Amarillo menguante
Como
si alguna vez se hubiera dedicado a eso,
Miguel del Sel anunció que, de no convertirse en gobernador, se retiraría de la
política. Y su jefe político, Mauricio Macri, lo está meditando. Aunque no esté todo dicho, ya se percibe
fracasado. Claro, pensaba atestar de globos amarillos la dominguera noche
santafesina pero sus profundos planes
se vieron frustrados por los números. De a poco, su sueño presidencial se desinfla como uno de esos globos que no
pudieron flotar ante las cámaras para adornar sus robóticos pasos de baile. Y los reproches van de un lado a otro
entre las fuerzas amarillas, de los puros a los aliancistas; un poco
desesperados, consideran estrategias, figuras, frases efectistas. Todo para disfrazar una propuesta política
que nos conduciría como por un tubo al pasado que recién estamos abandonando.
Las
Fuerzas Amarillas esperaban un contundente triunfo del ex MIDACHI en Santa Fe; ni siquiera consideraban que Omar Perotti acabaría
mordiendo sus talones. El resultado provisorio de las elecciones sorprendió
a todos y más aún a los PRO que ya creían metida la bota en su mochila de cara a las elecciones nacionales, como una
muestra de que podían extenderse más allá de la General Paz. Pero parece que la fiebre amarilla sólo afecta a la CABA
y alguna localidad perdida del interior. Sin dudas, un proyecto de minoría no puede conquistar a la mayoría. Si en el
pasado ocurrió algo así ha sido por obra de un exitoso y macabro engaño, como
el pergeñado por el Infame Riojano. No sólo uno, sino dos engaños, porque el Chupete Volador, Fernando de la Rúa,
también fue un señuelo del establishment
para succionar la poca dignidad que nos quedaba.
Aunque
parece quedar mucho tiempo para las elecciones, no es tanto para dar una ágil
voltereta en la estrategia de campaña de la fuerza no-política de Mauricio
Macri. Después de años de confiar en los marketineros consejos del ecuatoriano
Jaime Durán Barba, ahora se dan cuenta
de que eso no tiene efecto más allá del Obelisco. Tanto hablar de anécdotas
indemostrables con el Cacho y la María, el Mingo, Edgardo se
olvidaron de considerar que esos personajes imaginarios, más que estar a favor
de las propuestas clasistas de Mauricio –o del candidato de turno- se
sienten más cómodos con el camino iniciado en 2003.
Entonces
ahora, recién ahora, el Líder amarillo balbucea valoraciones hacia muchos de
los logros de esta década y promete mantenerlos. Pero pocos creen que preservará lo que antes denostaba. Ya es tarde
para disfrazarse. Su capacidad actoral es nula y sólo puede encarnar a un villano cínico que sólo planea la
destrucción del planeta y encubre sus fines con las palabras más amables.
En realidad, no es un personaje, sino lo
que es: un villano.
La garantía que faltaba
Para
desesperar un poco más a esta oposición menguante, la imagen positiva de La Presidenta sigue trepando y la fuerza
política que lidera se consolida en las
preferencias del votante. No es para menos, si Cristina mantiene el alocado capricho de seguir gobernando
como desde el primer día y encima, sin apartarse del sendero iniciado por su
Compañero de Vida allá por mayo de 2003. Y para colmo, casi todo sale bien y el ‘casi’ utilizado sólo como una muestra de
modestia.
Contra
todos los funestos pronósticos
difundidos por analistas, operadores y expertos,
la cotización del dólar continúa estable en todas sus versiones, la inflación
agoniza y no hay crisis a la vista; el
culebrón de Nisman tendrá un final feliz, aunque no para los conspiradores,
por supuesto; los buitres siguen picoteando en vano y se suman más países a la
batalla para derrotarlos; el apoyo en defensa de la soberanía en Malvinas es
casi mundial; prestigiosos organismos internacionales ponderan las políticas adoptadas para combatir la desigualdad y los
ojos de algunos países europeos están puestos en nuestro experimento. Hasta
los políticos de la oposición y algunos periodistas refunfuñadores están
suavizando sus discursos agoreros. Tanto, que algunos candidatos adversos al kirchnerismo prometen continuar con estas
políticas en el hipotético caso de acceder a la presidencia. Bah, sólo
Macri tiene esa posibilidad, que es muy
lejana porque casi nadie le cree. Aquí el ‘casi’ más que por modestia, es
por compasión.
Encima, con la decisión de incluir a Carlos Zannini como vicepresidente de Daniel Scioli se esfuman muchas de las dudas que despierta el gobernador bonaerense. Sólo así Randazzo podía resignar su candidatura presidencial, con todo el dolor que eso puede significar para muchos militantes. Más allá de esto, la jugada es maestra: con Zannini en la fórmula la continuidad de este proyecto está garantizada. De esta manera, el ex motonauta paga las consecuencias de su tibieza y el actual ministro, las de su desaforada lengua. Scioli deberá condimentar su desapasionada pertenencia al kirchnerismo y Randazzo deberá aceptar el liderazgo de CFK y “darse un baño de humildad”. Pero lo más importante es que en la nueva fórmula –con su asesor legar y técnico- estará presente Cristina. No sólo estará presente, sino futura. Algunos exagerados, hasta la sueñan eterna.
Encima, con la decisión de incluir a Carlos Zannini como vicepresidente de Daniel Scioli se esfuman muchas de las dudas que despierta el gobernador bonaerense. Sólo así Randazzo podía resignar su candidatura presidencial, con todo el dolor que eso puede significar para muchos militantes. Más allá de esto, la jugada es maestra: con Zannini en la fórmula la continuidad de este proyecto está garantizada. De esta manera, el ex motonauta paga las consecuencias de su tibieza y el actual ministro, las de su desaforada lengua. Scioli deberá condimentar su desapasionada pertenencia al kirchnerismo y Randazzo deberá aceptar el liderazgo de CFK y “darse un baño de humildad”. Pero lo más importante es que en la nueva fórmula –con su asesor legar y técnico- estará presente Cristina. No sólo estará presente, sino futura. Algunos exagerados, hasta la sueñan eterna.
Como advertirán los lectores habituales, el último párrafo fue modificado después de la decisión de Randazzo. En breve, publicaré un análisis del nuevo escenario con la ubicación de todas las piezas en el tablero. Aunque es más divertido reirse de la desesperación opositora.
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