Las tropelías de los amarillos
tienen, todavía, pocas consecuencias en
la percepción positiva de una parte importante de la sociedad. Nada la
afecta, ni los chanchullos económicos del Gran Equipo, el furor represivo contra los que se ponen en su camino ni la
succión vampírica de nuestros
bolsillos. Nada extirpa la angelical
imagen de Macri y su ballet que los cautivos incrustaron en sus retinas ni
destierra las esperanzas que abrazan, aunque La Revolución de la Alegría ya
no despierta ninguna. Cuando los muertos se empiezan a amontonar no debe haber lugar para la indiferencia.
Si en tiempos de Cristina vociferaban por la inseguridad hasta por el fallecimiento de una mascota y marcharon bajo la
lluvia por el falso homicidio del fiscal, ahora no mueven ni una célula ante la pulsión gubernamental de asesinar compatriotas.
El público globoadicto parece inflado a imagen y semejanza de sus
gobernantes y por eso, las reacciones son monstruosas. Que el empresidente aproveche un finde largo para descansar y jugar al
tenis en medio de la crisis del
submarino es una muestra de eso. Quizá no tenga mucho para aportar en un
incidente tan específico, pero al menos que
disimule lo poco que le interesa. Una foto bien dispuesta con funcionarios
preocupados ante un mapa no alcanza para
gobernar el país, aunque los trolls
de Marcos Peña la multipliquen por las redes. Sin embargo, muchos cautivos se conmueven ante las
puestas en escena que construyen el simulacro amarillo. Aunque la imagen
sea en extremo obscena -tanto en su composición como en sus fines-, alcanza
para alimentar a los seguidores del Cambio. Los crispados de otrora son
los híper relajados de hoy, a pesar de que sobren los motivos para estar
como antes.
Ahora que los problemas son
reales, las quejas parecen desterradas o
al menos, contenidas, como si el consejo con forma de orden “hay que darle tiempo” tuviese validez
eterna; como si ignorasen que la
sensación de metida de pata comienza
a trepar a la categoría de certeza; como si el narcótico fuese incapaz de
adormecer por siempre todo atisbo de conciencia. El encantado sabe que cuando se rompa el hechizo, el horror
explotará ante sus ojos. Por eso se aferra a los jirones de optimismo que
los ceócratas tejen con dificultad. Cualquier filtración negativa podrá ser neutralizada con unos cuantos sí, se puede y seguirá por la vida feliz por haber contribuido al fin de la tiranía K.
El
hábito del terror
Desde que 42 gendarmes dieron su vida por la causa represiva en
un accidente de tránsito en Salta, la
tragedia empezó a salpicar estas tierras.
Así comenzó a gobernar Macri, poniendo
todas sus piezas sobre el tablero, aunque tenga que sacrificar algunas.
Según la Correpi –Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional- las tropas amarillas baten el triste récord
de casi un muerto por día. El gatillo fácil se ha convertido en obligación para los uniformados que se
despliegan en todas las latitudes. Los familiares de Santiago Maldonado no
habían terminado de despedirse de sus restos cuando una nueva bala detonó
en nuestros corazones. Rafael Nahuel, un mapuche de 22 años, es otra
víctima de esta Conquista del Desierto
siglo XXI que, como la del siglo XIX, sólo busca resguardar a los terratenientes.
Esta vez fue prefectura la
encargada de desalojar a una comunidad mapuche de un lote en Villa Mascardi, a dos
días de promulgada la ley 26160, que suspende
por cuatro años los desalojos en tierras ancestrales. Y como el peor pasado
confluye en este presente, las versiones oficiales toman por valedera la excusa del enfrentamiento. Un enfrentamiento
extraño de hondas y boleadoras contra
fusiles y metralletas; tan extraño que la víctima recibió un disparo que entró por un glúteo y salió por el tórax.
En tiempos de la dictadura, los titulares ponían combate cuando relataban
oscuros secuestros, homicidios y fusilamientos. La diferencia es que las
tapas de ahora son a todo color. En aquel entonces, los lectores no tenían a su alcance información contra hegemónica, pero
ahora sí. Si todavía quedan crédulos incondicionales es porque están
guiados por una voluntad malsana.
Los cautivos televidentes del asfixiante
relato oficial consumen a diario los
argumentos de los poderosos. Los conflictos generados por la guadaña
impiadosa de la Gerencia PRO son interpretados como palos en la rueda en este
camino al paraíso neoliberal. Los mapuches son terroristas peligrosos
que pretenden apoderarse del país con
piedras y lanzas, los trabajadores impiden la competitividad con sus pretensiones de una vida digna
y los jubilados provocan el déficit
fiscal que tanto desvela a los funcionarios. En la mirada patronal de los canales más vistos, el salario es un gasto, la seguridad social, un desperdicio y la
desigualdad, un principio arcano. Los voceros de la pantalla deben
justificar este purgatorio que padece la mayoría por el pecado de haber gozado de algo parecido a la equidad. Los
apologistas mediáticos ponderan a los pobres que agradecen, sumisos y humillados, los mendrugos que
caen de la mesa del amo y señalan como
enemigos a los que reclaman por sus derechos. Los monigotes detrás del
vidrio se emocionan con gestos dadivosos y comedores comunitarios exitosos y condenan con furor las acciones solidarias y la organización horizontal.
La programación tiene como fin aglutinar
individuos para evitar que la comunidad se consolide como pueblo.
El televidente que antes
recibía sobredosis de indignación hoy
inunda sus venas con una paciencia de rumiante. Los venenos que regurgita contagian el cinismo de la clase gobernante,
tanto que es capaz de celebrar el resultado de una autopsia y festejar como si fuera un gol, la
puntería de un balazo en el glúteo de un joven.
gracias Gustavo, termino el dia leyendo tu apunte, lo comparto y que bonito el fondo nuevo, da ganas de escaparse aun lugar asi-abrazos
ResponderBorrarNo sé, Gustavo, usted es tan pesimista que da miedito, fíjese que han pasado 24 horas y la carrió no dijo ninguna asquerosidad y éso, bien lo sabe usted aunque insista en disimularlo, es un gran, gran, acontecimiento que debiera llenarnos de esperanzas..... de otros no le digo porque el médico me lo prohíbe.
ResponderBorrarEs muy esperanzador saber que hay patriotas que son capaces de escribir todas estas verdades pues este gobierno como oligarcas liberales contemporáneos que son, están destruyendo sin piedad al estado y endeudandolo por muchas generaciones, veo con mucho dolor como se está perdiendo el gran esfuerzo y muchas veces la vida de nuestros próceres, anónimos y conocidos que hicieron grande nuestra Patria. Este gobierno es nefasto y no le interesa el daño que están haciendo, son traidores criminales de lesa humanidad. No tienen perdón ni de Dios, ni del pueblo trabajador. Con la actual política liberal, el Presidente Macri, deja a la Nación sin el cumplimiento de un destino histórico común. Hoy ya no es necesario ocupar militarmente a los países. La ocupación es cultural y económica, y con eso basta para tener sometida a una Nación. Cuando el pueblo no puede comprender su identidad, conforme a su ser nacional, ha perdido su conciencia de Patria y deja de ser una Nación en busca de un destino histórico común, esto nos lleva a la mayor de las corrupciones políticas de la sociedad y el más peligroso vaciamiento de la Nación, negando la posibilidad de instaurar el bien común de la argentinidad.
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