Mientras los juntistas vociferan como si estuviéramos en el subsuelo, los funcionarios del Frente de Todos generan soluciones todos los días. Los que rompieron todo ahora dan consejos para la reconstrucción, pero desde la Casa Rosada hay mucha gente que está acostumbrada a edificar sobre las ruinas.
Los
argumentos que apuntalan esta afirmación son muchos, pero no nos detendremos en
ellos salvo para contrastar con lo que ahora está haciendo el gobierno de
Les Fernández. Este recorrido no será triunfalista,
pero sí alentador para desterrar el pesimismo con el que arremeten los
medios hegemónicos agoreros. Entre las malas, el poder adquisitivo de
salarios y jubilaciones tendrá que trepar muchos escalones para recuperarse,
pero el impulso, ya lo sabemos, no será dado por ninguno de los exponentes
de la derecha. Por el contrario, lo que hicieron y lo que prometen acrecienta
aún más la desigualdad. Aunque ahora prediquen lo contrario, no veían la
hora de incrustar una reforma laboral en beneficio de la economía
concentrada. Por más que simulen preocupación por los jubilados, no hay que
olvidar que los amarillos eliminaron los medicamentos gratuitos,
reemplazaron la jubilación con moratoria por la PUAM, desigualaron más con
el verso de la Reparación Histórica y cambiaron la fórmula de actualización
para achatar los haberes. En lugar de pedir disculpas, aparecen como
candidatos para engañar otra vez a sus desmemoriados votantes.
Aunque
están muy atrasadas, las jubilaciones se incrementarán 3 puntos más de lo
que hubieran aumentado con la fórmula de Macri. Y los salarios, que a veces
empatan con la inflación, por lo menos se discuten en paritarias, suspendidas
durante el Macrismo. La intención es diferente, por si no queda claro: los
cambiemitas en todas sus variantes, defienden el modelo del derrame, que es
más succionador que derramador y cuando gestionan inversiones, sólo
piensan en la especulación financiera. Los anuncios de obras eran sólo eso.
Cuando asumió la nueva gestión, en el ministerio de Obras Públicas había 270
obras vigentes, el 70 por ciento de las cuales estaba paralizada. En
cambio, en un hecho sin precedentes, Alberto inauguró de manera simultánea cien
obras de verdad en municipios existentes. Y esto forma parte de un plan
integral con 1819 obras en ejecución en las 23 provincias y la CABA. "No son puestas en escena –aclaró el
ministro Gabriel Katopodis- son obras en
cada rincón del país gracias a una decisión del presidente de que sean la
obra pública y la industria nacional las palancas para poner de pie al
país".
Además,
el Fondo de Garantías de Sustentabilidad
de la ANSES –clave en momentos críticos- efectuó una considerable inversión
en proyectos productivos en el último mes que generará cerca de 10000 puestos
de trabajo. ¡Qué diferencia con Macri, que dilapidó cerca de 30000
millones de dólares, un 50 por ciento! Por supuesto, para repartir entre
sus amigotes y no como hace el gobierno del Frente de Todos, que reparte
entre los que menos tienen. Eso es lo que más molesta a los ahora
juntistas. El ahora 12, 18 y 30 los hace rabiar, como confesó en 2016
Javier González Fraga, con esto hacen “creer
que con sus sueldos medios pueden comprar plasma, celulares y viajar al
exterior”. La creencia se hace
realidad cuando un nuevo objeto cruza la puerta de casa, habría que
explicarle al que le otorgó préstamos irregulares a Vicentín desde su
trono en el Banco Nación.
Y para
hacer enojar más a los desigualadores, el Presidente lanza el plan Argentina
Programa, una capacitación para jóvenes que no sólo incluye cursos de
informática sino también un subsidio para la adquisición del equipamiento
necesario. En ese acto, Fernández destacó que “es impensable vivir en un mundo donde la conectividad no llegue a
todos. Se enojan porque digo que internet es un servicio público... ¡que se
enojen! Porque vamos a hacer de internet un servicio público para
que llegue a todos los argentinos y las argentinas y que no nos estafen ni nos
roben con las tarifas”. Claro que se enojan los que se creen dueños de
Todo, esos mismos que se esconden bajo las faldas de la Justicia para no
pagar el Aporte Extraordinario de las Grandes Fortunas.
Argentina
no está paralizada como algunos piensan. El Covid nos agarró mal parados,
nada más. En esta campaña que se inicia, no hay promesas, sino un
proyecto en marcha, no hay anuncios adornados con marketing, sino
decisiones que sostienen a una sociedad azotada. Falta, por supuesto, pero sólo
por este camino vamos a acercarnos a un país más igualitario porque por el
otro, vamos seguro a un nuevo abismo.
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