Quizá sea un sentimiento común
pero, por no compartirlo, parece exclusivo. Una mezcla de desconcierto y desazón sofoca el ánimo, como si nada
pudiera torcer el camino hacia una
década que sin dudas será perdida. Y perdidosa para la mayoría, como ya se
puede saborear. Lo sorprendente es que una parte de esa mayoría insiste en
creer que el Cambio es lo mejor. Una
exagerada credulidad mata a los más fundados argumentos. Esto ya lo hemos
dicho muchas veces, como también repetimos hasta el hartazgo que los medios hegemónicos construyen un
sentido común destructivo que es asimilado por su público cautivo. Además,
no es nuevo decir que esa construcción incluye mentiras, operaciones y denuncismo selectivo. Que muchos aceptan
patrañas como excusas para sus prejuicios, que la desproporción es abrumadora, que parecen imbatibles los que tenían fecha
de vencimiento, que son malos ganadores, embusteros, provocadores y
despiadados son otras de las cosas que sabemos. Como puede apreciarse, nuestro saber es amplio pero no tanto para
encontrar la salida de este túnel que se está volviendo asfixiante.
Una mateada en La Bristol puede
ser una divertida respuesta a la Cheta de
Nordelta, pero no alcanza para
frenar el plan de desigualdad del Gobierno Amarillo. El clima de época que emana del oficialismo
auspicia este tipo de expresiones
despectivas hacia el que intenta trepar un par de escalones en la pirámide
social. El derecho de admisión impuesto por la minoría privilegiada se ha convertido en normalidad desde que
el empresidente Macri accedió a La
Rosada. Las condiciones para ingresar a ese selecto club varían de acuerdo a las apetencias de los que lo integran: un
listado interminable de sacrificios que termina
socavando la más acotada dignidad. El futuro del país depende de la tolerancia al deterioro de trabajadores,
jubilados, estudiantes y público en general. El “todos tenemos que ceder un poco” que Macri espetó unos días atrás
debe entenderse como Ustedes pongan casi
todo para que Nosotros derramemos casi nada.
Algo que aclarar: aunque
cumplamos con las exigencias, jamás entraremos. La zanahoria es con disfrute a futuro incierto con infinitas cuotas
incalculables. Y para cada pago, más renuncias. La canasta básica fagocita
hasta las pelusas del bolsillo, pero las reformas que pretenden imponer la
volverá más inaccesible. Para Ellos
exenciones impositivas y para el resto disminución del poder adquisitivo. Hasta
quieren hacer de la comida casi vencida
un alimento para los que menos tienen. Mientras Ellos ganan fortunas con
las siderales tasas de interés, nuestro bienestar se resiente. Ellos cargan sobre
nuestras espaldas una deuda monstruosa que no ha servido más que para alimentar
la fuga de capitales. Todo esto ya lo
sabemos, pero lo acuciante es convertirlo en antídoto para lo que se viene.
Del
saber a la acción
El aluvión amarillo arrasa con
la complacencia de muchos de sus
arrasados. La esperanza que fluye de los apologistas colorea las penurias
cotidianas. El ficcional pasado que perversos creativos construyen en las
pantallas oculta la realidad que se padece. Un árbol de patrañas esconde un bosque amenazante. Aunque ya hemos
hablado demasiado de esto, muchos transeúntes aún confían en los medios que han mentido siempre y basan su percepción
de la realidad en relatos inverosímiles. Ni una línea ponen en duda. Si la
tapa del diario dice que la reforma previsional significará un ahorro importante, ni siquiera piensan en el
perjuicio para los jubilados.
Pero hay algo llamativo: en una
reciente encuesta de Roberto Bacman, más
del 60 por ciento de los argentinos está en contra de las políticas en ese
sector: la reducción de medicamentos gratuitos, la inflación que se siente
más en los consumos de la tercera edad, la
reducción del haber que significará la nueva forma de cálculo y la suba en
cinco años de la edad para acceder no
son bien recibidas por la mayoría. Si bien los números de una encuesta no
son estrictamente comparables con un resultado electoral, una porción de los votantes del Cambio comparte ese rechazo. Y eso
es lo incomprensible: que hayan votado por una administración que toma medidas
contrarias a su pensar y sentir. Una
contradicción que ya no encuentra explicación en el desconocimiento o el engaño.
Este trabajo estadístico
también indica que siete de cada diez
consultados no llegan a fin de mes y consideran que este gobierno beneficia
a los más ricos. Si descubrieron esto después del 22 de octubre es porque
estuvieron muy dormidos. O quizá el anticristinismo sea más fuerte que el promacrismo. Y si la aversión está
basada en el purismo, habrá que recordarles que desde el Gerente de Balcarce 50
para abajo casi todos están emporcados con conflictos de intereses y empresas off shore.
Las bóvedas que buscaban en la Patagonia aparecieron en Panamá y Bahamas, pero los dueños no son kirchneristas, sino funcionarios PRO. Y uno se
sorprende que no enoje tanto: es la evidencia de la corrupción que tanto
buscan. La percepción está tan trastocada que son capaces de pensar que
Cristina se robó todo pero lo puso a nombre de los Macri en paraísos
fiscales.
Una percepción tan perturbada
que acepta como un sofisticado homicidio la muerte del fiscal en un baño
impecable y como accidente, la de Santiago Maldonado en un espacio abierto plagado de gendarmes enardecidos. Porque
hasta en esto miente el Grupo Clarín con todos sus medios. Ni la muerte respeta. Gracias a eso gobierna el país a su antojo
por medio de su emisario. Esto ya lo sabemos pero no nos alcanza para alejar voluntades del engañoso Cambio. Aunque
parezca infructuoso, debemos seguir desmontando falsedades en una cola o en el
ascensor y manifestar nuestra oposición en las calles de manera pacífica y con
creatividad. ¿Qué importa si nos miran
como a un loco o nos amagan con un tarascón en la yugular? La recuperación del
país es más importante que los malos momentos que podemos pasar.
gracias Gustavo, estamos gobernados por psicópatas, comparto y abrazos
ResponderBorrarTodo idem. Una pregunta a vos porque de blogs no sé nada. ¿Por qué me saldrá "Responder como Marina (Google)" si no me llamo así? ¿Me harías el favor de ilustrarme un poquito?
BorrarBueno, Gustavo, si se fija un poco hoy es SAN LEBACS, por una obscenidad de millones, de acá un mes, de nuevo, y al otro mes, al otro.... y así; usted, yo, todos sabemos que el moco - como adhesivo es una porquería ......y este desgobierno, sostenido por moco y endeudamiento es inviable, insostenible, impagable y con garantía de default. Suponer otra cosa es complicidad o idiotez monumental.
ResponderBorrarClaro, uno tiene la idea de que tarde o temprano los idiotas se avivan - y fin de año suele ser época propicia y peligrosa para esas cositas - así que es cuestión de tiempo nomás.... aunque pasarlo sea un calvario.