El Poder está en el poder. Los poderosos tienen plena hegemonía,
como en otros momentos de nuestra historia, con el aderezo de que ahora
consiguieron legitimidad en las urnas. El triunfo electoral
avala lo realizado y auspicia todo lo
que venga. Una situación perfecta para mutar en realidad las apetencias más
egoístas; el escenario ideal para hacer del país un coto de caza con presas tan dóciles que saltan a las fauces con
sólo chasquear los dedos. El voto habilita que las burlas se conviertan en
motivos y las paradojas, en norma. Otra vez el cinismo se ha hecho gobierno y ha contagiado a una parte de la
población para que adopte y propale el
ideario desigualador de siempre.
Sin las promesas de 2015 pero con la misma impronta embaucadora. Sin argumentos pero con muchos clichés.
Como un embrujo, que sólo necesita unos pases y algunas palabras susurradas
para controlar una legión de autómatas.
Aunque el panorama sea tenebroso, siempre se puede encontrar alguna luz: de tan envalentonados, se están volviendo
bravucones y de tan atolondrados, se pueden tropezar.
Algo así puede interpretarse
del Discurso Refundacional del empresidente
Macri el lunes pasado. Al triunfo
en las legislativas, se sumó la detención de Julio De Vido y la forzada
renuncia de Alejandra Gils Carbó. ¿Quién
no se siente campeón con tantos puntos a favor? Más aún si juega con los
más grandotes, tiene sobornados a todos los árbitros y el relator convierte el abusivo
desequilibrio en un ajusticiamiento épico. Por eso se da el lujo de decir
que para tener un mejor futuro “cada uno
tiene que ceder un poco”, aunque ese
‘cada uno’ se reduzca, una vez más, a los asalariados, los jubilados y los más débiles
de esta cadena alimenticia. Pero claro, los poderosos a los que
Macri representa nunca ceden nada: sólo
exigen al Estado que colme sus barriles a cambio de derramar algo, si es que se
empachan.
Que un país que produce
alimentos para más de 400 millones de personas tenga dificultades para
alimentar a su población –que apenas supera el diez por ciento de eso- es una muestra de la distorsión ética que
padece. La desigualdad no es un virus imparable, sino el resultado de la avaricia de una minoría que no cesa de acumular
fortunas. Si algún sector debe ceder es precisamente ése: el conformado por
los agroexportadores, industriales y financistas más acaudalados. Lejos de ceder, no paran de reclamar rebajas impositivas y reducción de los salarios
para multiplicar sus ganancias sin invertir un centavo. El reclamo del Gerente
de La Rosada SA no debería estar dirigido a toda la población, sino a ésos que son dueños de casi todo y
han decidido ir por más. Eso es cinismo: presentar como salida a la crisis
auto-inducida la renuncia de las
mayorías al temblequeante bienestar, mientras los verdaderos representados amontonan divisas en sus colchones y
alimentan cuentas offshore con el producto de sus trapisondas. El
descalabro económico desatado por el Gran Equipo sólo beneficia a unos pocos,
pero la reparación está en manos del
resto, que ya no encuentra olla que rascar. Una imagen estándar del cinismo
es proponer sacrificios a los que no
tienen nada que sacrificar para que los privilegiados continúen trocando en oro la sangre que chorrea
del altar del Mercado.
La
mascarada del Ingeniero
Afirmar que las declamaciones
de Macri están empalagadas por un
cinismo de antología puede resultar obvio para algunos o indignante para
otros. Quienes adhieren a sus conceptos –y hasta los aplauden- deben ser tan cínicos como él o tener menos
olfato que un engripado. Y si lo
ignoran a voluntad, después no vengan a
suplicar ayuda cuando el fango supere su cintura. El presidente offshore –sin ánimos de exagerar- es el
paradigma del cinismo. Ejemplos abundan: sólo
un cínico nombraría como ministro de Agroindustria al presidente de la SRA,
Luis Miguel Etchevehere, después de anunciar que se terminaron las avivadas; imponer como funcionario a alguien acusado
de administración fraudulenta, evasión
tributaria y violación de la ley penal cambiaria por su propia hermana; instalar
al frente de una cartera de Estado a alguien procesado por esclavizar personas es una provocación que los organismos
de DDHH no deberían eludir.
Sólo un cínico puede fingir
empatía con la familia Maldonado después
de ignorar su dolor durante casi tres meses. O esputar “es tan inocente un gendarme como un ciudadano común” cuando el régimen judicial que lo secunda
convierte en culpable a cualquier K que se cruce. O sentenciar que los
testigos mienten cuando sus laderos
pergeñaron las pamplinas más infames para confundir a la opinión pública. O
alentar el cierre de la causa para reforzar
el manto de impunidad que lo cubre desde siempre. O explicar que el caso
Maldonado “tiene que enseñarnos a no usar
una persona para hacer política”, aunque
su muerte se produjo para proteger las tierras de un multimillonario extranjero.
Macri es el exponente de una
aristocracia que no puede disimular su cinismo. Hasta el aliento que impulsa
sus palabras debe oler a eso cuando
pontifica sobre la meritocracia y denuesta a los ñoquis mientras inventa
cargos de nombres incongruentes para acomodar
a familiares, amigos y mascotas con salarios de seis cifras. O cuando
propone la eliminación de las jubilaciones de privilegio que fueron eliminadas
hace un montón como zanahoria para la
aprobación de sus peligrosas reformas previsionales. O celebrar el ahorro
que significará la reducción de los haberes de jubilados y pensionados, después de haber cercenado su acceso a
medicamentos gratuitos. O decir que “en
los próximos días presentaremos propuestas para la transición” cuando aún no se ha discutido hacia
dónde se orientará la reforma jubilatoria.
Cuando
el cinismo gobierna, todo se torna cínico. Como si fuera un
iluminado, Macri intenta refundar el país, mientras
lo está re fundiendo. Por eso quiere
empezar de cero apelando a una especie
de desmemoria selectiva. En sus variadas
intervenciones siempre apunta a lo mismo: demonizar
todo lo K porque logró disputar el Poder para instaurar cierta equidad.
Para él el futuro se reduce a evitar que
gran parte de la población piense en un retorno a las bondades de esa
década extendida, aunque para eso deba
forzar tanto hechos como interpretaciones. Aunque deba decir, con mucho
cinismo, por supuesto, que “Nuestra Historia
nos ha negado crear un rumbo común”.
Como si la Historia fuese algo dado y no lo que todos escribimos en ella
día a día. Como si fuera una señora muy mala que quiere impedir que los
argentinos vivamos con dignidad. Como si fuera posible un rumbo común con egoístas tan miserables que hacen lo imposible
para apoderarse de lo que producimos entre todos. Los historiadores del mañana tendrán
la difícil tarea de explicar este nocivo
giro de los tiempos y concluirán que sólo
un eficaz y perverso alucinógeno puede lograr que un pueblo se equivoque
tanto.
Enferma escucharlos
ResponderBorrargracias estimado Gustavo por tus acertadas definiciones de estos psicópatas y de sus votantes idiotas-besos y comnparto
ResponderBorrarLa naturaleza pornográfica del cinismo amarillo no tiene mucho (directamente nada) de sorprendente, que los tipos son cínicos era sabido desde siempre - claro que en ni en las peores pesadillas uno imaginó la escala y el desparpajo de ese cinismo como se ve ahora, pero, sorpresa, descubrimiento.... 0. Y peligro, éso también y mucho, más la incertidumbre de no saber hasta qué abismo quieren llevar a Argentina, las muestras no sugieren nada bueno.
ResponderBorrarPero si el cinismo era esperable y hasta entendible dada la catadura de los personajes implicados; el verdadero problema me parece que está en esa masa amorfa que los instaló y todavía sostiene donde están, ahí se nos queman los libros, en tanto bolichero (¿lo definimos "emprendedor"?) que no vende, lo asfixian los servicios (y los permanentes aumentos de los proveedores) y, en lugar de razonar, hacer sumas y restas y preocuparse porque se va a la lona..... "tiene fe, respalda..... aspira" - Y no se da cuenta el estúpido que la única "aspiración" cumplida es que no esté la Yegua que le enseñaron a odiar, porque al resto, "te la debo" y ni soñés con recuperar ventas, margen..... si querés aspirar, dale, el poxiran no es caro. Y así..... elija al bolichero, jubilado, piojo resucitado que conozca....
Hay gente seria que lo explica seriamente, a uno no le sale, el asco nubla el lenguaje educado.... del cínico no vas a esperar nada, la macana es esperar que los idiotas dejen de serlo, son de tránsito lento parece y el costo que éso va a significar, porque además de cínicos, las vidas ajenas, las malas vidas que producen, les importan un carajo. O sea que, por las buenas, va a ser dificil.
te lo comparto estimado Gustavo, me parece justo lo que quisiera cantarle a este desgraciado que nos regentea si pudiera tenerlo enfrente-besos-http://revolucionpopular.com/noticia/1061/video-santiago-cuneo-y-un-duro-mensaje-a-macri-comprese-el-traje-de-dictador-ban#.Wf2ayyGSkdk.facebook
ResponderBorrarTal cual ! Lacri no "Refunda el País ,lo está Re Fundiendo". En lo único q disiento,u opino diferente es en que serán los Sociólogos,Psicólogos Sociales quienes tal vez algún día puedan explicarnos por qué existen personas que votan en contra de sus vidas y las de sus flias...
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