Un pedido desesperado a quienes
tengan intenciones de sumarse a la carrera presidencial: un poco de seriedad a la hora de hacer las propuestas de campaña.
Un programa de gobierno no puede estar basado en inconsistencias tales como el respeto a las instituciones y la división de poderes, salvo que estemos en lo más profundo de una
crisis, situación que formó parte de las peores pesadillas de nuestro pasado.
O, en todo caso, que sus autores enumeren las situaciones en que se alteran
esos tópicos y que aclaren quiénes son los que las provocan. Claro, esto no lo
dicen porque los que más pisotean las instituciones son los grupos económicos concentrados que hacen lo imposible para
gambetear las leyes y presionan al Poder Judicial para que facilite su perverso
accionar. Tampoco vale agitar el fantasma de la corrupción porque así, en
abstracto, sólo contribuye a generar desconfianza hacia las autoridades
avaladas por el voto popular. Así no
vale: no existe La Corrupción, sino los personajes corruptos. Esa debe ser
la manera de construir un país con futuro.
Pero no son éstas las únicas
inconsistencias que se han escuchado de los apresurados candidatos en campaña. El
aislamiento del mundo es un lugar común de los que – de manera conciente o no- pregonan un retorno a las relaciones
carnales que tanto nos han perjudicado. Porque cuando dicen que estamos
así, aislados del mundo, deberían especificar también de qué mundo estamos aislados. Porque si no parece que viviéramos
en la estratósfera del Infame Riojano,
que no es Ramón Díaz, vale aclarar. Ni siquiera Cuba, que es propiamente una
isla bloqueada por el Imperio, está aislada del mundo. Entonces, para que esa
fórmula que recitan no parezca una pavada deberían aclarar qué significa estar
aislados del mundo. Si no lo hacen, quedará como pavada.
Y vaya si lo es. El relato kirchnerista de esta semana
incluye dos hechos internacionales trascendentes por el mismo precio. De paso,
podemos incluir el buen resultado que tuvo el escandalete de la emblemática
carta papal, con la desmentida de la
desmentida realizada por el propio Francisco. Todavía estamos a la espera
de las disculpas pertinentes por parte de los periodistas y políticos de la
oposición que salieron a decir tonterías deslegitimadoras entre el jueves y el
sábado de la semana pasada. Mientras
esperamos en vano, podemos seguir adelante con este apunte.
Uno de los hechos
internacionales importantes ya es conocido, salvo para los lectores cautivos de los medios hegemónicos, que
poco o nada publicaron del asunto. Nuestro país fue invitado por Rusia a participar
de la sexta cumbre del Brics, el bloque de países emergentes, en Fortaleza,
Brasil, a mediados de julio. Este organismo reúne a cinco países que, en
conjunto, significan la cuarta parte del
producto bruto mundial, el 43 por ciento de la población del planeta y moviliza
el 20 por ciento de la inversión del mundo. El mero hecho de haber sido
invitados, da por tierra esa absurda consigna del aislamiento que muchos aún
denuncian. Mientras más lejos estemos del
mundo del que, según ellos, deberíamos formar parte, mucho mejor nos irá.
La Presidenta se hizo cargo de
dar a conocer el segundo hecho, para que
no sea ocultado, minimizado o tergiversado por los confundidores de siempre
y tiene que ver con el acuerdo alcanzado con el Club de París. Negociación muy compleja
porque las exigencias iniciales de los acreedores no se condecían con las aspiraciones de un país que está re-construyendo su soberanía.
Porque ganó la cordura o porque la convicción de Kicillof deslumbró a los
negociadores, el resultado es muy favorable. Y para los que dicen que la deuda
no debería pagarse, ya es demasiado tarde, porque desde 1983, con la asunción
de Raúl Alfonsín, los estragos económicos
de la dictadura pasaron a formar parte de nuestro
patrimonio. Podría haberse
evitado, pero no pudo ser.
Entonces, todos los que se
erigen como revolucionarios de varieté, en lugar de clamar dicterios contra la
Deuda, deberían exigir que los que se
beneficiaron con ella contribuyan a pagarla. Porque las enormes cifras que
entraban con formato de crédito iban a parar a las cuentas extranjeras de los
empresarios instigadores del golpe, en lugar de destinarse al desarrollo productivo.
Nombres de los principales exponentes del Poder Económico que, en vez de agradecer semejante favor, continúan especulando y complotando para
seguir llenando las jorobas. A éstos hay que reprocharles el tema de la Deuda. O por lo menos, recordarlo cada tanto para
que no sigan jorobando nuestra vida.
Muy Bueno Gustavo ! Y son tan Necios (los Grupos archi conocidos) que no solo no pudieron aceptar y/o digerir,q un Funcionario tan Joven y TAN CAPAZ haya logrado un Acuerdo "sin arrodillar al País ,que lanzaron Todo tipo de hasta "infantiles" argumentos para impedir que los 40 millones de arg. realmente conocieran Tan Brillante Gestión ! Por suerte la Gran Mayoría lo sabemos.
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