Sin dudas, las fechas patrias
incomodan a los amarillos. Por lo visto, no las entienden. Ellos creen que sí, pero se nota que no. Ubicar el palco oficial del
día de la Independencia frente a la
embajada de EEUU es una muestra de eso. Además del desfile militar y la
presencia rodante de Aldo Rico, por supuesto. Y las palabras de Macri, como siempre. Si algo faltaba, la muerte
de Fernando de la Rúa los inspiró para un
homenaje con unas dosis de represión. Todo indica que las fechas patrias
los descolocan, no tanto por desconocimiento sino porque han decido formar parte de
lo peor de nuestra historia.
Esta vez, el Buen Mauricio no habló de
Moyano como hizo el día de la Bandera. Ahora sí se refirió a Belgrano y los
otros protagonistas de la Declaración de la Independencia y no los calificó de angustiados. Ni se acordó del “querido rey” ni nada por el estilo. Su recitado apuntó a comparar ese momento
histórico con la actualidad. Los que declararon la independencia "no eran tan distintos a lo que somos
los argentinos hoy", arriesgó el empresidente.
Esta analogía aberrante le permitió
recurrir a las tonterías de siempre, como lo de “unirse” o “ponerse de
acuerdo”, sin considerar los
enfrentamientos que se sucedieron a lo largo del siglo XIX.
Él evoca un episodio de estampita
porque es lo que más conviene a su campaña electoral. Y se presenta como lo que no es. En una explotación extrema de la
estupidez que supone en sus oyentes, Macri tuvo la osadía de igualar la Declaración de la Independencia
con la continuidad de su gobierno cipayo. Entonces, dice: "ellos no pensaban igual en todos los
temas pero tuvieron la grandeza de ver más allá de las diferencias. Hoy la argentina nos exige ese mismo paso
de grandeza". ¿Qué paso de grandeza están dando los poderosos a
los que Macri representa? ¿Acaso la
independencia se consolida fugando a cuatro manos, saqueando a los
consumidores, explotando a los trabajadores, empobreciendo a los más pobres, amenazando a los sindicalistas?
¿Qué clase de independencia se busca con la firma del acuerdo con la Unión
Europea, si no es más que la vuelta al
colonialismo que se quería abandonar en 1816? ¿Cómo puede hablar de
independencia el tipo que nos endeudó
como nunca y durante cien años?
Hipocresía
expuesta
Macri destacó esta idea: la
grandeza de ver más allá de las diferencias. ¿No suena demasiado hipócrita que él reclame algo así? Si
precisamente él, acólitos y apologistas no hacen otra cosa más que señalar las diferencias que tienen con el
Otro. ¿O no han sido los medios que apuntalaron su campaña los que han inventado las peores mentiras sobre los
que hoy conforman la oposición? Y lo siguen haciendo. ¿O no han sido los
jueces funcionales los que han fabricado
procesamientos exprés en base a patrañas indemostrables? Justo él habla de “la grandeza de ver más allá de las
diferencias” que se lo pasa demonizando
a cualquiera que ose esbozar una crítica a su desastrosa gestión. Él y
todos. Desde Patricia Bullrich aplaudiendo el gatillo fácil hasta María Eugenia Vidal denostando a Kicillof y
La Cámpora. Desde Marcos Peña Braun vociferando “no somos lo mismo” en el Congreso hasta Laura Alonso comandando la Oficina Anticorrupción direccionada a la
persecución política.
Macri se agacha para tocar el
pavimento de una obra que costó el
triple de lo presupuestado y vomita “esto
no es relato”. El público cautivo
decide creer y asiente como autómata. Carteles y spots televisivos repiten
como mantra “hacemos lo que hay que
hacer” y enumeran unas cuantas obras
como si fueran miles. Además de no haber agregado un metro a los más de 14
mil kilómetros de líneas de alta tensión, la licitación y concreción de obra
pública anualizada apenas alcanza un
tercio de lo realizado durante el kirchnerismo. En promedio, el anterior
gobierno ostenta 168 obras en carretera por año, contra apenas 31 del macrismo.
Estos datos surgen de un informe técnico
de Vialidad Nacional y desmienten el relato oficial: no sólo define éste
como uno de los peores momentos de
la historia de la Dirección Nacional de Vialidad sino que consideran necesario declarar la Emergencia Vial por el
deterioro de rutas y carreteras. Para ver más allá de las diferencias, habría que ignorar que ellos construyen menos, mucho más caro y se
reparten el botín con sus amigotes.
No hay que ver más allá de las
diferencias, sino centrarse en ellas.
Precisamente por ignorar las diferencias el
51 por ciento de los votantes coronó como gobierno a esta patota de estafadores.
¿Cómo no ver las diferencias entre un plan de despojo y un proyecto de
desarrollo? ¿Cómo no diferenciar el
desprecio de la crítica, el embuste de la promesa, el entreguismo de la
soberanía? Encontrar las diferencias es un compromiso ciudadano y es lo que va a permitir no cometer el
error de incrustar en La Casa Rosada a delincuentes con traje que sólo buscan enriquecerse a costa del
empobrecimiento de todos.
muchas gracias estimado escritor, deprimente todo, una realidad absurda, una pesadilla que parece no va a terminar-abrazos y comparto
ResponderBorrarEs muy triste pero inevitable asumirque usted no lo estima ni uin poquito a nuestro querido virrey y su angustia de 9 de julio, pobrecito.....pero lo mismo tiene razón, los argentinos de 1816 se parecen mucho a los de hoy, fíjese la casualidad, sin luz, sin combustibles y con poca comida, entonces porque no había y hoy porque no se puede pagar.... lomismo, diría un trosko.
ResponderBorrarDespués cuestiona el desfile frente a la embajada, no cabe duda que lo suyo no es el sentimentalismo, no valora el dolor ajeno, ayer con la angustia ante el querido rey y ahora, con esa necesidad casi infantil de pararse ante la madre patria y demostrarle , ¿viste que grandote que estoy? Sí, ya sé, su idea de grandeza es otra, pero seguro que se quedó en el 2015...
Mi viejo solía comprarme el Billiken, impresiona que tantos años después, uno tenga que asistir a un presidente recitándolo, sí, da cosa, una mezcla rara de incredulidad y vergúenza, pero bueno, lo típico de esta modernidad que atrasa tanto...
Por estos días nos podemos cansar enumerando tropelías, chanchullos y fraseología repugnante del amarillaje desgobernante.... pero debe ser insalubre y si encima se nos da por enumerar los logros que ocurren en simultáneo, 'tamo fritos, la pobre Tía Maruca, el Palacio de la Papa Frita....quedará algo en pie en octubre?
Como además de estar mal, estamos acostumbrados, sabemos que hay y habrá mucho en pie, el rosario de embustes, las fábulas sobre lo hecho que no se hizo, las obras propias pero ajenas y el puntal de todo, el desprecio, el odio... más esos milloncitos insignificantes de deuda, como ve, nos quejamos de mal acostumbrados...