sábado, 7 de agosto de 2021

Las fábulas mediáticas y sus objetivos

 

El Poder real está preocupado por el resultado de las elecciones y por eso sus voceros discursivos ya no saben qué inventar. Los ilícitos encuentros de Macri en Olivos y en La Casa Rosada no pueden taparse con una mentira tan inverosímil como las orgías de Alberto. Lo que queda oculto para muchos conciudadanos son los logros de un gobierno que hace todo lo posible para que estemos mejor.

Como el verso de “se robaron todas las vacunas” queda desmontado con las casi 26 millones de personas inoculadas con una dosis y más de ocho millones con las dos, los odiadores se aferran a la nueva patraña del “escándalo sexual” en Olivos. Del Vacunatorio VIP pasaron al Prostíbulo presidencial con un par de titulares y ya el público cautivo babea de rabia en las redes por hechos que no ocurrieron. Pero de los oscuros encuentros que sí se produjeron tanto en Olivos como en La Rosada durante el des-gobierno macrista no dicen ni una palabra. Claro, de estos últimos hay pruebas y nefastas consecuencias. Como lo del “Vacunatorio VIP” fue descartado como delito por la Justicia y lo otro es una fábula que ni Ellos creen, lo vociferan a los cuatro vientos para que se grabe a fuego en el vapuleado entendimiento de los desprevenidos.

Para reforzar los prejuicios, Clarín inventó un negociado con un empresario taiwanés con relativo éxito entre sus fanáticos. "Nunca existió una reunión con el empresario Chien Chia Hong" afirmó el presidente Alberto Fernández y “si ganó [los concursos] ilegítimamente, que me den el nombre del funcionario que lo benefició y lo echo inmediatamente”. Por supuesto, este medio y sus satélites nada dijeron de los negociados reales que Macri concretó con sus amigotes, hasta en su propio beneficio. Si no los podían silenciar, buscaban la manera de justificarlos. Ahora amplifican una mentira para dejar en segundo plano las disputas internas de los juntistas. Hasta sonríen complacidos con la teatralización que María Eugenia Vidal hace de la canción de Facundo Cabral “no soy de aquí ni soy de allá”. Como es de todos lados, recuerda anécdotas de sus innumerables infancias vividas en todas las latitudes.

La campaña arrancó tan mal para los opositores, que los periodistas de los medios hegemónicos abandonan su papel de apologistas para convertirse en asesores de los pre-candidatos amarillos y afines. Y más ahora, que la Justicia uruguaya rechazó por innecesario el absurdo pedido de asilo político de Fabián Rodríguez Simón y la proximidad de la indagatoria promete convertir La Revolución de la Alegría en un Desfile de Magistrados que hicieron realidad la persecución judicial. Entonces sí hubo visitas ilícitas en la Quinta Presidencial con jueces y fiscales que no iban sólo a practicar deportes con el Infame Ingeniero, sino a armar causas infundadas para aniquilar al kirchnerismo. Y los teléfonos de Rodríguez Simón y Darío Nieto –el secretario de Macri- guardan una agenda cargada de operaciones judiciales y presiones a los jueces. Y por si esto fuera poco, el caso del contrabando de armamento para apoyar el golpe de Estado en Bolivia no sólo involucra a muchos de los funcionarios cambiemitas y al propio presidente, sino también a los representantes consulares de EEUU. ¿Cómo no van a querer tapar estos explosivos escándalos verdaderos con sainetes salidos de las mentes más perversas?

Pero lo que más quieren ocultar son los logros del gobierno de Fernández que, aunque no se noten tanto, son dignos de enumeración. En primer lugar, está considerado por la OMS entre los países que mejor han manejado la pandemia, los que más vacunas han conseguido y los que más avanzado tienen el plan de inmunización. También, triste y paradójicamente, el que acumula más muertos, aunque ya suponemos por qué ha ocurrido esto. En segundo lugar, el que menos puestos de trabajo formales ha perdido durante este año y pico en comparación con nuestros vecinos. La contracción laboral desde el inicio de la pandemia fue del 17 por ciento en Chile, el 14 Brasil y apenas el 3 por ciento en Argentina. En tercer lugar, la lluvia de inversiones que no se produjo con Macri, sí se concreta con Alberto, con fuertes inversiones en la economía real –no la financiera- cercana a los 34 mil millones de dólares. Por último, la reactivación se evidencia en el crecimiento de la construcción en un 20 por ciento en comparación con el índice pre pandemia y de la industria en casi el 5 por ciento respecto a 2019.

Claro, lo que falta es lo más difícil. Crecer después de Macri no es un desafío, pero distribuir mejor es más arduo. Recuperar el poder adquisitivo del salario no implica tanto perseguir a la inflación como racionalizar los precios. Esa es una batalla decisiva y hay que afrontarla con coraje, se enoje quien se enoje, porque no hay nada más triste que un país tan rico como el nuestro distribuya con tanta injusticia sus propias riquezas.

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