El
ataque de los buitres provoca una sensación extraña en nuestros espíritus. Por
un lado, el sabor de una injusticia que nos amenaza con volver a un pasado
humillante. Por el otro, el entusiasmo de
responder con heroísmo a tamaño desafío. Mucho enojo, mucha emoción y mucho
arrebato. A todo esto se agrega la certeza de que tenemos la razón porque nos acompañan los pueblos por medio de sus
representantes. Esta batalla tiene como contendientes a unos tipos infames
con los intereses más destructivos del capitalismo, por un lado y del otro, el
resto del mundo, los que queremos vivir con una modesta dignidad. Prepotencia vs Democracia. En el medio,
además de los dos Estados americanos que se lavan las manos en las aguas de un
descolorido republicanismo, están los siervos que no tienen más guía que la
ambición y más patria que el dinero.
Angustia.
Dolor. Enojo. Impotencia. Todo esto
provoca el embate de los buitres. Pero además, invita al coraje porque, de
esta contienda salimos marchando con la frente bien alta o terminamos hundidos en el barro infecto que ya hemos conocido tantas
veces. En medio de tantos sentimientos encontrados, la memoria nos brinda
unos versos de Amparo Ochoa, “La
maldición de Malinche”. Una canción llena de arrepentimientos y a la vez de
promesas. Después de recibir a los conquistadores como dioses, “…se nos quedó el maleficio / de brindar al extranjero / nuestra fe,
nuestra cultura / nuestro pan, nuestro dinero…”. El Autor de estos Apuntes invita a los
lectores a escuchar esta canción muy apropiada para estos tiempos de vuelos
carroñeros. Tal vez puedan identificar a ciertos personajes que operan para
favorecer a los enemigos de toda dignidad: “hipócrita
que te muestras / humilde ante el extranjero / pero te vuelves soberbio / con
tus hermanos del pueblo”. Sin dudas, debería
convertirse en el himno de los pueblos que se quieren liberar del saqueo para
siempre.
Esta
batalla es tan crucial que promete ser histórica. Por eso hay que seguirla
hasta el final. El mundo no será el mismo después de este capítulo. Y será luminoso si lo escribimos entre todos.
Si lo escriben ellos, ya sabemos lo tenebroso que será. Mucha oscuridad han
vertido en estas tierras, mucha sangre nos han succionado, mucho dolor han
provocado. Pero a sus lúgubres
intentonas respondemos con valor, guiados por la esperanza de una vida mejor.
De las sombras que ellos difunden, nosotros esgrimimos luz. Ahora tenemos un
nuevo símbolo que puede servir como ejemplo: tiene media sanción en Diputados
el proyecto para declarar como Emblema
Nacional el pañuelo blanco de las Madres de Plaza de Mayo. Mientras ellos emplean
picos afilados y garras despiadadas, nosotros blandimos un indiscutible signo
de paz que proviene del peor horror que pueda imaginarse.
Un ataque en
estéreo
Mientras
esquivamos las embestidas de los plumíferos, las huestes locales mordisquean
los tobillos. Una vergüenza: cuando nuestro país está atravesando un serio
conflicto internacional, el juez Lijo sigue alimentando a la oposición
mediática y política con el procesamiento a Boudou, decidido a las once de la noche de un viernes de asueto administrativo.
Si esto no es un intento de debilitar al Gobierno Nacional, hemos cambiado de
dimensión y nadie se ha enterado. Envalentonados por el martillo independiente de toda noción de justicia,
los representantes de la contra arremetieron
con el juicio político al Vicepresidente. Y, como debía ser, fracasaron. Si ya
está procesado, que los diputados se dediquen a eso sería redundante. Pero
igual mostraron los dientes –hasta los postizos- para exhibirse ante el establishment como postulantes confiables.
Y a
esto se le suman los mensajes difusos que han pronunciado sobre el conflicto
provocado por los buitres, que ellos, por
mero servilismo y para no despertar el Enojo Imperial, les llaman holdouts. Sin pudor, hablan de pagar,
negociar, obedecer, sin pensar en las consecuencias que eso tendría para
nuestro futuro. El canciller Héctor Timerman, por el contrario, ofreció otra
posibilidad: “si hoy en día quieren entrar al canje pueden hacerlo. Está abierto,
pero los fondos buitre no quieren lo que
tienen los demás, quieren más”. Y para que
no queden dudas, aclaró, ante los demás embajadores de la OEA: “nosotros no vamos a aceptar una extorsión, no vamos a aceptar medidas contra el pueblo
argentino. Vamos a negociar y no nos vamos a suicidar”.
Aunque aburra,
debemos prestar atención a algunos de los que pretenden ocupar la presidencia a
partir del próximo año. Uno de ellos es el mejor y el peor al mismo tiempo. Mauricio Macri es promisorio para la
minoría patricia, pero nefasto para el resto. Después de decir que es más
grave “quedarse con la máquina que
fabrica billetes” que “hacer una red
de escuchas”, renunció a cualquier
principio soberano. Nadie duda del sentido de su célebre frase: “yo hubiera resuelto el tema”. Total, después podrá deslindarse de toda
responsabilidad echando culpas a diestra y siniestra. “Hay que negociar y cerrar el tema porque si no caemos en default, que
es lo peor que nos puede pasar”, dijo un
exponente de las tantas familias que se han enriquecido a costa de nuestro
endeudamiento. Y no hay dudas de cómo negociaría y cerraría el tema. Para terminar
con tanta zoncera, reprochó al kirchnerismo “llevar
las cosas siempre al borde del abismo”.
Este es el
caso más extremo de entreguismo sin disimulo, pero están los más peligrosos, los que se escudan en generalidades para
evitar una posición más clara. En esta contienda, como se ha dicho en
muchas oportunidades, no hay lugar para medias tintas. Ellos –los buitres y sus
aliados- o nosotros. Y cualquiera que
dude provocará una fisura que, en breve, nos hará quebrar para siempre.
Cuando los enemigos externos nos acosan, las minúsculas rencillas internas
deberían guardarse en el congelador. Pero no, los mezquinos exponentes de la
oposición están tan ansiosos por ocupar el sillón presidencial que dan golpes a
ciegas para destronar el kirchnerismo. Tan enceguecidos, que no advierten que, si perdemos esta batalla,
ya no tendremos país para gobernar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario