El día del
Periodista incluye a todos los que han abrazado esa profesión, desde anónimos
que sólo saludan familiares y amigos hasta encumbrados
personajes que son felicitados por todo el mundo y reciben costosísimos regalos
con fragancia a soborno. Desde los que se juegan el puesto con el fin de
esclarecer al ciudadano hasta los
mercenarios que no cesan de confundir a la Opinión Pública a fuerza de incongruentes
fábulas y malsanas interpretaciones de los hechos. Desde los que honran el
derecho a la información con su trabajo hasta los que convierten infartos y suicidios en crímenes políticos.
Desde los que desagradan al Poder Real hasta los que no saben qué coreografía inventar para recibir una
tierna caricia de los poderosos. El periodismo vernáculo nació para dar
letra a la Revolución y hoy se debate entre la marginal militancia opositora y la hipócrita neutralidad de los popes hegemónicos. En el medio, un
público que se divide en nostálgicos de tiempos mejores y cautivos que creen no estar ni de un lado ni del otro pero consumen, sin dudar, las falacias que se
vomitan desde los medios del monopolio y sus acólitos.
En los 18 meses
del Cambio, 2500 periodistas perdieron
su trabajo y la pluralidad tan cacareada acaba siendo una de las tantas
promesas incumplidas. En pos de la diversidad de voces, destierran de la TDA al canal informativo Telesur para poner en su
lugar la versión televisiva del diario La Nación. Para fortalecer la
libertad de expresión, favorecen el
crecimiento del Grupo Clarín y reducen la pauta oficial a los medios que
más la necesitan. Los que prometían no perseguir al que piensa distinto impiden que los panelistas de 678 vuelvan a
la televisión. Los que antes denunciaban la manera en que se conducían los
medios públicos, los han convertido en las primas
desventuradas de los dominantes para llevar el recuperado rating hacia el
cero. La amenaza de una voz única y
omnipresente está a la vuelta de la esquina y la democracia se debilita por
su intensidad que decrece con cada medida.
Los titulares del
ex Gran Diario Argentino no paran de alimentar
prejuicios, ocultar tropelías, minimizar fracasos y fomentar la indignación
selectiva. El famoso video de La Rosadita se difundió hasta convertir en
delito el conteo de dinero, siempre y
cuando sean K los protagonistas. Además de Lázaro Báez estaba Ángelo
Calcaterra, el primo de Macri, pero sólo
el primero está inadecuadamente preso. Ahora que de los allanamientos a la
empresa IECSA, ligada de manera
encubierta al empresidente,
surgió que su dirección fiscal es la financiera de Báez, archivan las imágenes en el cajón más oscuro. Como consiguieron
votos gracias a la telenovela de Nisman, de cara a las legislativas probaron
con el infarto de Ducler, aunque el
globo se pinchó en pocas horas. Lo que más los desnuda es que hayan
presentado el accidente del que fue víctima el fiscal Federico Delgado como eso
y que el hecho de que investigue el caso
Odebrecht no haya inspirado ni una línea de sospecha. No hay democracia
posible con semejante tamaño y tan nefastas intenciones.
Plumas en alquiler
Desde sus páginas
demonizaron militantes, mancharon con miles de calumnias y estigmatizaron a gran parte de los ciudadanos. Desde sus
micrófonos, condenaron piqueteros,
alentaron cacerolazos y exaltaron a taxistas. Desde sus estudios
televisivos, jerarquizaron la mentira, legitimaron
la ignorancia y posicionaron a los peores candidatos. Y se dicen
periodistas aunque construyeron las
versiones más amañadas de la realidad para
lograr el rechazo hacia medidas de inclusión insólitas, como la AUH, la
moratoria previsional y los subsidios a los servicios públicos. Hasta lograron
que el Plan Qunitas, kits para madres recientes que nació en Finlandia, sea
interrumpido por la gestión amarilla. Ahora
que hasta en EEUU comenzará a aplicarse, no saben qué decir.
Desde su
descomunal poder de daño, hicieron de Milagro Sala un enemigo público a fuerza
de denuncias convertidas en procesos
amañados por jueces obedientes. Después de un año y medio de
encarcelamiento ilegal, cuestionado por numerosos organismos internacionales, el juez Isidoro Cruz declaró la nulidad del
juicio que la condenó por un acampe. El otro proceso, el del escrache al
hoy gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, está tan emporcado de mentiras y testigos falsos que pronto se convertirá en
pasado. Sin embargo, aún sigue presa porque su libertad alteraría la tinta
del diario de la cornetita y sus secuaces. Los
amarillos no soportarían dos tapas adversas del matutino manchado con sangre.
Si Unicef revela
que más de cinco millones de chicos
viven en la pobreza, si el consumo cae
como nunca y la industria local agoniza
por la destructiva importación, si la inflación no cede a pesar de la
recesión fabricada a fuerza de ajustes, los
voceros del monopolio susurran tenues lamentos de ocasión. Sus dueños
todavía quieren conseguir más negocios antes de destronar al Ingeniero. En
cuanto Macri se niegue a incorporar el monigote rojo a la bandera argentina, las tapas de Clarín comenzarán a ejecutar
la sentencia.
Muchos de los que
celebraron el día del periodista han
manifestado su enojo por la libertad de Cristina. Uno de ellos, Jorge
Lanata –que pasó de crítico a servil- considera que no meter presa a CFK es uno de los peores errores de Macri.
Tanto veneno con formato de informes híper
recontra chequeados no puede caer en saco roto. Quizá por eso, la artificial calma demostrada por el
Gerente de La Rosada SA al referirse a la candidatura de la ex presidenta los debe haber sacado de quicio. Ella “tiene derecho a presentarse”, masculló
con mal humor, aunque agregó que “expresa
un montón de cosas que le han hecho
mucho daño a la Argentina". Sin argumentar, como siempre, acorde con el pueril tono con que se dirige
a su público.
Si no fuera por
el blindaje mediático, su preocupación de “seguir
encontrando soluciones para que más argentinos sientan el cambio que se da en
el país: trabajo con esa obsesión todos los días", sonaría más como una amenaza. Pero los
apologistas que celebraron esta semana sólo esbozan una mueca de esperanza,
aunque ya todos saben que, después de octubre, insistirán con equilibrar las cuentas con más recortes y recesión.
Si Cambiemos gana las elecciones legislativas, harán el ajuste impulsados por
el consenso de los números; si el
resultado es adverso, harán lo mismo pero por venganza. Cuando gobierna el
establishment, nada bueno puede
esperarse. Más aún cuando las decisiones están inspiradas en las exigencias que un grupo económico
realiza desde las tapas de su diario. Así, ningún país podrá salir
adelante.
gracias Gustavo-abrazos
ResponderBorrarUn informe brillante, exhaustivo y aterrador...¿Que es lo del monigote rojo en la bandera argentina?...
ResponderBorrarEl símbolo de Clarín, el tipo tocando el instrumento
BorrarTengo la sospecha de que se preocupa en exceso, las cosas vienen marchando muy bien, los brotes verdes ya son arbustos y la influencia mundial del virreinato de la alegría se acrecienta, ahí tiene la visita de la nazi ex comunista Merkel para reconciliarse en la sinagoga..... triunfo maravilloso de esta enorme gestión.... y éso que el virrey no quiso humillar a la teutona con SU golazo de tiro libre que hace furor en China.
ResponderBorrarSí pasan cositas menos lindas, como ésos 2500 sobrantes del periodisimo, ñoquis K seguro, pero ya ve, el virrey interviene y convoca a lo mejorcito del periodismo nacional para saber qué falta, qué necesitan y, claro, enterarse de los últimos chismes y puteríos (piense que, en el fondo, es casi un ser humano).
Está todo bien, allanan la Rosada por negocietes virreinales y, como corresponde al gran distorsionador argentino, le ahorran el disgusto evitando esa noticia y usted, chocho, puede seguir en sus cositas.... como puede apreciar, nos quieren y nosotros somos los ingratos.