Cacerolas
con guisos de odio
Tanto acá como allá, la
estrategia es la misma. Lo importante es
horadar la voluntad de la mayoría para imponer los caprichos de una minoría.
Porque de eso se trata: aunque parezca un empate, no lo es. Aunque el ex
candidato venezolano Henrique Capriles haya obtenido casi el 49 por ciento de
los votos, de ninguna manera su ideario
representa esa cantidad. Con un disfraz conciliador, el líder de la
oposición adornó su discurso hasta parecer casi chavista y logró engañar
algunas voluntades más que en octubre pasado. Ahora, como su piel de oveja no dio tan buen resultado, apeló a la
negación de los números para agitar el ambiente. Y lo logró. En cinco
estados explotó el descontento alentado por los perdedores y se transformó en odio, con un saldo de siete muertos y más de
sesenta heridos. Como siempre, la complicidad de los medios dominantes alimentó
la chispa hasta convertirla en hoguera. Detrás de estas movidas hay intereses,
por supuesto. Intereses de clase que
quieren reconquistar el poder para retornar al pacto del Punto Fijo, que
sometió al país caribeño a la desigualdad más extrema. Una historia
parecida a la nuestra y a la de cualquier patria. Una amenaza conocida, que se
retroalimenta con el desprecio y los prejuicios que se difunden con formato
periodístico. Todo para restar legitimidad a un gobierno democráticamente
elegido. Operaciones oportunas con
vistas al gran cacerolazo gran del 18A.
La semana comenzó con el
bombazo de Jorge Lanata: la ruta del
dinero K. Una cámara oculta que parecía revelar toda la mugre que siempre ha buscado en todo
gobierno democrático. La política como
blanco y la desconfianza como dardo. Un caso sabido, denunciado e
investigado desde hace mucho tiempo. Eso sí, exhibida como novedad gracias al olfato periodístico del eximio personaje y el
formato de espectáculo con que muestra los resultados de sus pesquisas. Como
objetivo claro, alimentar los prejuicios
de los espectadores de ese canal, siempre con las cacerolas prestas para salvar
la República. Al día siguiente, el canal del monopolio puso toda la carne
al asador. En realidad, la piel envejecida de sus operadores disfrazados de
periodistas estrella. Casi todos, sentados en ronda, en una escenografía de
tribunal, dictando sentencia para
acelerar la caída de un gobierno que desde hace mucho los desespera.
Rostros preocupados, severos, envenenados, indignados ante tanta impudicia. Los conductores del noticiero nocturno, serios hasta la parodia, creaban el
dramático clima destinado a contagiar de indignación al desinformado público.
El centro de la escena, por supuesto, estaba ocupado por el autor de tan
revelador informe. Todo armado para dar
un golpe letal a La Presidenta y su séquito. Ahora sí, el camino para
recuperar privilegios, ganar algunos nuevos y garantizar la impunidad del poder
fáctico parecía estar liberado.
Pero no. El circo duró poco.
Mientras desde las columnas del martes los protagonistas del show se
sorprendían ante el silencio oficial, el
oficialismo respondía desde las oficinas correspondientes. Tanto la AFIP
como la UIF anunciaron que tomarán cartas en un asunto que ya venían investigando.
Autoridades de la UIF afirmaron la remisión al Ministerio Público Fiscal de “las
investigaciones que venían desarrollando con un alto grado de avance”. Por
su parte, Ricardo Echegaray aseguró que “lo
que nos corresponde a nosotros lo vamos a investigar”. Y la Justicia, en la
voz de Rodolfo Canicoba Corral, también dio a conocer su posición ante el
sainete. En declaraciones radiales, el magistrado advirtió que “hay que ver” si las operaciones
ventiladas por Leonardo Fariña ante la cámara oculta del programa de Lanata “son
o no lícitas”. Además, las grabaciones no son pruebas
válidas en una investigación en serio. “Una
cosa es la exposición mediática –diferenció Canicoba Corral- y otra los expedientes judiciales en los que
se necesita el rigor de la prueba”. “Lo que
he visto –explicó el juez- es una persona
que aparentemente se involucra en
operaciones que no sé si son de lavado, porque ni siquiera sé si son ilícitas.
Todavía no tengo ningún elemento, lo veremos en el transcurso de la
investigación si me toca a mí”.
Pero primero le tocó al pícaro Fariña desmentir todo lo que había dicho ante las cámaras de
PPT opositor. El martes, este personaje de la farándula acudió a un programa de
chimentos para revelar que esa cámara oculta no era más que una simulación: “Lanata
quería ficción y yo se la dí”. También,
le pidió disculpas al señor Lázaro Baez, un
tipo de primera, de quien no tengo un carajo malo que decir”. Más circo en
una arena bastante revuelta. Ahora
vienen las fieras a mostrar los dientes para amenazar la democracia. Porque
todo esto orquestado desde la usina de Clarín no tiene otro objetivo más que
caldear los ánimos para el 18A; llenar
las cacerolas con prejuicios para que se sacudan al ritmo del odio. Sumar a
las protestas contra la reforma judicial un caso de corrupción K, para que la ecuación protestona sea redondita.
La
corrupción como excusa para conducir a la no-política. El honestismo como programa de gobierno
para cualquier otra fuerza política que combata contra el universo K. De esta
manera, las fuerzas opositoras, con sólo prometer transparencia, honestidad y
respeto republicano, obtendrán los
aplausos momentáneos de los irritables caceroleros. Y no mucho más que eso.
Con esta jugada tantas veces vista, la oposición mediática y política trata de
instalar la desconfianza, el desánimo, el fracaso, el miedo. Pretenden sumar individuos para restar al
colectivo. Quieren romper todo esto que ya les resulta insoportable. Desean destronar a un gobierno legítimo
para recuperar privilegios que todavía no han perdido. Intentan retornar
para apropiarse de todo lo que hemos recuperado, para cortarnos el camino, para
hundirnos una vez más en la situación más caótica. Y un coro cacerolero asiste a los carroñeros en su afán destructivo.
Los que tanto claman por el respeto a las
instituciones no dudan en pisotearlas
con tal de proteger a los poderosos. Tanto acá como en Venezuela. Bueno,
acá estamos en la previa de todo eso. “En
el día de la fecha ha habido siete muertes -relató La Presidenta desde el
Salón de las mujeres del Bicentenario-
han sido atacadas sedes del Partido Socialista Unido de Venezuela”. “Llamo a
todos los dirigentes de la República de Venezuela a que actúen con sensatez”
-pidió Cristina al candidato opositor- “Cuando
se denuncia fraude hay que presentar las pruebas. No se puede denunciar y no
dar pruebas porque genera violencia”. La
misma que quieren provocar algunos exponentes de la oposición en estas tierras,
en complicidad con las propaladoras de estiércol, disfrazadas de medios de
comunicación. Porque negar legitimidad a un gobierno elegido con el 54 por
ciento de los votos es generar violencia. Porque
rechazar una reforma judicial sin debatir en el Congreso es renunciar a la
República. Porque demandar una justicia
independiente y avalar la connivencia de muchos jueces con las
corporaciones es hipocresía. Porque
exigir transparencia y confabularse con los conspiradores es traición.
Cuando La Presidenta pidió sensatez a la oposición venezolana, también estaba
haciendo lo propio con los exponentes locales. Nada bueno aporta a la democracia que la furia de los caceroleros
urbanos sea alimentada con prejuicios, como una caldera a punto de estallar,
por aquéllos que deberían contribuir a la construcción de un país para todos.
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ResponderBorrarAnálisis de gran altura Gustavo, que no se nota en los diarios de hoy. Una marcha del Odio, de gente que odia solo por odiar, que necesita de una anarquía que justifiquen su vida mediocre, el caos, el país de rodilla, total ya vendrá otro ladrón, no? Cuantos insultan a Cristina, sobre todo mujeres, porque la sola presencia de esa mujer preparada, linda a pesar de sus años, valiente, que hasta hace poco tenía un amor que la valoraba como mujer, que la eligió para ser su sucesora, genera envidia, y su sola presencia, les refleja su mediocridad. Gustavo, le sugiero la película Puerta de Hierro, en cine. Que difícil es gobernar la Argentina, tierra de intereses, con tantos enemigos locales respondiendole a un enemigo estratégico que son esas familias imperiales en su mayoría con asiento en Inglaterra y más en los Estados Unidos, que aún no reconoce al gobierno venezolano.
ResponderBorrarAbrazo Gustavo, muy preocupado, porque no tenemos candidato, un sucesor, un continuador de este proceso, que no sea Cristina, ya tan cansada y desgastada y con estos enemigos del pueblo, argentinos traidores. De eso tendría que escribir Gustavo. Abrazo y pase por Doc.
Hay tiempo para encontrar un candidato que garantice la continuidad. Lo más importante es profundizar este proyecto y darle un sentido. Con nuevos logros se logrará la solidez, con la consolidación de este camino que hemos emprendido, a pesar de las fieras que quieren hacernos retroceder.
BorrarExcelente. Me la llevo, Gustavo.
ResponderBorrarUn abrazo.
lo importante de todo esto es seguir a este proyecto popular, porque es el único gobierno que piensa en los que menos tiene!!!
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