadro tarifario en relación con los ingresos de los usuarios, a tono con las medidas tomadas por el Gobierno Nacional. Eso sí, aclara que las tarifas de los servicios han sido retocadas en siete oportunidades por la administración de Hermes Binner.
No debe sorprender a nadie, pero este incremento en la tarifa de los servicios públicos ya estaba pensado desde antes de las elecciones. Y tampoco es sorpresa que haya esperado el anuncio de la quita de subsidios a nivel nacional. En relación con lo primero, es fácil deducir que si el pedido de “tarifazo” se hubiese dado antes del 23 de octubre, hubiera restado aún más votos a la fórmula presidencial encabezada por el ex anestesista. Con respecto a lo segundo, trata de que este desproporcionado aumento aparezca como consecuencia de la decisión de la quita de subsidios del Gobierno Nacional. Además, al tomar esta medida antes del cambio de autoridades, evita que su sucesor en la Casa Gris dé un primer paso antipático.
Sólo resta esperar la reacción de los santafesinos, que todavía no han tomado verdadera dimensión del impacto que ocasionará en sus bolsillos. Una medida así debe producir un rotundo rechazo de la sociedad, en principio desde lo numérico, lo material. Y después desde lo simbólico pues, una vez obtenidos los votos traiciona a los votantes con un ajuste descomunal, inesperado y extorsivo. Sería bueno que el Gobernador experimente por una vez la furia de la sociedad, para entender qué quería decir la Presidenta con esa frase.
Según Bonfatti SAnta Fe no recibe subsidios de ningún tipo (Los Días Contados del 16/11/2011) y aduce que estos aumentos solo responden a carestía en materiales. Resta preguntarse si los servicios mejorarán (sobre todo la torturante EPE) en la medida de los aumentos. Antes no lo hicieron, ¿ahora lo harán?. Pude que de esta manera el electorado santafesino termine su romance con este sector ajustatario y neoliberal. ¿Se puede imaginar al régimen socialista encaramado a nivel nacional?. ¡Dios me libre!. ¡Otro Menemato!. Santa Fe parece una mini Europa, ajuste tras ajuste. En Rosario seguimos comprando espejitos de colores mientras esperamos un salvaje aumento de tasas y los barrios, olvidados y postergados, seguiremos votando estúpidamente al régimen socialista. ¡Que difícil de entender!.
ResponderBorrarLa quita de subsidios ejecutada por el gobierno nacional esconde también un tarifazo. Muy sencillo: una vez que los empresarios del gas, la electricidad, el transporte, dejen de percibir los 80.000 millones que recibían (desde las privatizaciones menemistas), estos mismos empresarios cargarán ese déficit sobre los usuarios. Es decir: Tanto Cristina como Binner lanzaron el TARIFAZO!
ResponderBorrarRespecto a Binner, el tarifazo ya había sido anunciado en su campaña. El "socialista" había dicho sin prurito que en la Argentina se necesita un 'ajuste de tarifas', además de congelamiento de salarios y devaluación monetaria: un paquete a medida de los capitalistas.