En la VIII Cumbre de las
Américas, el empresidente Macri presentó su renuncia. O así lo pareció, de
acuerdo a sus dichos. “Allí donde la
democracia se debilita, la corrupción se
incrementa y allí donde la desigualdad no da tregua, la corrupción echa raíces”, pontificó Macri ante los demás
mandatarios. En los dos años y pico de su gestión, con las modificaciones por decreto de leyes, la presión ejercida
sobre jueces y fiscales, la intervención
del PJ, los presos políticos, la imposición de los debates parlamentarios, cierre de medios opositores, entre
muchos otros episodios, la democracia se
ha debilitado. Tanto que “la
desigualdad no da tregua” por casi
todas las medidas defecadas por el
Cambio, tanto que la corrupción ha echado sus raíces desde el núcleo duro gubernamental. Lo que han denunciado del
gobierno anterior y no han podido
demostrar, lo están haciendo Ellos con absoluto desparpajo.
Algunos hipnotizados por los
globos todavía sostienen que la inevitable crisis que ya se está vislumbrando es culpa de que los K se llevaron todo.
Si así fuera, deberían preocuparse por recuperar
ese Todo que los K se han llevado. Hace años que lo vienen intentando con bóvedas de cartón prensado en estudios
televisivos, excavaciones arqueológicas en la Patagonia y hasta destrozando
dragones esculturales y no han
encontrado nada. Salvo Los Bolsos de
López que, por lo absurdo del hecho, huele
más a puesta en escena ejemplificadora que a otra cosa. Si el objetivo
fuera tapar el agujero de todo lo
que los K se llevaron, no habrían eliminado
o reducido las retenciones, renunciado al impuesto a los bienes personales ni suprimido
los aranceles a las importaciones.
Y por si esto fuera poco, los
colonizados mediáticos creen que la inflación creciente es más culpa de ese mito que
de las medidas que el Gran Equipo ha tomado. Cualquiera que haya cruzado
por la vereda de enfrente de cualquier facultad de Economía sabe que la devaluación de la moneda, la exportación
libre, la baja de la producción y los incrementos tarifarios producen inflación.
Además, un país que emite deuda a razón de 70
mil dólares por minuto no puede evitar una debacle inflacionaria y un
impedimento de su desarrollo, además de
la pérdida de la Soberanía.
En los escasos ocho minutos que
duró su intervención en Lima, Macri
reconoció la incapacidad para seguir al frente de la presidencia. “Nuestra gente merece gobernantes
honestos y con vocación de servicio que
no trabajen para beneficiarse a sí mismos”, expresó, en lo que podría
interpretarse como una sincera autocrítica. Pero no soñemos: es tan hipócrita
que siempre habla de otros, aunque
pareciera hablar de sí mismo; es tan cínico que disfraza de denuncia lo que, en verdad, es una confesión.
Contradicciones
que a nadie enojan
Si Macri se puede presentar como paradigma de la honestidad, que la
jueza Servini de Cubría intervenga la RAE para reorganizar los significados. Pero
el Ingeniero no es un arrepentido. Al contrario, se enorgullece de conducirnos al abismo del que se va a beneficiar,
junto
a sus secuaces. El término ‘honestidad’ choca con su trayectoria de estafas al Estado en todos sus niveles, con
deudas privadas asumidas como públicas y obras cobradas pero no ejecutadas. Un honesto condenado por contrabando es una
contradicción gigantesca. Un honesto no esconde su botín en guaridas
fiscales ni blanquea fortunas espurias a
través de familiares-testaferros; un gobernante honesto no incrementa las
tarifas de peajes para después vender su
empresa de autopistas al cuádruple de su valor; un honesto no se perdona su
deuda con el Estado cuando se convierte en su administrador. Macri no sólo es
deshonesto sino que, desde el primer día de su gestión, ha tomado decisiones para su propio beneficio y el de sus aliados,
desde el endeudamiento hasta el blanqueo, desde las medidas macro-económicas
hasta los tarifazos. Su vocación de
servicio sólo está orientada a sus arcas.
Y si se presenta como el más
democrático de los presidentes es porque sabe
que se dirige a alelados que no entienden nada. Macri conquistó las urnas
con promesas que no pensaba cumplir y eso
no es muy democrático que digamos. La Pobreza Cero significó una
multiplicación de pobres; la eliminación del impuesto a las ganancias trocó en un incremento de casi el 80 por ciento de
contribuyentes; el empleo de calidad mutó en desocupación, tercerización y
cuentapropismo; el desarrollo finalizó con la
última notebook ensamblada en Tierra del Fuego en abril del año pasado; el Supermercado del Mundo en que nos iba a
transformar está empezando a importar
soja; el impulso a las economías regionales aniquiló a los horticultores y hasta exterminó a La Estancia del
Rosario, una fábrica de alfajores tradicional de Córdoba, la provincia que más se inclinó hacia el Cambio.
Macri no se arrepintió por todos
los desastres que está provocando, pero, como
siempre, se rio en nuestra cara. En forma paralela, se realizó en Lima la
Cumbre de los Pueblos, con organizaciones sociales y partidos de izquierda de
todo el continente. En el documento final, los asistentes condenaron al
gobierno de Estados Unidos por su
recrudecida política imperialista y al de Argentina porque el régimen de Macri “se caracteriza por robarle a los pobres para enriquecer a los ricos, por el aumento de
la deuda externa, por la represión a los movimientos populares y por el irrespeto a los derechos humanos”. Después
de enumerar los atropellos de Mauricio el
escrito advierte que con un gobierno así, “la democracia argentina está en riesgo”.
Pero Macri confía en el
hipnotismo mediático que lo ha conducido
hasta el lugar más inmerecido. Por eso puede ostentar ignorancia y trastocar los conceptos. Por eso dice que la
desigualdad o el debilitamiento de la democracia producen corrupción, cuando es al revés. Por eso dice creer
que nos está haciendo un bien aunque nos
esté ocasionando un mal. Por eso se puede plantar como el mejor presidente
de la historia aunque la Historia lo va
a recordar como el peor. Por eso se va a sorprender cuando la conciencia
despierte y lo desaloje sin disculpas
del lugar de honor que nunca debió haber ocupado.
esta gente es inútil hasta para disimular con "efectos especiales" toda la que se mandan, gracias Gustavo por tu "compañía" en estos tiempos de oscuro imperio diría el maestro Yoda-besos y compartido
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