Si el ambiente está enrarecido
no es sólo por el calor. Todos hablan
del narcotráfico como si recién irrumpiera en la escena. Y todo se
convierte en ‘narco’, por obra y gracia de la magia mediática. Hasta una
disputa entre vecinos muta en una guerra entre bandas que intentan conquistar
un territorio. O recuperarlo, de acuerdo al lado en que uno se ubique. Los que se escudan en las pantallas deben
saber -pero callan- que un narcotraficante no es pobre y no vive en una villa,
sino en un barrio lo más lujoso, cerrado y artificial posible. También
deben saber que no guarda su fortuna en un cofre enterrado en una isla perdida
del Pacífico, sino que la blanquean con la complicidad de empresarios, bancos y
demás exponentes del poder económico. Y
que la clandestinidad en la que viven no es más que la protección que le
brindan las fuerzas de seguridad, sobre todo las provinciales y algunos jueces bien adornados. Poco a poco, todo se
pone sobre la mesa y sólo queda comenzar a actuar. Pero hay otras complicidades
mucho más dolorosas.
Uno está acostumbrado a ver en
películas industriales a héroes sesentones que corren, saltan, pelean sin que
la artrosis los moleste. En la vida real, esto es casi imposible. Por eso llama
la atención la fuga del represor Alejandro Lawless, cuyos vericuetos judiciales sugieren una clara intención de otorgar impunidad.
Quizá esto pueda parecer un prejuicio, pero alguien con ese apellido debería
estar más controlado. Lawless, en
inglés, significa ilegal y la persona
que lo porta es merecedora de toda sospecha. Ya se había escapado en 2010,
cuando los organismos de DDHH y los fiscales aconsejaban evitar el beneficio de
la libertad durante el proceso judicial. Después
de casi un año como prófugo, se entregó pero el juez subrogante le concedió la
excarcelación, a pesar de que los
fiscales José Nebbia y Miguel Palazzani insistieron con la revocación de ese
privilegio. Otros tres jueces –José Triputti, Martín Bava y Jorge Ferro-
reafirmaron la libertad del casi reo.
Posteriormente, con dos años y algo más de burocracia
inadmisible, la Cámara de Casación ordenó la detención de Lawless. En el
traslado hacia los Tribunales de Talcahuano, se escapó de sus tres custodios corriendo; un hombre rechoncho de 66
años se escabulló de tres policías seguramente un poco más jóvenes y en mejor
estado. Cuatro jueces y tres policías
son unos inútiles o están enredados en la protección de un represor que debe
tener mucha influencia o información peligrosa. O todo esto junto. En una
comedia de enredos, esta situación resultaría ya inverosímil, por lo pueril de
la estrategia y por la manera en que se concretó la fuga. Y éste es el quinto represor que huye en pleno proceso, bajo las barbas de sus custodios. La
presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, consideró esto como
“extraño, reiterativo y peligroso”. Y
no es para menos: después de tantas
décadas de lucha, duele que algunos se resistan a vivir bajo las normas
democráticas. Esto sí es un pacto espurio, como acostumbra a denunciar la denunciadicta Elisa Carrió, diputada
ausente con ostentación.
Lo que no parece ser un pacto
pero expele un tufillo sugestivo es
el escándalo que se desató en la Catedral Metropolitana, unos días después de
las infames consideraciones del asesor -¿político?- de Macri, Jaime Durán Barba
sobre la figura de Hitler. Esos 20 lefebvristas que trataron de impedir la
conmemoración de la Noche de los Cristales Rotos deben ignorar que esta
ceremonia se realiza desde hace 15 años. ¿Por
qué ahora y no en las 14 anteriores? Pero esta irrupción incomprensible
tiene un apologista. El padre francés Christian Bouchacourt, que reside en el
país y es dirigente de esa fraternidad cismática, admitió conocer a los manifestantes y justificó la agresión “porque estas ceremonias nos duelen a
nosotros”. “No fue un deseo de hacer
una rebelión –explicó- sino de
manifestar nuestro amor a la Iglesia Católica” y un desprecio hacia todos los demás, le faltó agregar. Cabe
preguntarse por qué, en el transcurso de pocos días, parecen emerger
expresiones antisemitas. Y en el mismo combo preguntón, ¿por qué todas estas
cosas ocurren en la CABA y sus alrededores?
No
es paranoia, pero se parece bastante
Posible, ¿por qué no?, si
algunos personajes están tratando de agitar el ambiente desde todos los flancos.
Hasta los delincuentes comunes amenazan a funcionarios con denuncias falaces
ante las cámaras televisivas. Y exigen
la presencia de algunos canales, sobre todo a la hora en que comienzan los
noticieros nocturnos. Demasiada coincidencia. ¿Tendrán todos al mismo
asesor de imagen? Uno de los personajes más siniestros de nuestro presente es
Luis Barrionuevo, atornillado como representante de la CGT Azul y Blanca desde
el principio de los tiempos o algo así. En
estos días, brindó unas invalorables lecciones destituyentes y sin cobrar un
centavo. “La preocupación de la
presidenta tiene que ver fundamentalmente con su salida, sea la corta, la
mediana o la larga”, dijo el sindicalista que en sus años mozos solía quemar
urnas. “Son dos años, si vamos a la
larga”, amenazó, aceptando a
regañadientes los plazos constitucionales. Y, en sintonía con su par, Pablo
Micheli, sugirió que se deberían ir todos los ministros porque son todos vagos.
Por su experiencia personal, debe saber
mucho del tema.
¡Qué país generoso, el nuestro,
que permite que la libertad de expresión se transforme en libertinaje oral! ¡Qué desesperados estarán los dueños del Poder
Fáctico para enviar a un personaje tan poco prestigioso a gruñir en pos de sus
intereses! ¡Qué faltos de carroña estarán los medios hegemónicos que necesitan
recurrir a entrevistados expertos en vomitar dicterios para llenar horas de
programación!
Lo que queda en evidencia es
que el kirchnerismo se está convirtiendo en una piedra en el zapato de los
miembros del círculo rojo. Además de
piedra, una especie de Ave Fénix
patagónica que, ante cada tropiezo, resurge de sus cenizas para proyectar
un sueño. Pero lo que más molesta del kirchnerismo no son los errores, sino los aciertos que ha tenido a lo largo
de estos años. Aciertos que han dejado al desnudo los intereses más
destructivos y que han desenmascarado a más de uno. En unos días más, Cristina
volverá como CFK. Una mujer como muchas oficiará como Presidenta. Su primer
paso será, sin dudas, evaluar lo
ocurrido durante su ausencia y señalar por dónde continúa el sendero. Y
después, andar, porque este país no se detiene por nostálgicos de la oscuridad,
hacedores de tormentas o conspiradores de pacotilla.
Excelente Gustavo !! Tan claro y contundente que ya lo recomendaré!!
ResponderBorrarCoincido con la kerida Estela :"Esto es algo raro,sugestivo y peligroso"