Las robóticas danzas de Macri en Santa Fe están
descartadas, al menos por ahora. Tal como prometió, Del Sel partirá al
destierro del espectáculo, lugar de donde nunca debió salir. La amenaza amarilla es tan monstruosa que
la victoria socialista es celebrada casi como propia. Cuatro años de nada siempre es mejor que un día PRO. No es para
menos, si el cambio que proponen significaría desandar el camino de dignidad
que hemos transitado estos años. La
pureza que portan es pura destrucción. Y esto no proviene de una profunda
deconstrucción discursiva: lo dicen sin pudor sus exponentes cada vez que
tienen oportunidad. A pesar de que afirman querer el bienestar de la gente, en el ideario que sostienen resulta muy difícil encontrar algo de eso.
Por el contrario, el paquete de medidas que aplicaría Macri de alcanzar la
presidencia nos llevaría a la ruina como
por un tubo.
Contradictorios y desinformados, así son los Pro. Casi nada de lo que afirman está
basado en datos. Puro prejuicio. En entrevistas radiales y televisivas,
prometen que todo lo que hoy funciona mal, cuando asuman la presidencia andará
mucho mejor. Eso sí, nunca presentan
fundamentos ni propuestas. Todo está mal porque está Cristina y cuando ella
no esté todo será color de rosa. Así de simple. Y si algún periodista les llega
a preguntar algo un poco más profundo, titubean,
trastabillan, resbalan hasta caer en un profundo pozo de incoherencias.
Desde hace un tiempo, el eje de la campaña electoral
por la presidencia se basa en una contraposición de modelos. Desde el FPV, el
ahora único precandidato Daniel Scioli afirma
la existencia de dos proyectos de país, uno inclusivo y otro no. Mauricio
Macri y sus candidatos pregonan ser portadores de un cambio, aunque nunca especifican qué es lo que van
a cambiar. O sí, pero hay que rascar un poco para alcanzar el hueso. Muchas
veces, el Alcalde Amarillo ha afirmado que apenas asuma bajarán los impuestos,
subsidios y retenciones, que liberará el dólar y que las inversiones
extranjeras nos caerán como maná en el desierto. De más está decir que con estas medidas, conocidas en otros
momentos de nuestra historia, se benefician los pocos que más tienen y no la
mayoría.
Además, estas herramientas tan drásticas suelen
sugerirse desde la economía más ortodoxa cuando
se avecina una crisis provocada por los mismos que las sugieren. Entre ese
menú, muchas veces ha aparecido una baja en los salarios de manera injustificable.
¿A quién favorecen estas recetas? Si ya nos imaginamos que, de bajar los
sueldos, el consumo decrece, los negocios venden menos, cae la producción y la
demanda laboral, se producen despidos y entramos
en una espiral descendente que nos lleva a la ruina. Y si encima se reduce
la recaudación, el Estado no puede hacer frente a la crisis que eso puede
provocar y debe endeudarse para
reactivar lo que antes funcionaba más o menos bien. Estas propuestas,
¿conforman una mirada ideológica diferente para llegar al bienestar de la
población o encierran la oscura
intención de hacernos padecer lo indecible?
La intención destructiva
Para corroborar esto, sólo basta tomar un caso porque con todos los demás se llega a la misma
conclusión. En estos días, la compañera de fórmula de Mauricio Macri,
Gabriela Michetti, desplegó, una vez más, su
inconsistencia argumental e informativa durante una entrevista radial. Encima,
en un tema crucial como el de los fondos buitre. La piedad de los periodistas merece un premio. El año pasado,
cuando la negativa de la Corte Suprema Imperial a tratar el fallo de Griesa
sacudió la agenda local, resultaba razonable escuchar opiniones endebles. Entonces, hasta
era esperable escuchar argumentos favorables al acatamiento del fallo, más
aun considerando que el monto no era muy elevado. Claro, la mayoría recién se
enteraba del asunto. A poco de andar el tiempo, descubrimos la mañosa interpretación de la cláusula pari pasu
pergeñada por el octogenario juez en connivencia con los litigantes y el peligro de la Rufo, que nos hubiera
condenado para siempre.
Ahora que se comprueba la trampa, ahora que se descubre que Paul Singer está
en todos los lados posibles del mostrador –como bonista, litigante y me
too-, ahora que reclaman mucho más que antes, sostener la misma postura que un
año atrás puede considerarse como algo
más que una mirada diferente o mero desconocimiento. Lo primero atañe a la
disputa política y lo segundo sería algo
muy grave para alguien que aspira a la vice presidencia. Pero los dichos de
Michetti no son ni lo uno ni lo otro, sino
algo peor.
Para la senadora macrista, Argentina debe acatar el
fallo de Griesa, aunque sea injusto y
peligroso para nuestro futuro. Lo increíble es que está “de acuerdo con batallar con el problema de
los fondos buitres a nivel internacional y cambiar las normas que tiene el
sistema internacional en relación con estos temas que les hacen mucho daño a los países”. No sólo eso, porque agrega
que “del otro lado tenés una cosa
horrible, espantosa, que es una
injusticia enorme del sistema financiero internacional que no está resuelta”.
Pero además, para enloquecer a sus votantes, considera que “la Argentina tiene que ser una de las abanderadas dentro de las
naciones del mundo frente a ese problema”. Y si no basta con esto para
entorpecer el entendimiento presenta el núcleo casi moral de su pensamiento: “el problema es que una vez que tuviste el
fallo, fuiste vos el que también tuvo la
culpa de llegar a ese lugar de no
saber negociar bien”.
Lo mejor para comprender el eje de su argumento es
abordar una síntesis: a pesar de lo
injusto del fallo, Argentina debe pagar todo lo que piden los fondos buitre,
aunque eso signifique no sólo malgastar más de la mitad de nuestras reservas
sino traicionar a los bonistas que
aceptaron el canje y tentarlos a litigar; aunque tenemos razón, debemos
someternos a los caprichos carroñeros y la prepotencia imperial; aunque la
posición del Gobierno Nacional convenció a casi todos los países a combatir
contra los buitres, nosotros debemos
claudicar ante sus chillidos.
¿Qué significa todo esto? ¿Estamos ante una mirada
distinta que debe respetarse o algo que
merece el desprecio? ¿Creerá la senadora y candidata a vice presidenta que
todo esto puede resultar beneficioso para el país? ¿O hay otra cosa que se
esconde detrás de sus palabras? En efecto, lo que parece decir la tierna Gabriela Michetti es que nuestro país debe padecer muchas
décadas de penurias –expiar una culpa- por haber elegido al kirchnerismo. Porque
lo que prometen los candidatos PRO sólo es el ajuste necesario para satisfacer
esas demandas perniciosas. Todo lo que
harán los amarillos será castigarnos por haber desafiado al establishment.
No hay nada de bondad ni patriotismo en la posición de Michetti y todos los que
piensan como ella. No es sólo una mirada diferente sobre los problemas del
país, sino la intención de someternos a
la peor de las sangrías. Y eso, desde ningún punto de vista debe ser
respetado porque, además de los perjuicios, se aproxima demasiado a la traición a la Patria.
Michetti es una verdadera bestia. El nivel de deinformación que tiene es total y sólo equiparable al de Mugricio. Repite las estupideces de LaRata como si las cadenas nacionales de Cristina y Kiciloff nunca hubiesen sucedido. Dice que debemos ser abanderados en una lucha que sólo se dio gracias a nosotros y que ya ganamos. La derecha MATA.
ResponderBorrarEl100% d los PRO está posicionado en dólares,cosa muy conveniente para quienes buscan1brusca devaluación.No logra mi cabeza comprender a los votantes d estos energúmenos...tampoco a mis vecinos q votaron x el "cómico".Por suerte,gran parte decidió q no era el tiempo d la "destrucción d Santa Fe" y lo envíamos a su patético papel teatral.Igual hay q estar atento xq "los patricios"están al acecho,aunque la posibilidad del "golpe fusilero"ya no la tienen,( no hay+conscriptos!)=usarán todas las maniobras sucias q les permite el "dinero".Pero q tengan "cuidado"..... hay una parte muy importante d la ciudadanía dispuesta a no retroceder....Los estaremos esperando!
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