miércoles, 18 de agosto de 2021

La ira como brújula

 

Una foto es todo lo que tienen: una cáscara para esconderse y denostar a un gobierno que tiene buenas intenciones. Los medios hablan del cumpleaños en cuarentena, que ya había terminado. Una mentira más del Poder Real.

La oposición es una paradoja ambulante. Sin tener en claro qué proponer para encantar a sus votantes, apelan a cualquier cosa. En un spot de campaña de Diego Santilli, incluyen la imagen de Diego Maradona, cuya adhesión al kirchnerismo era inconfundible y sus críticas al gobierno de Macri tuvieron mucha repercusión. Esto, además de contradictorio y confuso, es demagógico a gran escala. Irrespetuoso, también, con el recuerdo del astro del fútbol y su familia. Pero para los amarillos en campaña vale todo, como organizar la Marcha de las Piedras, una forma lapidaria que encontraron los anti cuarentena, anti barbijos, anti vacunas y anti todo para endosar al Presidente Fernández las muertes por coronavirus. Y esto es sólo el comienzo, porque la indignación –esa ira irracional que confunden con crítica- es el tono que imprimen a su campaña sin ideas.

Y por si esto fuera poco, volvió el Buen Mauricio, como un inoportuno salvavidas de plomo para los precandidatos. Con su indisimulable cinismo y en una comodísima charla de café con Joaquín Morales Solá con formato de entrevista televisiva, sentenció que “esa foto nos da la sensación de que tocamos fondo”. No con las tropelías de su gobierno, sino con una foto de cumple. Mientras más insistan con su gravedad, menos incidirá en el votante. Más aún con las tonterías que proponen, como el juicio político o la declaración de inconstitucionalidad de todos los decretos firmados por Alberto el año pasado.

Enceguecido con su impunidad, el Infame Ingeniero se lanzó a dar cátedra y como siempre, vomitó sandeces, como afirmar que “el FMI es el grupo de países importantes del mundo que ayuda a otros países y por eso presta a una tasa más baja que cualquier Banco". Y para reflotar la idea de la integración al mundo, afirmó sin rubor que "estábamos con los países que tienen tecnología que nos querían ayudar y los que tienen las vacunas buenas que este gobierno no quiso comprar”. Y ya en el colmo de la explotación de la complicidad de su entrevistado y la desinformación del público, declaró que el Fondo no vino a hacer un negocio, nos prestó plata para ayudarnos a pagar la deuda que estaba venciendo y que ya no nos querían renovar los bancos, por el miedo a que volviese el kirchnerismo", algo que en ese entonces no podía predecirse.

La prepotencia del poder mediático ya instaló un contexto a la foto y resulta muy difícil cualquier explicación o atenuante. Cuanto mucho, podemos acordar que fue un error, aunque el 14 de julio del año pasado no estábamos en cuarentena. A pesar de esto, Alberto ya pidió disculpas, algo que no ha hecho Macri ni ninguno de sus funcionarios por lo dañino de su gobierno. "Nunca me van a tener que escuchar pedir disculpas porque me arrodillé ante el Fondo Monetario Internacional y endeudé a generaciones de argentinos, como otros hicieron", aclaró Fernández.  "No me van a escuchar pedir disculpas por haber cerrado los ministerios de Educación, Salud y Trabajo, ni por hacer un negocio con los parques eólicos, ni por haber creado una mesa judicial que persigue y hostiga a los opositores", agregó con más énfasis.

Al día siguiente, Cristina fue más enérgica y certera: "hoy me vienen a hablar de la República los que conformaron mesas judiciales con algunos de los integrantes hoy prófugos”. Y no sólo pretenden dar lecciones de republicanismo, sino también de moral. Hay que estar muy desorientado para tomarlos como ejemplo, salvo para el que quiera liderar una banda de filibusteros. "Alberto yo te pido, no te enojes ni te pongas nervioso –continuó la vicepresidenta- porque cuando uno es Presidente o Presidenta en nombre de una fuerza nacional los errores, las fallas, las equivocaciones, las transgresiones de normas que uno puede tener se magnifican en el caso de los gobiernos populares, y se exacerban para irritar, para indignar".

La foto les sirve a Ellos, a los juntistas y sus apologistas mediáticos porque así pueden tapar lo que son, lo que piensan y lo que quieren volver a hacer. El pensamiento metonímico que les permite repudiar el todo tomando sólo una parte. Así lograron conquistar la presidencia en 2015. Ellos no pidieron disculpas porque no cometieron errores: ganaron para hacer lo que hicieron. El que no entienda esto seguirá envenenado con cualquier foto que enturbie su pensamiento.

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