No hay doctrinas filosóficas que sostengan que dos cosas opuestas pueden pasar al mismo tiempo sobre el mismo objeto. Y menos en el mismo universo. Sin embargo, parece que la moda política de esta temporada no es tener miradas contrapuestas sobre el mismo asunto, sino, directamente, presentar hechos que no ocurrieron como si hubieran ocurrido. Tal vez sea porque la primavera se vino medio otoñal, entonces los ánimos están confundidos. Moyano rompe en público con Recalde fundado en una firma que no se ubicó donde denunció que se había ubicado. La fragata varada en Ghana es el producto de una conspiración de los fondos buitre y, al mismo tiempo, una torpeza de Cancillería. La Comisión Bicameral no se había constituido hasta ahora porque el oficialismo quería, desde el AFSCA, controlar el proceso de transformación del mapa mediático o porque la oposición no quería darle entidad a la Ley. El modelo K ha producido cambios insospechados en nuestro país o nos ha conducido a un desastre irremediable del que ya estamos padeciendo sus anticipos. Cosas opuestas ocurren sobre el mismo objeto al mismo tiempo. El mismo producto nos envenena y nos cura a la vez. Lo blanco es negro. No es ‘todo o nada’, sino todo y nada al mismo tiempo. Y bueno, si tenemos una primavera que parece otoño, todo puede pasar en este querido país que vive integrado a gran parte del mundo o que orbita perdido en una galaxia muy pero muy lejana.
Lo que Moyano no quiso escuchar sirve para dejarlo
descolocado. Y también en evidencia. “No
podés ser tan servil al poder”, le dijo el camionero con un descontrol
ensayado. Recalde trató de explicarle pero él se retiró del recinto junto con
sus seguidores. El abogado que acompañó durante tanto tiempo al líder de la CGT
no firmó el proyecto que tanto enojó al dirigente sindical. “Yo me puedo equivocar, pero me equivoco
siempre en la misma vereda. Yo no voy a votar el proyecto de mayoría de mi
bloque y presenté un proyecto de minoría”, destacó ante los medios. Pero Moyano igual se enojó como si
respetara un contrato con el multimedios, como si los que ahora lo alientan
pensaran votarlo, como si el traidor fuera el traicionado. “Nos tendrías que haber dicho, Recalde. No
podés ser tan servil al poder. Invitarnos para decirnos que está todo cocinado.
Es una falta de respeto a los trabajadores y la historia los va a juzgar”. Esa
frase, “no podés ser…”, también la
habría podido decir Recalde… y quizá con más acierto. El proyecto que Recalde firmó es el que había acordado con Moyano pero
éste se forzó a actuar como si el proyecto firmado fuese el otro. Argumento
ideal para una comedia de enredos de la década del cincuenta.
Muy lejos de una comedia de enredos y más cerca de un drama de espionaje es la situación de la fragata
Libertad, retenida a pedido de los fondos buitre en Ghana. Aunque los medios
insisten en responsabilizar al ministerio de Relaciones Exteriores, hay documentos que prueban que Cancillería
estaba en desacuerdo con el recorrido del buque debido a los riesgos de
embargo. El hecho que se haya pasado a retiro al Jefe del Estado Mayor de
la Armada y a disponibilidad al Secretario General Naval así lo demuestra.
Todavía queda Arturo Puricelli, cuya responsabilidad política en el affaire es
indiscutible. O es cómplice de una
confabulación cuyo objetivo es permitir las presiones externas al Gobierno
Nacional o inoperante para descubrir esos entuertos. De haber seguido el
consejo de su antecesora, Nilda Garré, el Ministro nos hubiera ahorrado este
mal trago. Para la actual ministra de Seguridad, la fragata debería hacer
escala en puertos de la UNASUR, para evitar los embargos. Si algo demuestra la
realidad argentina es que las fuerzas de
seguridad, en todos los niveles, no pueden autogobernarse, sino que tienen que
estar subordinadas y controladas por el poder civil.
Poder civil que tampoco es garantía de nada, porque todavía
hay muchos que patean en contra, no del gobierno, sino del país. El juez
correntino de Santo Tomé, Humberto de Biase Echeverría, sólo fue sancionado con
unos meses de inhabilitación, a pesar de
que su maniobra le costó millones al Estado, es decir, a todos. Este juez
fue el que hace dos años batió un récord al dictar 17060 medidas cautelares en
pocos minutos, lo que permitió a los gendarmes disfrutar de elevadísimos
ingresos. El fiscal del jury, César Sotelo afirmó que “dos jueces de esa provincia estuvieron
al servicio de una corporación mafiosa que le dictaban al Estado Nacional la
forma en la que deberían cobrar las fuerzas de seguridad", en referencia,
además de Echeverría, a Graciela Beatriz Duarte, destituida en abril.
Pero ocurren cosas buenas en este país, a pesar de los
intentos de muchos por desanimarnos. Mientras
dicen que el 7D no va a pasar nada, los mismos que lo afirman se están preparando
para esa fecha. Los cómplices, que hasta hace unos días negaban la
legitimidad de la ley sancionada por el Congreso, ahora se integran a los
organismos que dispone la ley para su completa aplicación. Mientras en los medios dicen una cosa, en las instituciones hacen otra.
Por eso, los miembros del Concejo de la Magistratura que denuncian en los
estudios televisivos las desprolijidades y desmanejos en la selección de los
jueces, ante las autoridades de la Corte
suprema de Justicia no dicen ni mu.
Claro, con el 7D todo es relativo y contradictorio. O todo lo
contrario. En estos días, por fin quedó constituida la Comisión Bicameral de
Promoción y seguimiento de la Comunicación Audiovisual, con 16 Diputados y Senadores
de acuerdo a la representación parlamentaria. El radical Ricardo Gil Lavedra responsabilizó al oficialismo por las
demoras en la conformación de esta comisión. “La AFSCA no ha hecho nada y lo poco que hizo, lo ha hecho mal –sentenció-
Durante este tiempo se favoreció a la
enorme cantidad de medios afines o amigos”. En realidad, este hecho que no ocurrió se podría haber evitado con la comisión.
Mara Brawer, diputada kirchnerista, le apuntó a la oposición por “no reconocer las dificultades que ha tenido
la aplicación de la ley y por sólo criticar y no haber asumido sus
responsabilidades”. En el mismo sentido, Agustín Rossi recordó que durante
2010 y 2011, el llamado ‘grupo A’ fue mayoría en el Congreso, pero conformaron “todas las comisiones que les interesaban
pero no integraron la bicameral de medios”. Y para reforzar el sopapo,
agregó que “la oposición no designó a sus representantes porque decidió impugnar
la ley de medios no conformando sus institutos”.
“Argentina tiene una
ley de avanzada. Es un modelo para todo el continente y para otras regiones del
mundo”. Esto no lo
dijo La Presidenta ni ninguno de los miembros de su equipo, sino Frank La Rue, relator especial de la
ONU para la Libertad de Opinión y de Expresión. Y, contra todo lo que dicen
algunos opositores a mansalva, destacó que “es
una ley muy importante. Yo la pongo de
modelo, la he mencionado en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en
Ginebra. Lo es, porque para la libertad de expresión el principio de diversidad
de medios y de pluralismo de ideas es fundamental”. Pero no es el único.
Jean-Luc Mélenchon, candidato de la izquierda francesa, también se refirió a la
ley de medios. “Se habla mucho de
independencia de la prensa –explicó- pero al final es la libertad de que todos
digan lo mismo. La democracia no es el consenso, que es dictatorial, sino
el disenso, que es popular”.
Como siempre, las
construcciones mediáticas siguen chocando con la realidad, pero el modelo sigue avanzando y se presenta en el Congreso con el
formato de presupuesto. Mientras el viceministro de Economía, Axel Kicillof,
da lecciones de economía ante los legisladores, alguien abandona lo que nunca ejerció. En efecto, Elisa Carrió, tal
vez afectada por el estrepitoso fracaso en las últimas elecciones o tentada por
las luminarias de los estudios televisivos, ha decidido abandonar la política.
Durante una conferencia en la Universidad de La Plata aseguró estar “casi con un pie afuera de la política”. Y tiene vergüenza, no de su actuación sino
por la “degradación tan grande de la
clase política”. Y el mate
del estribo: “la presidenta Cristina
Kirchner va casi con desesperación a la dictadura”. La vamos a extrañar en serio. O todo lo contrario, pero al mismo tiempo.
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