En
este espacio jamás se alentará la censura, porque la libertad de expresión es
un derecho esencial. Pero toda libertad necesita
responsabilidad para consolidarse. Más aún cuando consideramos la obra de
un comunicador con experiencia y no el grafiti que un adolescente borronea en
una pared. Hermenegildo Sabat, notable caricaturista de Clarín, no sólo ilustra una página, sino que
editorializa con cada movimiento de su virtuosa pluma. Cada tanto,
escandaliza con alguno de sus trabajos. Unos años atrás, la caricatura de
Cristina con un ojo en compota o con la boca tapada con dos apósitos cruzados inspiró
las más encendidas interpretaciones, desde la violencia de género hasta los
aprietes mafiosos. Esta semana, fue más allá. Un juez Griesa gigante ante una
CFK sumisa y empequeñecida no sólo
pisotea principios republicanos, sino que evoca los peores momentos de nuestra
historia. Pero no es el único que se muestra feliz ante este mal trance con
la justicia del Norte. Algunos salen a
bailar y cantar, como alegres ratones ante la ausencia del gato.
Para
Sabat, un juez neoyorkino es más poderoso que un presidente elegido con el voto
popular. Y no cualquier presidente, sino el del país en donde esbozó el dibujo.
Que Cristina aparezca de rodillas en la imagen parece satisfacer –y hasta
divertir- al autor. Y no cualquier juez, sino
el juez que puede desbaratar los acuerdos alcanzados con los bonistas que
aceptaron al canje. Un magistrado cuya capacidad de comprensión es
cuestionada por analistas económicos de su misma nacionalidad. Hasta la
corresponsal de TN, Silvina Sterin Pensel, considera que Griesa no sólo se
muestra confundido sino que requiere la guía de los abogados de los buitres
para tomar cualquier resolución. ¿Acaso
Sabat no consume el medio para el que trabaja?
Además,
el fallo de Griesa no sólo amenaza la economía del país sino la estabilidad de
todo el sistema financiero en relación a las deudas soberanas. Si CFK
pierde, perdemos todos porque nuestro patrimonio estará una vez más
sometido a la voracidad internacional. Pero algunos tienen una mirada de
tan corto alcance que llegan a decir incongruencias inadmisibles. Como la
diputada nacional Elisa Carrió, que explicó –sin repetir y sin soplar- que “lo que quiere Griesa es una garantía de que
van a pagar alguna vez”. ¿Por qué usa la tercera persona, si los que
tenemos que pagar somos todos? Y el absurdo de una ironía con intenciones
de titular: “no poner una garantía es
como ir al default por una Louis Vuitton”. Si el canje se desmorona por la
arbitrariedad senil del patricio juez, ni
todas las carteras del mundo bastarán para saldar la fiesta neoliberal que está
estallando ante nuestro rostro.
Y
la mayor estupidez de todas las dichas por esta pintoresca diputada, “que junte parte de su plata y ponga”, indica que no comprende el monto del que
estamos hablando. Por supuesto, para su ideario no-político, la culpa de
todo es de Cristina, que está haciendo un “daño
terrible” al país porque “es todo por venganza”. ¿Venganza hacia quién? Lo peligroso de
poner el micrófono ante un individuo como Carrió es que gracias a eso consigue el apoyo de desprevenidos votantes que la
colocan donde, de ninguna manera, merece estar.
De la verborragia a la injusticia
Menos
mal que todavía quedan patriotas que
están atentos a estas cosas. Un grupo de profesionales y estudiantes impidió
que Domingo Cavallo brinde una charla
en el auditorio del Colegio de Profesionales de Ciencias Económicas en la
ciudad de Santa Fe. El fundamento de este rechazo aparece en un documento en el
que lo declaran persona no grata.
Los graduados y estudiantes manifestaron su desagrado ante Cavallo, “una persona que está procesada por la mayor
estafa económica de la argentina reciente”, el Megacanje que multiplicó la deuda que hoy está alterando nuestra
vida.
También,
sintetizan el currículum del ex ministro que nos condujo a las peores cloacas,
con la estatización de la deuda privada durante la dictadura, la
convertibilidad que destruyó industria y empleo, las rebajas en salarios y
jubilaciones y demás delicias de su
perverso ideario. “Su último paso por
la función pública culminó en la mayor crisis económica-social de la historia
argentina", agrega el documento. En verdad, este oscuro personaje aún goza de un prestigio inexplicable. Si los
jueces fueran justos, debería terminar su vida en la cárcel. Mientras tanto, facilitar
la difusión de su palabra con charlas, entrevistas y libros debería considerarse una apología del
delito.
Por
eso hay tanta confusión. El peligro de los golpes terminó con el Juicio a las
Juntas, aunque las leyes de Punto Final y Obediencia Debida y los indultos
firmados por el Infame Riojano debilitaron
bastante el mensaje hacia la sociedad. Recién con Néstor Kirchner se
fortaleció con la anulación de las Leyes del Perdón y el inicio de los procesos
judiciales. De los golpes militares, estamos hablando, no de los económicos,
que fueron los que terminaron con los gobiernos de Alfonsín y De la Rúa. Y si hubieran sido condenados por la
Justicia, nuestra vida sería más armoniosa. Pero no, hay jueces que están
tan alineados con estos intereses destructivos que no sólo dictan cautelares
para proteger a sus exponentes sino que
dejan pasar el tiempo para que las causas prescriban. ¿Cómo es posible que
el vicepresidente Amado Boudou deba responder por un auto comprado en 1993
y los ideólogos del Megacanje gocen de inmerecida libertad por prescripción, cuando es un hecho posterior?
Entonces,
no deben llamar la atención las declaraciones de algunos exponentes de la
oposición, como Mauricio Macri quien, no
sólo reivindica lo realizado en los noventa sino que amenaza con la Restauración,
en el aterrador caso de llegar a la Rosada. O el presidente de la SRA, Luis
Etchevehere, quien consideró los años del kirchnerismo como una década
depredada, sin tener en cuenta más datos
que la angurria de la clase a la que representa. ¿Qué exige esta minoría
patricia? Que los dejen especular, evadir, explotar trabajadores, fugar divisas
y contrabandear en paz. Que no los
molesten en su vampírica pulsión de succionar los bienes del país en su
exclusivo beneficio. Caradura, justo alguien así viene a hablar de
depredación.
Como
siempre, la reconstrucción de nuestro país está amenazada por el asedio de las
corporaciones, tanto las económicas como las judiciales. La voluntad soberana no debe estar supeditada a los caprichos de estos actores
que nunca se someten al voto popular. Instancia que desprecian, porque se
han sentido más cómodos con las dictaduras. Por eso, Etchevehere se da el lujo
de reclamar, en la inauguración de la 128° Exposición Rural, que “nadie mire para otro lado ni haga la
plancha porque en 16 meses se puede hacer mucho bien, pero también se puede insistir en los desaciertos”. ‘Desacierto’
que, en castellano, quiere decir que el
populacho vuelva a votar al kirchnerismo por el chori y el tetra.
Estos
individuos no tienen argumentos y por
eso deben recurrir a las mentiras, como que Los K “depredaron los recursos del campo, las reservas energéticas y las del
Banco Central”. Y mucho cinismo porque, tratando de conmover a los bolsillos
que escuchaban, Etchevehere vomitó: “este
proyecto no tiene alma, no tiene amor por la Patria ni por los argentinos”. Ja.
Como si el auditorio –y el propio
orador- comprendiera el significado de esas palabras. Como si en estos once
años esos sentimientos no hubieran
inspirado gran parte de las medidas. Como se dijo al principio, toda
libertad necesita responsabilidad, hasta la de ganar dinero con cualquier
emprendimiento.
Gustavo, te gustará esta nota para difundir y banca a Víctor Hugo Morales en la lucha por el mejor periodismo que podamos tener, alguna vez, en la Argentina.
ResponderBorrarhttps://www.facebook.com/deacaparaallaradio.
Abrazo, Emiliano, Radio Gráfica
Gracias, la voy a visitar.
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