Muchos
simpatizantes del kirchnerismo se sienten desanimados
por tener a Daniel Scioli como único candidato a la presidencia. Con la
baja de Randazzo, la campaña perdió el
sabor a épica. Hasta unos días atrás, el ministro parecía ser la expresión
fiel del pensamiento de Cristina y un garante indiscutible para la continuidad
y profundización de este proyecto. Sin embargo, CFK tomó una decisión
sorprendente: apostó su mejor ficha al
que considerábamos el menos kirchnerista de los candidatos. En cierta
forma, La Presidenta inclinó la balanza y Randazzo no encontró otro camino más
que declinar su pre candidatura. Desconcierto fue lo primero que despertó esta
novedad. Desconfianza, recelo, dolor, también. Ahora el escenario es diferente
y lo más importante es comenzar a
evaluar sus ventajas de cara a las elecciones que tenemos por delante.
El
ministro podría haber seguido adelante con su campaña, pero el tono que le
había impreso no podía continuar con Zannini como vice. En sus propios
conceptos, era cuestionar a la propia
Presidenta. Desde un principio, había salido con los tacones de punta
contra Daniel Scioli, pero ya no podría
hacerlo con el asesor legal y técnico como su acompañante. Si lo
consideraba un opositor más, sin matices, también debería hacer lo mismo con el
nuevo componente. Con la mera intención de especular, también podría haber
buscado un acompañante bien K, pero nadie se hubiera arriesgado a
contravenir la decisión de Cristina, no por temor a su enojo, sino para no mancharla con la posible derrota.
Porque
este también es un elemento a considerar: ¿por qué Cristina no mostró su
preferencia por Randazzo aportándole un vice propio? Si ella se jugaba por
Randazzo, corría el riesgo de perder ante Scioli y eso hubiera debilitado el espacio que conduce. Aunque el ministro
venía creciendo en las encuestas y en las redes sociales muchos militantes
manifestaban su apoyo, el ex motonauta había construido un entramado de consenso más allá de los límites de la provincia que
gobierna.
La
sorpresa todavía impacta. Un poco duele. ¿Dónde quedaron los reproches por los coqueteos de Scioli en el espacio
Clarín durante el verano o la comodidad con que se mueve en los foros
empresariales? ¿Deberemos ver su tibieza como pasión? ¿Tendremos que mirar para
otro lado cuando prometa diálogo y
consenso con los que no merecen nada de eso? ¿Echaremos un manto de olvido
a la actuación de Karina Rabolini en el programa de Fantino ante el manipulador título de Clarín sobre los
dichos de Randazzo?
Construyendo al candidato
“Todo infortunio esconde alguna
ventaja”, dice Serrat en Bienaventurados. Y si no está escondida,
habrá que inventarla. Aunque esto parezca un infortunio, en realidad, no lo es
tanto. Apenas un candidato que gusta más
en la cúpula que en la base. El verticalismo en estado puro, al menos para
los militantes orgánicos. El resto, a la larga, se irá acostumbrando. Más aún
cuando vea que del otro lado del ring –o de la urna- está Macri con los guantes dispuestos para sopapear la dignidad
conquistada en estos años.
Pero
eso no basta. Daniel Scioli deberá demostrar en estos meses que ha comprendido
la dimensión de la responsabilidad asumida. Que esperamos en serio la profundización del proyecto iniciado en 2003.
No alcanza con que diga “estoy convencido
de que puedo hacer un buen trabajo”. ¿Un buen trabajo para quién, para el
establishment? ¿Qué es un buen trabajo? Que
haga juegos de palabras entre ‘cambio’ y la marcha atrás de un coche puede
resultar esclarecedor, pero no debe
conducir la campaña con tan poco. Sin embargo, sí tiene un poco más de ardor
lo que expresó a continuación: “entre
todos tenemos que seguir haciendo historia dentro de este rumbo”. Esta
frase sí es un compromiso, casi una
declaración de principios. La continuidad es la promesa de esta oración. No
hay picardía ni confusión. Hay
colectivo, objetivo y sendero.
La
ventaja de este nuevo escenario es que tenemos muchos meses por delante para limar las asperezas del candidato, para
modelarlo a la medida de las necesidades del futuro. A partir de ahora, deberá demostrar en cuánto se diferencia
del adversario y erradicar su sonrisa en los centros del poder; tendrá que
comprometerse a desmantelar al monopolio
mediático, tal como exige la ley; que deberá convertir en realidad la expropiación del predio de la Sociedad
Rural; que seguirá avanzando con la democratización de la Justicia; que
achicará aún más la brecha entre ricos y pobres; que controlará a los grandes
empresarios para que no abusen de su posición dominante; que no aplicará ningún ajuste hacia abajo por más crisis que quieran
provocar; que no acatará las apetencias de los buitres, aunque nos amenacen
con todos los fuegos del infierno.
Para
enamorarnos, de ahora en más, tanto él como Zannini deberán inspirar los títulos más negativos de Clarín y de TN y las
diatribas más intensas y ridículas de los editorialistas hegemónicos; dibujar un gesto más amargo en el rostro de
Nelson Castro y provocar un sinfín de balbuceos de Bonelli; protagonizar
las denuncias indemostrables de Jorge Lanata y recibir más analogías disparatadas de Carrió. Si no es así, sólo
obtendrá un tímido triunfo y peligrará la continuidad en serio. Ninguno será
como Néstor y Cristina, eso ya es sabido y nadie se les parecerá. Pero para
alcanzar el país que soñamos, en octubre
las urnas deberán desbordar de votos en apoyo a este proyecto. Y no
cualquier voto, sino uno inundado de
pasión y compromiso. Sólo así tendremos el futuro garantizado.
Don Gustavo mire que busco y rebusco pero no me encuentro, para ir a votar, ni pasión ni compromiso. Será que al no ser peronista "single vineyard" esto de elegir al candidato me gusta más que consensuarlo, le voy a ser franco en las PASO anteriores no vote a CFK, y mire que soy parte del 22%, usé mi voto en una interna, creo que ahí estará mi pasión.
ResponderBorrarLuego leo y escucho que la jugada magistral hay que bancarla, jugar al tiro al pichón con Randazzo y como frutilla del postre Telerman hablando de la síntesis peronista de la fórmula, Aníbal de la segura gran elección del peronismo en Mendoza; a esto le agrego que los barones posrrenovadorismo jugaron a favor de DOS, que massita cumplió con frenar la reelección, lo del colo, los emperadores (donde está el orden patria,...,sanata, hombres en los feudos?) de Cuyo/Noa/Nea se mancaron, sé que se cagaron en mi compromiso.
Enfrente esta el niño y los traidores de la patria, de este lado los que no mucho tiempo atrás la malvendieron.
El chino, con los trenes, la antena, las usinas, las represas, etc. alcanza para reaseguro.
PD: hoy lo escuché a Kicillof hablar de la yunta, pobre pibe que tono triste tenía.
A la larga, en la soledad del cuarto oscuro, evaluaremos cuál es el mejor candidato. Hay que construirlo, hay que guiarlo, hay que evitar que retroceda. No creo que lo haga, porque sabe que, en cierta forma, tiene una responsabilidad enorme
Borrarexcelente análisis Gustavo Y YO CONFÍO en ELLA
ResponderBorrarLa auto critica es absolutamente necesaria, sino es imposible, absolutamente imposible seguir. (Y esto no es para la presidenta sino para las bases y conductores del PJ)
ResponderBorrarhttp://podcastcdn-15.ivoox.com/audio/1/7/5/5/4655571.m4a?secure=_yUq1NVAJca6BaH2kvHh7g==,1434833781
Muchas gracias por darme alivio en estos días en que muchos y muchas muestran confusión en el rumbo de sus ideas. No me gusta Scioli, lo iba a votar a Randazzo. Lo voy a votar a Scioli porque lo pide Cristina y punto. Ojalá no se haya equivocado. Abrazo K desde Mardel
ResponderBorrarDesde la lejana experiencia de conduccion montoneros y Peron que tuvo un triste final He sprendido q con solo la militancia no se ganan eleccuones , CFK aseguro el arco puso al que mas mide y para cuidarlo se puso ella ( Zanini es CFK y Nk ) los combatientes de la web deben aceptar la decision hecha para ganar en 1 vuelta no me gusta Scioli pero en 2011 saco mas votos q CFKA en Prov
ResponderBorrarj.pierantoni