miércoles, 17 de abril de 2013

Sombras nada más



Cacerolas con guisos de odio
Tanto acá como allá, la estrategia es la misma. Lo importante es horadar la voluntad de la mayoría para imponer los caprichos de una minoría. Porque de eso se trata: aunque parezca un empate, no lo es. Aunque el ex candidato venezolano Henrique Capriles haya obtenido casi el 49 por ciento de los votos, de ninguna manera su ideario representa esa cantidad. Con un disfraz conciliador, el líder de la oposición adornó su discurso hasta parecer casi chavista y logró engañar algunas voluntades más que en octubre pasado. Ahora, como su piel de oveja no dio tan buen resultado, apeló a la negación de los números para agitar el ambiente. Y lo logró. En cinco estados explotó el descontento alentado por los perdedores y se transformó en odio, con un saldo de siete muertos y más de sesenta heridos. Como siempre, la complicidad de los medios dominantes alimentó la chispa hasta convertirla en hoguera. Detrás de estas movidas hay intereses, por supuesto. Intereses de clase que quieren reconquistar el poder para retornar al pacto del Punto Fijo, que sometió al país caribeño a la desigualdad más extrema. Una historia parecida a la nuestra y a la de cualquier patria. Una amenaza conocida, que se retroalimenta con el desprecio y los prejuicios que se difunden con formato periodístico. Todo para restar legitimidad a un gobierno democráticamente elegido. Operaciones oportunas con vistas al gran cacerolazo gran del 18A.
La semana comenzó con el bombazo de Jorge Lanata: la ruta del dinero K. Una cámara oculta que parecía revelar toda la mugre que siempre ha buscado en todo gobierno democrático. La política como blanco y la desconfianza como dardo. Un caso sabido, denunciado e investigado desde hace mucho tiempo. Eso sí, exhibida como novedad gracias al olfato periodístico del eximio personaje y el formato de espectáculo con que muestra los resultados de sus pesquisas. Como objetivo claro, alimentar los prejuicios de los espectadores de ese canal, siempre con las cacerolas prestas para salvar la República. Al día siguiente, el canal del monopolio puso toda la carne al asador. En realidad, la piel envejecida de sus operadores disfrazados de periodistas estrella. Casi todos, sentados en ronda, en una escenografía de tribunal, dictando sentencia para acelerar la caída de un gobierno que desde hace mucho los desespera. Rostros preocupados, severos, envenenados, indignados ante tanta impudicia. Los conductores del noticiero nocturno, serios hasta la parodia, creaban el dramático clima destinado a contagiar de indignación al desinformado público. El centro de la escena, por supuesto, estaba ocupado por el autor de tan revelador informe. Todo armado para dar un golpe letal a La Presidenta y su séquito. Ahora sí, el camino para recuperar privilegios, ganar algunos nuevos y garantizar la impunidad del poder fáctico parecía estar liberado.
Pero no. El circo duró poco. Mientras desde las columnas del martes los protagonistas del show se sorprendían ante el silencio oficial, el oficialismo respondía desde las oficinas correspondientes. Tanto la AFIP como la UIF anunciaron que tomarán cartas en un asunto que ya venían investigando. Autoridades de la UIF afirmaron la remisión al Ministerio Público Fiscal de “las investigaciones que venían desarrollando con un alto grado de avance”. Por su parte, Ricardo Echegaray aseguró que “lo que nos corresponde a nosotros lo vamos a investigar”. Y la Justicia, en la voz de Rodolfo Canicoba Corral, también dio a conocer su posición ante el sainete. En declaraciones radiales, el magistrado advirtió que “hay que ver” si las operaciones ventiladas por Leonardo Fariña ante la cámara oculta del programa de Lanata “son o no lícitas”. Además, las grabaciones no son pruebas válidas en una investigación en serio. “Una cosa es la exposición mediática –diferenció Canicoba Corral- y otra los expedientes judiciales en los que se necesita el rigor de la prueba”. “Lo que he visto –explicó el juez- es una persona que aparentemente se involucra en operaciones que no sé si son de lavado, porque ni siquiera sé si son ilícitas. Todavía no tengo ningún elemento, lo veremos en el transcurso de la investigación si me toca a mí”.
Pero primero le tocó al pícaro Fariña desmentir todo lo que había dicho ante las cámaras de PPT opositor. El martes, este personaje de la farándula acudió a un programa de chimentos para revelar que esa cámara oculta no era más que una simulación: “Lanata quería ficción y yo se la dí”. También, le pidió disculpas al señor Lázaro Baez, un tipo de primera, de quien no tengo un carajo malo que decir”. Más circo en una arena bastante revuelta. Ahora vienen las fieras a mostrar los dientes para amenazar la democracia. Porque todo esto orquestado desde la usina de Clarín no tiene otro objetivo más que caldear los ánimos para el 18A; llenar las cacerolas con prejuicios para que se sacudan al ritmo del odio. Sumar a las protestas contra la reforma judicial un caso de corrupción K, para que la ecuación protestona sea redondita.
La corrupción como excusa para conducir a la no-política. El honestismo como programa de gobierno para cualquier otra fuerza política que combata contra el universo K. De esta manera, las fuerzas opositoras, con sólo prometer transparencia, honestidad y respeto republicano, obtendrán los aplausos momentáneos de los irritables caceroleros. Y no mucho más que eso. Con esta jugada tantas veces vista, la oposición mediática y política trata de instalar la desconfianza, el desánimo, el fracaso, el miedo. Pretenden sumar individuos para restar al colectivo. Quieren romper todo esto que ya les resulta insoportable. Desean destronar a un gobierno legítimo para recuperar privilegios que todavía no han perdido. Intentan retornar para apropiarse de todo lo que hemos recuperado, para cortarnos el camino, para hundirnos una vez más en la situación más caótica. Y un coro cacerolero asiste a los carroñeros en su afán destructivo.
Los que tanto claman por el respeto a las instituciones no dudan en pisotearlas con tal de proteger a los poderosos. Tanto acá como en Venezuela. Bueno, acá estamos en la previa de todo eso. “En el día de la fecha ha habido siete muertes -relató La Presidenta desde el Salón de las mujeres del Bicentenario- han sido atacadas sedes del Partido Socialista Unido de Venezuela”. “Llamo a todos los dirigentes de la República de Venezuela a que actúen con sensatez” -pidió Cristina al candidato opositor- “Cuando se denuncia fraude hay que presentar las pruebas. No se puede denunciar y no dar pruebas porque genera violencia”. La misma que quieren provocar algunos exponentes de la oposición en estas tierras, en complicidad con las propaladoras de estiércol, disfrazadas de medios de comunicación. Porque negar legitimidad a un gobierno elegido con el 54 por ciento de los votos es generar violencia. Porque rechazar una reforma judicial sin debatir en el Congreso es renunciar a la República. Porque demandar una justicia independiente y avalar la connivencia de muchos jueces con las corporaciones es hipocresía. Porque exigir transparencia y confabularse con los conspiradores es traición. Cuando La Presidenta pidió sensatez a la oposición venezolana, también estaba haciendo lo propio con los exponentes locales. Nada bueno aporta a la democracia que la furia de los caceroleros urbanos sea alimentada con prejuicios, como una caldera a punto de estallar, por aquéllos que deberían contribuir a la construcción de un país para todos.

5 comentarios:

  1. Análisis de gran altura Gustavo, que no se nota en los diarios de hoy. Una marcha del Odio, de gente que odia solo por odiar, que necesita de una anarquía que justifiquen su vida mediocre, el caos, el país de rodilla, total ya vendrá otro ladrón, no? Cuantos insultan a Cristina, sobre todo mujeres, porque la sola presencia de esa mujer preparada, linda a pesar de sus años, valiente, que hasta hace poco tenía un amor que la valoraba como mujer, que la eligió para ser su sucesora, genera envidia, y su sola presencia, les refleja su mediocridad. Gustavo, le sugiero la película Puerta de Hierro, en cine. Que difícil es gobernar la Argentina, tierra de intereses, con tantos enemigos locales respondiendole a un enemigo estratégico que son esas familias imperiales en su mayoría con asiento en Inglaterra y más en los Estados Unidos, que aún no reconoce al gobierno venezolano.
    Abrazo Gustavo, muy preocupado, porque no tenemos candidato, un sucesor, un continuador de este proceso, que no sea Cristina, ya tan cansada y desgastada y con estos enemigos del pueblo, argentinos traidores. De eso tendría que escribir Gustavo. Abrazo y pase por Doc.

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    1. Hay tiempo para encontrar un candidato que garantice la continuidad. Lo más importante es profundizar este proyecto y darle un sentido. Con nuevos logros se logrará la solidez, con la consolidación de este camino que hemos emprendido, a pesar de las fieras que quieren hacernos retroceder.

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  2. Excelente. Me la llevo, Gustavo.
    Un abrazo.

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  3. lo importante de todo esto es seguir a este proyecto popular, porque es el único gobierno que piensa en los que menos tiene!!!

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