Nueva
movida opositora para proteger a los grandotes
Los opositores al Gobierno
Nacional no saben qué hacer para lograr un protagonismo que les resulta
esquivo. Lejos de conmoverse por los dolorosos acontecimientos de los primeros
días de abril, tratan de explotarlos
para cuestionar a La Presidenta y algunos de sus funcionarios. Si se
pusieran a tono con las circunstancias, serían más coherentes con el blanco de
sus críticas. Pero no, nada saben de
ninguna de estas cosas y dan manotazos a ciegas para sacar algún tanto en
un partido que ya saben perdido. Por eso, la Unión Cívica Radical –tres
palabras que desconciertan hasta a sus integrantes- pidieron la interpelación
del Jefe de Gabinete Nacional, Juan Manuel Abal Medina y de los ministros Julio
De Vido y Alicia Kirchner. Sin
demasiados fundamentos, como siempre, pero con mucha saña. El objetivo no
es solucionar nada, sino complicar todo. Como si obedecieran una orden
superior, hasta proponen "sacar
recursos del Fútbol para Todos y publicidad oficial para atender la catástrofe
de La Plata y la Ciudad de Buenos Aires". Y no resulta tan extraño que
propongan algo así, porque ésos son los
reclamos recurrentes del establishment. Sólo falta que planteen re
privatizar YPF y Aerolíneas Argentinas para calmar a las fieras, a cambio de algunos centímetros en sus
pasquines.
Pero no sólo en esto demuestran
su mezquindad. Después de años de escuchar críticas hacia el funcionamiento del
Poder Judicial, ahora se rasgan las
vestiduras ante el primer intento de transformar la única institución que ha
permanecido intocable desde el retorno a la democracia. Con jueces nombrados
durante la dictadura, incluidos. La notoria ausencia de los representantes de
la oposición en los plenarios de comisión para el tratamiento de los proyectos
presentados por el Ejecutivo es una manera
de negar legitimidad a las leyes que surjan de las futuras sesiones. Pero,
además, en una nueva muestra de su histrionismo, el PRO, la UCR, el FAP, el
Frente Peronista y el Proyecto Sur presentaron un documento con vistas a agitar
el escenario para la realización de un acto frente al Congreso. Incoherente: en defensa de las
instituciones tratan de mitigar la legitimidad de un gobierno elegido por
amplia mayoría. En un escrito titulado "Declaración de rechazo al intento de
control de la Justicia por parte del gobierno nacional" buscan disfrazar de autoritario a un gobierno
que, como pocos, ha respetado los procedimientos constitucionales para
transformar un país diezmado. Con absoluto cinismo, pintan de independiente a un sistema contaminado
por los intereses, no de los ciudadanos, sino de las minorías angurrientas.
Y, para evitar toda sorpresa, expresan un profundo rechazo al “intento de control de la Justicia por parte del
Gobierno Nacional”.
Sin intenciones de
aportar demasiados argumentos para un verdadero debate, despliegan un abanico
de consignas generales que, de tan inconsistentes, pueden provocar la risa. “Detrás del título meramente retórico de
“democratizar la justicia” –revela este documento- se esconde un intento de suprimir la independencia de los jueces, modificando
el régimen republicano que establece la Constitución, en perjuicio de las
libertades y derechos de todos los ciudadanos argentinos”. El
tratamiento parlamentario de un proyecto de ley es absolutamente republicano,
y, en todo caso, será la Corte Suprema de Justicia la que dicte sentencia en
relación a su constitucionalidad. Así
funcionan las cosas.
Pero no se conforman con esta incongruencia, sino
que aportan más. En una parte del texto, afirman que La Presidenta no mentía con
su promesa de “vamos por todo”. Claro
que no, estimados, y por eso fue re elegida con el 54 por ciento de los votos. Esto es sorprendente: acusan a Cristina por
cumplir con sus promesas de campaña. Y en un exceso de hipocresía, señalan
que “le toca ahora el turno al último
resguardo de los derechos y garantías: la Justicia”. Como si “la Justicia”
fuese un elixir aromático que poblase los pasillos de los Tribunales. Como si los jueces fuesen impolutos y
angelicales emisarios divinos. Como si el Poder Judicial fuera una entidad
extraterrestre portadora del Saber
Universal. Como si todo esto y mucho más, que por supuesto, la institución
de marras no es.
También cuestionan la base de la democracia, que es
la expresión y la voluntad del pueblo. Y en esto meten la pata, como lo han hecho en otras oportunidades,
al afirmar que los cambios propuestos en el Consejo de la Magistratura
transforman a este organismo en dependiente de mayorías circunstanciales. Claro, para estos defensores de los valores republicanos, es mejor que ese organismo dependa de los Poderes Fácticos, siempre
a la espera de la menor oportunidad para clavar
sus colmillos en nuestras riquezas, como ha quedado demostrado en muchos
momentos de nuestra historia.
Como si tanto despliegue de veneno no fuera
suficiente, ellos también van por más.
Y no dejan de sorprender, porque cuestionan las reformas que se proponen sobre
las medidas cautelares con el argumento de que “los ciudadanos quedan indefensos frente a los abusos del poder del
Estado”. Si esto no tuviese la forma
de amenaza, parecería un chiste. Si en muchos casos ha sido el Estado quien
ha quedado indefenso ante los abusos del
poder económico, con la complicidad de algunos jueces y muchos de estos títeres
que firman el documento en defensa de los
valores republicanos. También denuncian que “resulta paradójico que el oficialismo hable de ‘democratización de la
Justicia’ y apruebe los proyectos sin debate democrático en el Congreso”.
Ante la falta de argumentos, necesitan mentir. Si no hubo debate en las comisiones del Senado es porque ellos se
negaron a asistir, obedientes a las órdenes de quienes quieren retomar el
control de la economía, con los resultados que todos conocemos.
Finalmente, en un desesperado intento por despertar
voluntades a favor de los intereses destructivos que protegen, claman: “es hora de actuar todos juntos con grandeza
y generosidad, ya que se encuentra en
juego la República y la Constitución. Cuando no hay justicia independiente
no hay Constitución, no hay libertad ni hay derechos para los ciudadanos. No
permitamos este atropello”. Para que quede claro: pretenden conservar ese sistema judicial independiente que permitió la destrucción del país para beneficiar
a unos pocos, en detrimento de los derechos de los ciudadanos que ahora
pretenden defender.
Lo que llama la atención es que este valiente documento redactado para
resguardar las instituciones de la democracia, nada incluye contra los improperios destituyentes vomitados en una
asamblea de la Mesa de Enlace en la Sociedad Rural de Santa Fe. Uno de los republicanos asistentes denunció el
proyecto de una supuesta reforma constitucional para “cambiar el espíritu de Alberdi por el chavismo, el marxismo y ese maldito progresismo que todavía no
sabemos qué es”. Otro de los demócratas
ruralistas, prometió que los que cortaban las rutas en 2008 “están
dispuestos a sacar a esta porquería que está gobernando, que se vaya a
patadas”. El más creativo de
los presentes, explicó que “hay muchos
métodos psicológicos y de acción directa para destituir y hacer desaparecer a toda esta gente”.
Y todo esto frente a las autoridades de la Mesa de
Enlace, que no se preocuparon por frenar tantos exabruptos antidemocráticos. Nada
de todo esto despierta la valentía institucional de los exponentes de la
oposición. Por el contrario, deben
sentirse complacidos por formar parte de un mejunje de individuos dispuesto a
todo para destronar a un equipo de gobierno que los ha descolocado. Aunque
para eso sea necesario avasallar la voluntad de los ciudadanos que dicen
defender. Cada día pierden un poco del maquillaje que ostentaban en otros
tiempos más confusos. Sus horrorosos
rostros están al desnudo, mostrando su más descarnada bestialidad. Y nada
hay que los oculte.
A esos dirigentes de la Mesa de Enlace, que dijeron lo que dijeron, que usaron ese término "desaparecer", hay que juzgarlos por Traidores a la Patria, porque esa figura sigue en nuestro Código Penal y porque ellos son dirigentes ni más ni menos del sector agrícola, el que más pesa lamentablemente en nuestro país, en sintonia con este Estado deficiente, formado por esa clase oligarca en 1880 que cuando no pudo sostener más la mentira de unos pocos, y al ver que jamás gobernaría tras creadas las urnas en 1912, fueron a golpear las puertas de ese Ejército que les pertenecía y que nada tenía que ver con el legado de San Martín y del abogado y periodista Manuel Belgrano. Siempre me pregunto porque Perón no los encarceló por esa figura penal, Traidores a la Patria, es decir a partir del artículo 214 Delitos contra la Seguridad Nacional, tras las bombas de 1955; fusilarlos no, porque alguna vez se preguntó públicamente Néstor Kircher, porque eso hubiese sido convertirlos en mártires, pero si presos de por vida, por miserables. Ellos por traicionar ese uniforme que los embistió la Patria y estos dirigentes de agrícolas de hoy, por "delincuentes sociales", es decir todo aquel empresario que evada impuestos altos y desde una función representativa trate de hasta quebrar el autoestima de un pueblo. Ni hablar de los que la van de periodistas y son operadores de un enemigo estratégico.
ResponderBorrarEsa es parte de la crítica que se tiene que hacerse el oficialismo y sacarse de encima a todos los alcahuetes como podrían ser DElía, Pérsico, los malos funcionarios como Abal Medina, premiar a un Aníbal, limitar a un mediocre ambicioso sin capacidad como Randazzo y analizar quienes sirven y quienes no en La Cámpora la preferida de la Presidenta, porque nadie puede creer que la maneja su hijo, Máximo, de cero presencia en nada. Abrazo como siempre un placer aprender de vos Gustavo.
Hay muchas cosas para considerar a partir de lo que vos decís. Es claro que esos empresarios dirigentes tienen una responsabilidad enorme en el clima destituyente de sus dirigidos, por lo que no se pueden hacer los distraidos. Por otro lado, falta mucho para recomponer desde los tiempos de la dictadura, todavía, sobre todo en el terreno civil y en muchos grupos empresarios que han sido cómplices. Respecto a los funcionarios, confío en el juicio de la Presidenta, que no los elige al azar y menos aún por presiones. Los elige por su capacidad y fidelidad, que en eso, no hay dudas. Siempre se pueden escapar algunos errores, pero a veces son producto del estado de reconstrucción en el que se encuentra nuestro querido país. Nunca hay que olvidar que venimos de la ruina, de la destrucción absoluta. Entonces, hay que trata de focalizar más en lo positivo y en la manera de consolidarlo. Indudable que estamos mucho mejor y que todavía falta, pero este es el único camino posible para una sociedad tan dispersa en un territorio enorme. Abrazo grandísimo y muchas gracias por tu permanente participación.
BorrarGracias Gustavo y como siempre te invito a apuntar en el Doc9, a enriquecerlo y criticarlo. He subido algunos apuntes, no con la periodicidad tuya pero sin con la misma entrega
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