La conmemoración del segundo aniversario por la muerte de
Kirchner encontró a la militancia dispuesta a realizar múltiples encuentros.
Emociones profundas que se mezclaron con alegría y se caracterizaron por la
variedad. Lágrimas y risas, porque ya no
está pero no se fue; no nos dejó huérfanos ni en la ruina. El intento de
los carroñeros por exaltar su figura para empequeñecer la de Cristina no da
resultado. El vidrio ya no forma parte
de la dieta de muchos argentinos. Una de las herencias más importantes que
dejó Kirchner fue la convicción de que el país soñado es posible y está a la
vuelta de la esquina o apenas un poco más allá. Y que no hay que pedir permiso a nadie para realizar las
transformaciones necesarias. También, y esto es muy importante, que un
tropezón no es caída, sino una excusa
para tomar envión. Claro, no todos saben transformar un tropiezo en
impulso. El socialismo en Santa Fe
cuando trastabilla, parece que se zambulle y le cuesta retornar a la superficie.
A más de una semana de la crisis policial desatada por la implicación de
Tognoli en delitos de narcotráfico, las medidas son erráticas, tímidas,
temerosas. Cuando un representante no sabe bien a quién debe representar ocurre
esto: el camino se convierte en un
laberinto del que resulta muy difícil escapar.
Y si las medidas son confusas, las declaraciones producen
extravío. “Tenemos un gran compromiso de
que esto no pase a la impunidad como tantos casos anteriores –declaró Hermes
Binner en una entrevista radial, sin especificar a qué casos se estaba
refiriendo ni qué hacer con ellos- Esta
es la primera vez que ocurre en la provincia de Santa Fe un hecho de esta
naturaleza y vamos a trabajar a partir de allí para avanzar en la denuncia y en
la investigación de los hechos que pueden comprometer las políticas en una
seguridad mejor para la provincia". Nada de nada. Una frase del
peor de los catálogos. ¿Qué es lo que
ocurre por primera vez en la provincia? ¿Que el Jefe Máximo de la policía esté
implicado en el narcotráfico o que salga a la luz? "Tognoli llegó a ese lugar por el escalafonamiento –argumentó el
ex gobernador para justificar el nombramiento de semejante personaje- pero además porque tiene una foja de
servicios en blanco. Para nosotros es de vital importancia tomar este caso como
un caso índice. Comenzar a investigar, abrir canales de participación que
permitan encontrar la solución del problema que nos aqueja".
Importante aclarar que
no estamos ante una epidemia o un fenómeno climático, sino del resultado de la
inacción política. El
problema de la corrupción policial y el narcotráfico –sigue Binner- “es un tema muy difícil […] Cuando preparamos el programa de gobierno,
allá por 2006, planteamos el tema de la seguridad como un tema que no teníamos
por dónde entrarle”. ¿Acaso esto no es una confesión de su inoperancia?
Pero lo que viene es peor: “no teníamos un acercamiento hacia adentro
de la fuerza. Por lo tanto, nos
manejábamos con el escalafonamiento y con la foja de servicios para los
ascensos. Esto se dio durante todo este tiempo. Lo que nadie imaginó fue que el
punto de partida de la investigación era el jefe de policía". Jamás pensó el ex anestesista que las
fuerzas de seguridad deben ser conducidas por el poder civil y no se puede
transformar lo que no se conoce. Y lo confiesa sin ponerse colorado.
Pero además, el tema le resulta ajeno a su gestión. Si bien
el narcotráfico es un delito federal, eso no significa que la policía
provincial pueda ser cómplice. Y en este caso, el ex candidato presidencial se
lava las manos y desparrama responsabilidades hacia las fuerzas de seguridad
nacionales, en la que no debe haber angelitos, tampoco. Porque Tognoli fue
puesto al frente de Drogas Peligrosas por el propio Binner y un jefe no debe ser elegido sólo por el
escalafón ni tampoco dejarlo sin control en su accionar. En realidad, es el
propio socialismo el que genera los problemas y espera que otros se lo
solucionen.
Como en sus políticas educativas. La nueva currícula para la
educación secundaria es a todas luces un despropósito. Si el polimodal reducía
la cantidad de horas de historia y geografía y las amontonaba en una negación
de las disciplinas llamadas Sociales, lo que se viene es mucho peor. No sólo
con la historia y la geografía, sino también con la biología. Porque para la
educación socialista, con un año de cada una de ellas alcanza y sobra. Así es.
En los próximos años, los estudiantes
tendrán sólo un año de historia, geografía y biología. Sólo un año. Y le
echan la culpa a la reforma nacional. Un año para contar ocho siglos de
historia. Un año para conocer la geografía del planeta. Un año para conocer la
vida. Su propuesta educativa elimina más
contenidos de los que eliminaba el Plan Federal, mientras el gremio sólo se
ocupa de la preservación de los puestos de trabajo y no de la calidad de lo que
se difunde. Si un profesor de historia o geografía debe convertir sus horas
para dar Expresión Corporal o Convivencia, no hay ningún problema para los
representantes sindicales. Si los jóvenes terminan su secundario sin saber muy
bien qué hizo San Martín o Napoleón, no importa, porque sabrán mover el cuerpo con armonía y podrán planificar salidas a
los parques más bonitos de la ciudad. Y no aceptan modificar una letra, a
pesar de todas las protestas. Soberbios
y brutos, la peor combinación para un equipo gobernante.
Aunque suene odioso, vienen bien las comparaciones. El Gobierno Nacional tiene sus asperezas y
sus puntos oscuros. Alguien dirá “nadie
es perfecto”. Habría que discutir en serio la necesidad de seguir teniendo
en nuestro vocabulario un término tan inalcanzable como ‘perfección’, cuyo fin no es reflejar algo de existencia
real sino crear frustraciones para quienes lo inventaron. Pero será para
otro apunte. El equipo conducido por La Presidenta sabe dónde pisa y por qué
pisa. Si hasta ahora no le ha dado trascendencia a la inflación, por ejemplo,
no es porque no tenga la capacidad de frenarla sino porque está tratando de que la solución no genere un nuevo
conflicto.
Unas semanas atrás un trabajo realizado por la consultora D’Alessio
Irol en el Coloquio de IDEA de Mar del Plata reveló que un alto porcentaje de
los empresarios reconoce haber incrementado sus precios a la par de los costos
salariales. Sin embargo, un 20 por
ciento de los encuestados admitió que el aumento de los precios fue “mucho mayor al aumento de la mano de obra”. En muchas oportunidades, el diputado
por Nuevo Encuentro, Carlos Heller, explicó que los incrementos son
consecuencia directa de “la puja
distributiva y no de la emisión ni del gasto”. Entonces, los formadores de
precios tienden a aumentar su rentabilidad y para frenarlos “hay que meterse con ellos –afirma Heller-
aplicando políticas impositivas que
tengan progresividad cuando la rentabilidad está creciendo por la vía
especulativa”.
Una reforma impositiva
es una medida pendiente tanto del Ejecutivo como del Congreso. Por el momento, el Gobierno inauguró
una página web donde se puede acceder a los precios de 350 productos, ofertas y
descuentos en cada sucursal de nueve cadenas de supermercados de todo el país. Una manera de convocar a las bestias para
que dejen de aumentar por costumbre. Pero si la persuasión no alcanza y la
negociación no funciona, habrá que apelar a otras medidas. Controles de costos
y ganancias, por ejemplo. O sanciones y multas. Un estudio de Ibarómetro señala
que CFK obtendría casi un 48 por ciento de los votos si las elecciones fueran
hoy y la imagen positiva alcanza un 54 por ciento. Pero lo más importante de esa encuesta es que más del 60 por ciento de
los encuestados considera que la intervención del Estado en la economía debe
ser muy activa. Y también en todo lo demás. Quizá ésta sea la herencia más
importante que ha dejado Néstor Kirchner en su breve paso por la vida política
nacional. Un cambio fundamental en la mirada de gran parte de los argentinos: un Estado que ya no es cómplice de los
poderes fácticos sino aliado con las mayorías a las que debe representar. Y
cuando La Presidenta dice que gobierna para los 40 millones, no se está
olvidando de eso, lo está confirmando.
Quedó demostrado que NK no fue lo mismo, que no todos los políticos son lo mismo. NK
ResponderBorrar¿Qué legado dejó Néstor Kirchner? En lo formal, un estilo diferente desde los actos políticos a la birome con la que solía firmar los actos administrativos -mocasines, traje cruzado y hasta esa popular lapicera están expuestos a modo de síntesis en el Museo del Bicentenario, en la ex Aduana de Taylor-, podrían demostrar que no hubo otro como él en la Casa Rosada. Pero esa vidriera, atractiva y sorprendente, fue la invitación a un interior profundo con el que se abrió el siglo nuevo en la Argentina.
Humanizar una gestión de Gobierno después de padecer durante demasiado tiempo lo contrario, pudo haber sido una consigna de campaña pero no lo fue. Simplemente Kirchner se dejó ver y fue comenzando a ser Néstor. Así arrancó ese mismo 25 de mayo de 2003 al asumir la primera magistratura, jugando como un chico desde el estrado de la Asamblea Legislativa con el bastón de mando.
Eso sólo habría bastado para comprender que con él llegaba un Presidente que las nuevas generaciones comenzarían a mirar sin indiferencia.
Era el nuevo Presidente de un país rico que había sido mal gobernado, sujeto a los dictados del FMI y que, por ello, había estallado de indignación el 20 de diciembre de 2001, el país que en un gran esfuerzo político e institucional para emerger del fuego se había devorado cinco presidentes en menos de diez días.
“Me sumé a las luchas políticas creyendo en valores y convicciones a los que no pienso dejar en las puertas de la Casa Rosada”, dijo en su discurso de asunción.