La
decisión de La Presidenta de cerrar la
interna del FPV con la inclusión de Carlos Zannini junto a Daniel Scioli
todavía genera discusión entre los militantes. Algunos –que deben ser
infiltrados- invitan al voto en blanco, aunque eso signifique poner en peligro la continuidad del proyecto. Ni
voto en blanco ni a Clemente. Votar
en contra siempre es perjudicial para la democracia. Según dicen, tragar un sapo es más saludable que
masticar vidrio. Más aún cuando el vidrio es de color amarillo y no muy
transparente que digamos. Siempre podremos exigir a Scioli que no tuerza el
rumbo iniciado en 2003, algo que no
podríamos hacer con Macri, pues el camino que propone nos conduciría al
peor pasado. Claro, hay otros candidatos para la presidencia, más para tranquilizar conciencias y expresar desacuerdo crítico que para gobernar el país. Mientras la
mayoría se despide de Cristina en cada acto, una minoría cruza todos los dedos posibles para que la soñada alternancia se convierta en
realidad.
Una
vez más, el oficialismo se desentiende de las PASO con la sintética fórmula
conocida la semana pasada. Los críticos afirman –no sin razón- que el FPV no utiliza el mecanismo electoral
instaurado durante el gobierno de Cristina. En verdad, casi todos van con
lista única, salvo los simulacros
encabezados por Macri y Massa. No se ha entendido el sistema de las internas
abiertas o no se quieren sumergir en
fracturas que podrían ser fatales. Algo que podría servir para presentar
los matices de una propuesta política se convierte, al instante, en una feroz
batalla de opositores. Por eso, algunos optan por una lista de consenso
mientras otros apenas tienen nombres
para llenar los casilleros con desconocidos extras salidos de un casting secreto.
El
panorama electoral ya está casi cerrado y los resultados son predecibles. Por
eso, Cristina repartió su gabinete por las listas para garantizar la
continuidad en el Congreso e impedir que
Scioli se deje llevar por la tentación de torcer el rumbo. Si Zannini
tendrá influencia en las decisiones de Scioli, sólo el tiempo lo dirá. Las
malas lenguas reciclan viejas frases y recitan “Scioli al gobierno, Cristina al poder”, con la intención de restar
votos al kirchnerismo, sin advertir que
eso brindaría mayor confianza a los votantes. La mejor promesa del ex
motonauta sería elegir a CFK como Jefa de Gabinete de su futuro gobierno para
tranquilizar a todos los que la van a extrañar. O como Asesora Legal y Técnica,
el cargo que Zannini dejará vacante. Más allá de esto, Daniel Scioli asegura en
cada micrófono que será un fiel continuador de este proyecto, aunque nada dice sobre la manera en que lo
profundizará.
Una despedida en Rosario
Rosario
dispuso una templada tarde para conmemorar el día de la Bandera. Alguna nube
velaba por unos segundos el sol, que no
quería estar ausente en la última presentación de Cristina en la Cuna de la
Bandera. Los asistentes mataban el tedio de la espera paseando por el
predio del ministerio de Defensa o degustando las variadas ofertas
gastronómicas de los puestos ambulantes. El vagón 0 km de Ferrocarriles Argentinos,
que podría haber aportado a la campaña
de Randazzo, fue la novedad más visitada. El esbelto y solemne Monumento
hasta parecía sonreír ante los visitantes que hacían cola para contemplar su
interior.
Después
del mediodía, sólo los baños químicos podían mover a los miles de concurrentes que esperaban ante el escenario principal la
palabra de La Presidenta. Cuando los helicópteros irrumpieron desde el sur,
los gritos y saludos explotaron con una inocencia conmovedora. Los dispersos,
resignados a observar el discurso desde la lejanía, se aproximaron desde todos
los sectores del Parque Nacional o treparon al borde de la fuente que rodea la proa del Monumento. La conocida voz de la locutora oficial despertó una mayor expectativa.
Pero la impaciencia del público se desató recién cuando comenzaron los
discursos embalsamados de las autoridades locales, la intendenta Mónica Fein y
el Gobernador Antonio Bonfatti. Silbidos y gritos fueron el fondo que acompañó a
sus voces y no muchos pudieron escuchar
el escaso tono político que intentaron imprimir a su palabra. Menos mal que
después, CFK se preocupó por destacarlo.
Siempre
llama la atención el silencio que invade
a la multitud cuando ella comienza a hablar. Hasta los chicos, que minutos
antes alborotaban el entorno, quedan
estáticos y mudos ante esa voz tan conocida. De ahí a que comprendan el
significado de la frase “no se es libre gratis, no se es independiente
gratis” hay una distancia
enorme. Pero la didáctica presidencial llega
a sus padres y eso es suficiente: “los
que quieran contarles que las cosas, la patria, la nación, el progreso, el
bienestar común se construyen únicamente sonriendo, no es así”. O las
advertencias siempre necesarias: “hay bases mediáticas en el continente
dispuestas a bombardear todos los días los proyectos populares”.
A tono con los desafíos para el futuro, Cristina
avisó “a quienes aspiran a conducir los
destinos del país que la historia no se
escribe en la crónica de un noticiero ni en la página de un diario” sino “en
el seno del pueblo, en cada barrio, en cada lugar de la patria donde haya un
pobre, un necesitado”. Y como
siempre –contra todo lo que dicen los opositores- convocó a los partidos populares
a obrar con grandeza y superar los “prejuicios
frente a los grandes temas de la patria, sin abandonar la identidad y la
legitimidad del derecho a disputar”. Tan profundo fue el clima del momento
que la explosión de aplausos alarmó a la fauna autóctona. Tanto, que hasta Fein y Bonfatti se dejaron llevar por el entusiasmo y
aplaudieron con frenesí.
El sabor de la despedida nos llega a todos. Una
nostalgia futura que todavía no podemos dimensionar. Un vacío que nadie podrá
llenar, sin dudas. Si Scioli tiene la
elección ganada no será por él, sino por la huella que ha dejado Cristina.
Una huella no sólo emotiva, sino intelectual. Una huella muy profunda que será difícil abandonar. Tan honda, que
ya la estamos extrañando.
Despues de los K ya nada sera igual , Scioli fue bombardeado en 678 y salio mas o menos airoso creo q las indefiniciones corresponden mas a la ignorancia que a la picardia ... me quedo con su frase No soy CFK ni Nestor no tengo su altura politica pero no duden de mi inquebrantable lealtad al proyecto ....... esperemos q sea asi
ResponderBorrarjpierantoni
CUANDO ALGO CUESTA ARMAR EN NUESTRO ENTENDER... ES PORQUE FALTA ALGUN HECHO QUE ESCAPO DEL COMUN DENOMINADOR. EL TIEMPO SERÁ TESTIGO.
ResponderBorrarMide bien.Confieso :Gustavo que me cuesta digerir a Scioli. Pero votaré a Scioli-Zanini.
ResponderBorrarTambién confieso: me cuesta digerir al ex motonauta. Pero confío en la decisión de Cristina. Igual, hay que seguirlo de cerca.
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