El Cambio nos conduce muy lejos de la Revolución de la Alegría
pero al menos ofrece el pintoresquismo
de un carnaval sombrío que por momentos nos divierte, por otros nos
apabulla, a veces nos perturba y siempre
nos perjudica. Las fiestas populares que se celebraban en el medioevo eran el descontrol de los horizontales antes de
los rigores de la cuaresma y permitían la parodia de nobles, curas y
autoridades. Esto que estamos padeciendo no se parece en nada: el jolgorio de la oligarquía jamás derrama
nada bueno porque es una siniestra mascarada que se burla de los más
pobres. Tanto que, con torpezas de
bobalicones, maldades de comic y contradicciones de principiantes, los
concurrentes se convierten en parodias de sí mismos.
En un mismo hecho –los JJOO de la
Juventud- se puede encontrar un ejemplo de cada clase: de la primera, el apagón de la llama olímpica en medio
del enredo del gas; de la segunda, el costo de su organización, unos 8000
millones de pesos, lo que representa unos
cinco años de Fútbol Para Todos, unas 500 escuelas y varios millones de pizzas
Prat Gay; y la contradicción, que el espectáculo de inauguración estuvo a cargo
de Fuerza Bruta, grupo artístico tan
criticado por los que hoy son oficialistas después los festejos del
Bicentenario de la Revolución de Mayo y acusado por Carrió de haber organizado la multitudinaria
despedida a Néstor Kirchner.
Este ejercicio puede realizarse con
muchos de los episodios que los amarillos nos entregan a diario. Si el empresidente Macri o alguno de sus
funcionarios apelan a una ensayada
expresión angelical al hablar del diálogo, la concordia y el consenso, los que menos obedecen son los
comunicadores de sus propias tropas. Y nadie los tilda de militantes o
fanáticos, aunque demuestren serlo
en cada uno de sus fervientes editoriales. Si algún kirchnerista expresara algo
similar a lo dicho por el ex-critor
Federico Andahazi, todos los voceros lo
estarían dilapidando. El novelista y conductor televisivo fracasado
calificó a Crónica Anunciada de Juan
Amorín, como "un programa casi clandestino, conducido por una persona cuyo nombre la superstición me
impide mencionar". Y tildó a El Destape Radio, la plataforma multimedia creada por Roberto
Navarro, como "los baños mugrientos del kirchnerismo,
en cuyas paredes los usuarios escriben las
procacidades más inmundas con los dedos roñosos". Hermosa
plataforma para construir un país en paz sin perseguir al que piensa distinto.
Estafas
al entendimiento
Los claroscuros del Cambio –mucho más de lo uno que de lo otro- conforman
un aluvión cotidiano. La explosión de Carrió no sólo amenaza con su candidatura
presidencial sino que revela una de las
grandes patrañas del discurso oficial: la independencia del Poder Judicial.
Sus denuncias contra Daniel Angelici como operador de Macri en los Tribunales pone la falacia sobre la mesa. La pelea
entre las divas de la Corte Suprema es la consecuencia de incrustar dos emisarios del establishment para influir en los fallos.
La perinola que asciende o destituye jueces es la evidencia de que quieren más magistrados obedientes que
independientes. Las sentencias infundadas y a la carta contra los ex
funcionarios K es el camino a la proscripción que busca su broche de oro con una condena a Cristina. Y así, dejar a
más del 30 por ciento del electorado sin representación, como ha hecho el autoritarismo corporativo en otros tiempos.
El discurso oficial supura confusión
porque es la única forma de preservar
este plan de despojo. El barullo conceptual que emana del Régimen vuelve un
revoltijo cualquier conversación cotidiana. Esclarecer tiene sus riesgos pues uno puede ser marcado con la K si no
advierte, como al pasar, que no está de
un lado ni del otro. Al menos como un pasaporte para poder pronunciar cinco palabras seguidas antes de recibir una catarata
de incoherentes titulares. A veces, el contexto ayuda, como cuando el FMI
anticipa las catástrofes venideras por
seguir las medidas que exige para obtener su asistencia. En otras no, como
la sentencia a Julio de Vido, no como responsable penal de la Tragedia de Once
sino por administración fraudulenta, a
pesar de que en el juicio se demostró que todo funcionaba bien.
Tanto desconcierto evacúa la
vocinglería gubernamental que hace
posible un sainete como el de la compensación a las distribuidoras de gas
por lo que perdieron con la devaluación. Primero, quisieron cargar en las
espaldas de los usuarios el costo de la
estafa; después, como la repulsa fue contundente, simularon dar marcha
atrás para endosar los diez mil millones
de pesos al próximo gobierno. Otro ítem de la futura Pesada Herencia en
serio. Los analistas más pícaros trataron de encuadrar esto en la doctrina del si pasa, pasa, como una forma amigable de definir un fracaso. Sin embargo, no
fracasaron nada: las empresas igual se
llevan un botín indebido. Antes, los medios hegemónicos hacían un escándalo por los subsidios a
los servicios que aliviaban el bolsillo de los usuarios; ahora que el Estado desvía esos subsidios hacia las empresas
que se beneficiaron con el 1800 por
ciento de incremento en las tarifas, emanan elogios por la sabia decisión de desactivar el Ahora 24. Y los propios usuarios, que antes se quejaban por pagar poco ahora sienten alivio por no tener que pagar
tanto.
En primer lugar, que el Estado se
haga cargo de las pérdidas de los privados está
muy lejos de la libertad de mercado que pregonan. Las distribuidoras de gas
se privatizaron en los noventa porque en manos estatales daban pérdidas. Con
esta lógica, en lugar de llenar sus
agujeros, habría que estatizarlas. Los meritócratas
no deberían premiar a los que pierden. Y si no les da el cuero para distribuir
gas, que sigan el consejo de Esteban Bullrich y que se dediquen a la fabricación de cerveza artesanal o a pilotear drones.
Pero esto no es nada comparado
con lo que puede venir. Con la excusa de la pérdida por devaluación pueden llover reclamos de empresas
nacionales y trasnacionales, productores, comerciantes. Hasta nosotros, los
asalariados podríamos ir con nuestros recibos a demostrar cuántos dólares ganábamos en enero y cuántos ganamos ahora. Tanto
hemos perdido que, de tener los salarios
más altos de la región pasamos a la mitad de los de Chile.
Claro, si vamos con ese reclamo
se van a reír a carcajadas. En esta partida y en todas, la perinola nos marca como perdedores. Y cuando salga Ponen todos, los miembros del Gran
Equipo estarán rumbo a los paraísos
donde esconden sus fortunas mal habidas. Ya no quedan dudas de que
compensar a los gasíferos no es una decisión acertada. Esta ni ninguna de las tomadas por los que se presentaron como apóstoles
del Cambio y terminaron embutiéndonos en
un túnel que nos conduce al pantano tantas veces conocido. Quizá,
chapaleando en el lodo y el estiércol, muchos
de los confundidos descubran de una vez por todas, qué lado de la Grieta
les asegura el mejor futuro.
excelente! comparto Gustavo-besos
ResponderBorrarLos que dejan al rey errar a sabiendas,merecen pena como traidores. (Alfonso X, el sabio).
ResponderBorrarLástima que no pusiste el nombre. No importa. Una aclaración: el rey no se está equivocando; está "haciendo lo que hay que hacer", establecer formas regresivas de distribución de los ingresos. Todo un triunfo.
BorrarCuando uno, sea por mala costumbre o de aburrido nomás, trata de tomar en serio al virreinato, se pierde la parte divertida, porque aunque sea una desgracia en pleno desarrollo (y de consecuencias peores que serias).... la impresión es que todo es una joda para algún programa de chascos a lo tinnelli..... fíjese lo de esa llama "eterna" que se queda sin gas.... justo en el marco de un virrey que tiene guionadas todas las tonterías que lee mal y dice peor... ni Mel Brooks le hace un libreto mejor, vea...
ResponderBorrarLo triste es que usted no crea en la infinita viveza virreinal, si creyera, podría tomar a alguno de los minusválidos que conozca que votó esto y usando la lógica iguaceliana y convencerlo de exigir COMPENSACION por los malos resultados - para él - de la estafa en marcha, donde perdió justamente aquello que le dijeron no iba a perder y sin necesidad de recordarle que hubo un gobierno mejor que esta porquería, ya sabe, suelen ser gentes a las que les cuesta admitir la metida de pata, el prejuicio estúpido o, más difícil, que son estúpidos y se aprovecharon... sí, dicen que hay que "enamorarlos" pero pa'mí que es al cuete, que no se puede, porque no quieren.
Además, no me niegue que estamos en un tiempo televisivo maravilloso, pletórico de bochornos mal y sobre actuados; la llorona ninci, la eterna diva fósil de la mesaza, el cabo 1ro. feinmann, en fin, la lista es larguísima..... ah, estuvo mal al caracterizar a esa voz y pluma incisiva del excretor andanazi (o es andá, nazi) que fuera tan preciso al definir a los clandestinos Navarro y Amorín... gente de lo peor, por supuesto y que, de no creer, cobijan a un ex (o algo así) bloguero, Rinconete..... disculpe, pero por gente así se nos vacía el país, se nos van la pamela, el baby, un horror!!....
Además, Novaresio también amenazó con irse si vuelve a ganar Cristina. También, tanto énfasis en el proceso de idiotización del público no puede terminar con un tercer gobierno de Cristina. Un fracaso que alienta la fuga de cerebros. Que tengan buen viaje. Gracias por participar siempre. Abrazo
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