De todos los caminos posibles, el
peor es el de la banalización de la
discusión política. Sin embargo, en una campaña electoral orientada por el más importado marketing, eso es
inevitable. Por eso, muchos candidatos dicen lo que dicen y los que no lo son,
también. La reaparición de Cuchuflito
y la venganza de Aníbal se discuten como
si fueran las mejores propuestas para el futuro. Las frases de poster
adornan el recitado de los postulantes para encantar el oído de los indecisos,
que, de manera incomprensible, aún son
muchos. Y los spots del oficialismo, por supuesto, que enumeran logros
inexistentes a la vez que refuerzan las pocas obras realizadas con la desopilante frase “esto no es relato”. En
fin, en medio de tanto caos discursivo siempre se puede sacar algo en limpio
después de una comprometida sesión de
tamizado.
Los amarillos tienen poco para
ofrecer y es por eso que sólo apuntan a reforzar lo que se conoce como núcleo
duro. Ya no hay lugar para promesas
encantadoras como en 2015 que –siempre
es necesario recordar- se han incumplido no por imposibilidad sino por la decisión de hacer todo lo contrario.
Por eso apelan a exageraciones, imprecisiones y distracciones para conformar un
licuado que pueda atrapar a algún
incauto que deposite otra vez su estafada confianza en las urnas. En una
muestra de derechización extrema, no sólo han lanzado el plan de formación en valores a cargo de
Gendarmería sin discusión parlamentaria,
sino también proponen premiar a los
soldados que combatieron la guerrilla en los años previos al golpe del 76. Ellos
que siempre pregonan eso de que no hay que revisar ese pasado, ahora buscan reciclar
una vez más la Teoría de los Dos Demonios. Una provocación para polarizar al electorado con pavadas que
no van a modificar la situación que padecen muchos conciudadanos.
Hay que estar muy desorientado
para suponer que una medallita hará que la economía se
reactive y reduzca el desempleo. Los que asumieron con la firme decisión de
reparar la Grieta no han hecho más que
profundizarla. Y tanto que uno de los candidatos de la oposición, Alberto
Fernández, aseguró que su gobierno terminará
con la Grieta. Un poco difícil porque esa metáfora exhibe una indeleble
división entre los que quieren un país
para pocos y los que quieren todo lo contrario. Imposible superarla si los
que tienen de sobra no reconocen cuánto
han explotado y estafado al resto para amasar sus fortunas.
Hipnosis
o conciencia
Mientras tanto, Macrilandia
continúa. Al “es maravilloso lo que
estamos logrando juntos”, el Ingeniero agrega una serie de frases abstractas y superficiales para insuflar ánimo
a sus acérrimos seguidores. “Los
argentinos juntos somos imparables” es una idea más propia de un gurú de autoayuda que la de un mandatario. O la imagen
del río que estamos cruzando, que evoca el lema de campaña del presidente
implicado en casos de pedofilia en la película “Mentiras que matan”. Como
si los oyentes fueran tan desmemoriados como él, arriesgó que “muchos se olvidan dónde estábamos hace tres
años y medio”. Al contrario, si lo
recordaran, la carrera del Buen Mauricio hubiera
terminado a poco de empezar.
Tonterías como "imagínense lo que vamos a poder hacer
los próximos cuatro años con un poquito
de viento a favor", deja en manos del azar nuestro destino,
olvidándose de las tormentas que antes nos asediaron. Boberías que no van a solucionar el brete en el que nos han metido
sino que nos van a conducir, no al matadero, sino al más profundo abismo. Hasta los más convencidos ortodoxos
reconocen que un nuevo gobierno de este embustero
resultaría desastroso. En estos días se conocieron los conceptos que
Guillermo Calvo, un economista argentino,
profesor y académico de la Universidad de Columbia, vertió en medios
chilenos. “Macri no ha mostrado ninguna capacidad de manejar esta situación
–explicó- más bien la ha
empeorado". Y aunque no es partidario del keynesianismo ni está a
favor de Los K, reconoció que “Cristina
es lo mejor que le puede pasar al país”, aunque no sea candidata a la presidencia.
Y por si esto no bastara para
demostrar el tortuoso pantano en el que estamos metidos, la agencia Bloomberg
nos coloca como el país emergente más
vulnerable del mundo. A esto llegamos no por tormentas, sequías o
terremotos, sino por la incompetencia,
la maldad y sobre todo la avaricia de los gobernantes y sus pocos
representados. A esto llegamos por el endeudamiento monstruoso, la provocada inflación, la liquidación
de reservas, la aniquilación del mercado
interno y la consecuente caída de la actividad. En un nuevo gobierno de
Macri los argentinos seremos imparables
hacia el suicidio colectivo. No es tan difícil de entender pero la alucinación odiadora que están
inyectando desde hace años hace estragos
en el entendimiento de los afectados. Sólo seremos imparables cuando
comprendamos de qué lado debemos estar
todos juntos y que ese ‘juntos’ será
totalidad cuando tengamos en claro
quiénes son los enemigos de siempre.
Bueno, más temprano que tarde, la campaña se va a poner naturalmente interesante, especialmente por el hecho científicamente comprobado de que las giladas al final se avivan y, claro, la cotidiana desventura se lleva muy mal con el dios marketing, cuyo problema no es que sea importado, es que es diseñado para insuficientes mentales que van por la vida a puro prejuicio, las frases de postercito, la apelación a pindonga y cuchuflito y los mohínes de hada buena de una perdedora en ciernes que ni para niñera sirve, pregunto, quién puede creer que Aníbal ‘reivindicó‘ a barreda?... o dijo lo que dijo para marcar algo que atañe a una destructora de futuro como es la reventadora de escuelas vidal?... la sociedad ya la puso de niñera en 2015, le cumplió?. Creo que por ahí apuntó Aníbal con un “ejemplo“ que, seguro, causaría ruido.
ResponderBorrarAhora, ese ruido es lo que termina deschavando una campaña falluta, mentirosa y que depende del grado de estupidez de ese “núcleo duro“, de entendederas, que los viene sosteniendo y es cierto, “no es relato“, es una fábula para idiotas que se creen en los miles de km de autopistas, redes de gas y obras imaginarias... obvia y claramente invisibles. Tener que debatir cositas como los remedios gratis para los jubilados es demoledor para le estafa amarilla, 10 días de LELIQs versus los remedios de millones de altos consumidores de remedios, dónde deja al chamuyo berreta de la fraseología virreinal?. Ya sé que al idiota convencido, estas cosas no le importan pero, siempre es bueno apostar a que no son tantos ni tan idiotas, no?. Alguno se podrá rescatar....
La verdad, que sea un gurú, un adivino de crisis como calvo el que le traiga la extremaunción al experimento malandrín derechoso es auspicioso aunque tenga el mal sabor de que, en el fondo, lo que quiere es el ajuste con respaldo popular como mejoría respecto al desmanejo de un incompetente... uno que es preguntón, piensa si recién se dieron cuenta de qué clase de bicho era el bicho?. Incompetencia compartida, debería llamarse la película, no?.
Ya falta menos, aunque no lo parezca y, por supuesto, van a insistir en convencernos de la eternidad de la porquería, de nosotros depende el no darles el gusto. Con o sin fraude, por cierto.