La
cuenta regresiva se puebla de alarmas. Advertencias
que brotan no sólo en nuestro país, sino también en los vecinos. Mientras
la derecha boliviana se apoya en las fuerzas imperiales para desconocer el resultado de las urnas,
en Chile el oficialismo reconoce que el
modelo aplicado profundiza la desigualdad. Ambos casos confluyen en las
reacciones de los saqueadores que
desgobiernan Argentina: por un lado, defienden al presidente chileno
Sebastián Piñera y por el otro, avalan
al opositor boliviano Carlos Mesa en su cruzada antidemocrática. Y todo
esto mientras afirman que son la
República, la Democracia y la Libertad. Como los amarillos nunca retroceden
cuando se sumergen en el absurdo, toman un tuit de la Embajada como dato
certero y afirman que la región padece
una conspiración cubano venezolana.
Los
que reaccionan en Chile son extranjeros
o alienígenas, de acuerdo a la
interpretación de la Primera Dama, Cecilia Morel, pero los que provocan los incendios son los carabineros, tal como
muestran muchos videos que han circulado en las redes. Los violentos son
siempre los que resisten y no los que
provocan la precarización de la vida de las mayorías. En el audio ya harto
conocido, la compañera de Piñera reconoce: "vamos a tener que disminuir nuestros
privilegios y compartir con los demás". Una forma muy poco sutil de reconocer el origen del problema: mientras una minoría goza de mayores
privilegios, la mayoría pierde derechos de manera proporcional. El modelo
trasandino, tantas veces exhibido como exitoso por la derecha vernácula, demuestra con crudeza sus verdaderos
resultados.
Mientras
las fuerzas de seguridad chilenas reciben denuncias
por secuestros, torturas, fusilamientos y desapariciones, el gobierno
boliviano revela un intento de golpe de Estado por parte de opositores que no aceptan la derrota.
Así actúan siempre, atropellando todo, a la vez que afirman portar valores que ni conocen. Estas tensiones tan cercanas
alimentan el clima electoral en estas tierras y demuestran que la famosa Grieta no es un invento argentino,
sino un fenómeno que habita desde hace mucho en la región. Y para reforzar el
revuelo que se vive a nuestros alrededores, el presidente brasilero, Jair
Bolsonaro, vomita una amenaza por demás
de tontuela: si gana Alberto Fernández promoverá
la suspensión de Argentina en el Mercosur. Todo mal con los bárbaros ultraderechosos que buscan
gobernar en contra de sus pueblos y a
favor de la minoría globalizada y altamente perjudicial.
El castigo por venir
Mientras
tanto, el futuro ex presidente,
Mauricio Macri se hace bendecir por pastores evangélicos a orillas del río
Paraná, en Rosario, la ciudad que lo vio amenazar
a los Moyano el día de la Bandera, ante chicos de primario arrastrados
hasta un club de barrio. Más vergüenza
no puede dar el Ingeniero. Aunque grite “Sí
se puede” ante sus manipulados fans, no
puede caer más bajo en su afán de forzar un balotaje. Sin dudas, el
episodio boliviano inspirará a este
apátrida para instalar esa idea, aunque los números indiquen lo contrario.
De manual: de repente, aparecen los
cuadernos quemados de Centeno para que los
colonizados no olviden la tontería de que los K se robaron todo y la empresa Smartmatic, encargada del conteo
provisorio, ya tiene los resultados
listos para, con la ayuda de las usinas mediáticas, instalar un clima de
incertidumbre política que habilite el
saqueo definitivo a nuestras reservas.
Desesperada,
la gobernadora Vidal, Leona en retirada, esputa
la necedad de que Alberto, instaurará
una dictadura. Como si a ella y sus partidarios no les gustara un gobierno
así, donde podrían hacer lo que quieran
sin las trabas “burocráticas” que
dispone la Constitución, como el debate parlamentario o la expresión de los opositores en las
calles y los medios. Con un leve recorrido por las reacciones discursivas de
los personajes del Cambio ante una protesta basta para descubrir lo poco democráticos que son. Cortar calles
para demandar la recuperación de derechos merece todos los agravios; en cambio,
hacerlo para alabar al Buen Mauricio es
lo más ponderable de la República. Y como desprecian la verdad, los medios críticos son vapuleados discursiva
y económicamente y hasta los periodistas que osan revelar lo oculto reciben amenazas verbales y físicas,
como el caso de Roberto Navarro el día de su cumpleaños.
Ellos,
que dicen ser la República, no paran de
pisotearla, degradarla, deformarla. No olvidemos que los Macri se enriquecieron durante la dictadura, que elogian al
intendente de facto Cacciatore, que añoran esos tiempos en que los trabajadores eran sometidos por el
miedo a torturas, secuestros y desapariciones. Ellos, que afirman ser
democráticos, gobernaron a fuerza de
decretos y aprietes a los legisladores, presionaron a los trabajadores con
el fantasma del desempleo, además de
palos, gases y detenciones arbitrarias, persiguieron a los opositores y
hasta los encarcelaron sin garantías con
la complicidad de jueces y fiscales espurios. Ellos, que no paran de mentir, afirman ser la
verdad. Ellos, que se lo pasan especulando,
evadiendo y trampeando, no dejan de hablar sobre la transparencia. Ellos,
que han bombardeado la industria y la
ciencia, no cesan de prometer desarrollo. Ellos son los infames, los que merecen ser humillados en las urnas y castigados no dentro de quince años,
sino apenas pongan un pie fuera de la Casa Rosada que lograron usurpar con mentiras obscenas para gloria del dios Mercado,
del que son sus más fieles creyentes.
Cuando en el comentario del post anterior decía quedarme esperando por la nueva patraña a difundirse antes de las elecciones, acerté en la idea pero no pude adivinar el detalle fino, aparte de no ser adivino, tal vez mi error haya sido suponerles alguna brisa de inteligencia básica, y no, toda esta fábula de los cuadernos ave fénix, resucitados de las llamas es una horrible muestra - y apuesta - a la estupidez general, pero bueno, sabemos que la feligresía amarilla no es muy de practicar esa mala costumbre de pensar y hacer cuentas sencillas, pero ésto es algo así como un colmo, una grosería de mal gusto y una próxima nulidad judicial, o sea, les llega tarde, al cuete y en contra.
ResponderBorrarSabíamos también de la infamia implícita del modelo neoliberal pero una cosa es saberlo pero otra muy distinta es asistir a sus formas tan explícitas como criminales, en esos blindados de 8 ruedas y milicos desplegados en abanico contra *alienígenas* del secundario, obreros mal pagos y jubilados apenas subsistentes... también que hablen de *vándalos* y que filmaciones con celular muestren a milicos afanando televisores y arrojandp cadáveres en la calle, la lista de escenas maravillosas es infinita y no deja lugar a dudas sobre quiénes son y a quiénes hay que reventar en esa *guerra* de los pobres millonarios versus los insaciables reclamadores de derechos, los marcianos.
No entiendo muy bien qué le encuentran de lindo al indio ése, el Evo , que está bien, ganó por poquito, un millón de votos maumeno, si todos sabemos que justamente esos votos son de inferior calidad a los otros, los de los amigos del tío sam, el tío donald y el camarada almagro - leí por ahí que un inadaptado lo llama *almugre*, total falta de respeto a tal cortesano obsecuente - tal vez alguien debiera advertirle que, a la hora de los bifes, los tíos largan a los obsecuentes y que se las arreglen solitos, como cierto virrey que conocemos y que, quizás mañana empiece a ser mal recuerdo.
Como hay veda, no digamos dónde tenemos puesto el corazoncito, no vaya a ser que algún lector desprevenido nos descubra, que antes que a la porquería, votaría una feta de salame o a la mona Chita, sí, ya sé, un voto inútil pero con la conciencia tranquila de no dañar inocentes.
No son unas elecciones comunes, las percibimos *seguras* pero de alto riesgo, por la capacidad - y conocida voluntad - de daño que tiene el mejor equipo de malandras desgobernante, pero bueno, esperábamos estos días y hay que hacerse cargo de lo que resulte.