La semana pasada se realizó en Mar del Plata el 51°
Coloquio de IDEA, un encuentro donde los principales empresarios escuchan el recetario que conocen de memoria para
construir el paraíso neoliberal con el que siempre sueñan. Como un
espectáculo porno para los más angurrientos. De acuerdo a los principios de
esta institución, IDEA “contribuye al
desarrollo productivo y competitivo de las empresas e instituciones para que la
Argentina se integre al mundo moderno”. Sin embargo, han apoyado las medidas económicas más destructivas a
lo largo de toda su historia y hasta han convocado al ejército cuando necesitaron limpiar sus empresas de trabajadores rebeldes. Por si fuera
poco, muchos de sus integrantes nos endosaron sus deudas para que, con nuestro
esfuerzo, contribuyamos a su crecimiento
patrimonial. Ahora, como si formaran un tribunal divino, hicieron desfilar
por su escenario a los principales candidatos presidenciales. Para no prolongar
un suspenso inexistente, el único que
despertó entusiastas aplausos fue Mauricio Macri, que entonó la melodía que
mejor hace bailar al verdadero centro de poder de nuestro país.
Margarita Stolbizer también supo cosechar algunos
tímidos aplausos de la amodorrada concurrencia. En un exceso de generosidad,
los ricachones asistentes destinaron su
valioso tiempo para escuchar una candidata que disputa el cuarto puesto y,
aunque algunos ronquidos amenazaron con interrumpir su exposición, la diputada
que invita a no votarla aportó al coloquio algunas de sus
inconsistencias. Sólo sus reiteradas menciones a la corrupción evitaban que
los párpados del público se cierren para una placentera siesta. Lo que despertó
el aplauso fue una chicana con aroma a
desprecio: la candidata de Progresistas, ante un foro organizado por los
que más tienen, denostó la irrupción de “una
nueva burguesía que creció al amparo de la obra pública y los sobreprecios”. Por
si no lo sabe, ese sector al que acusa es el
que más fortalece al mercado interno con la creación de puestos de trabajo.
Si su objetivo es combatir la pobreza, serán estos pequeños emprendedores sus
aliados y no los poderosos a los que
trataba de seducir.
El que realizó un mayor despliegue de seducción fue
el candidato de UNA, Sergio Massa, en su desesperado
esfuerzo para alcanzar el lejano segundo lugar. “A mí no
me van a vacunar con el miedo –arrancó con su incomprensible tono de
predicador- Porque el miedo es la forma
que tiene el Gobierno de extorsionar a la gente”. Sólo él entenderá de qué
habla, porque es el único candidato que
amenaza con militarizar las villas, atacar las fronteras, derribar aviones y
meter preso a todo el que se le cruce. Después de prometer que bajará los
impuestos porque “la presión tributaria
en el país es excesiva”, se comprometió a “fomentar juicios con cárcel
contra los políticos corruptos”. De los empresarios fugadores, lavadores,
especuladores y aumentadores no dijo nada. ¿De
quién tendrá más miedo?
Un contrapunto esperado
Sin dudas, Macri es un personaje que, contra lo que
muchos piensan, aporta bastante trabajo para la deconstrucción discursiva. La riqueza que deviene de esta labor
saboriza una campaña que debería estar mejor condimentada. El Alcalde
Amarillo comenzó su ponencia en el cierre de IDEA con una frase sugestiva: “estamos venciendo el desánimo”. ¿Cuál, el que inventan día a día sus protectores
mediáticos o el de resignarse a que el próximo domingo deberá denunciar un nuevo fraude imaginario? Después de destacar la
presencia de “todos en este evento”, soltó
un chiste que incomodó a unos cuantos: “en
otro momento la mayoría de ustedes estaría jugando al golf”. Hay de todo en
esa frase, desde una confesión clasista
hasta la insinuación de una epopeya.
Primero, los empresarios practican golf en un día laborable en lugar de estar atendiendo sus
negocios, de acuerdo a la revelación realizada por alguien que también es
empresario, aunque ahora esté jugando a
ser político. ¿O será, como muchas veces hemos visto en las películas, que
destinan esos espacios abiertos para arreglar sus negocios más espurios? En
segundo lugar, esos abnegados patriotas abandonan su juego favorito para sumarse a una cruzada y escuchar la palabra del Mesías.
Un Mesías del Dios Mercado, portador de una magia
divina que cotiza en bolsa, capaz de
transformar la realidad con su sola presencia. “Estoy acá para invitarlos a ser parte de la gesta que comienza en
diciembre”, trató de enamorar. Como
parte de su sortilegio, enumeró los
desafíos de su casi frustrado
gobierno: pobreza cero, terminar con el “flagelo
de la droga” –lugar común que insumiría mucho desarmar- y “unir a la población luego de muchos años
de confrontación”. De acuerdo a su iluminada
visión, a esto llegará con la independencia del Banco Central, la
eliminación las retenciones y la liberación el dólar. Si la vida tuviera subtítulos, muchos advertirían que con esas medidas
concretas no se lograrán los fines que se propone. Como no es así, Mauricio Macri se convierte en un paradigma
del engaño. Sólo gracias a la magia de los medios, un personaje tan peligroso para nuestro futuro puede
estar cerca de La Rosada. Por eso fue tan aplaudido en el coloquio de IDEA,
porque promete poner en las garras de
los más codiciosos las riquezas de nuestro país y rifar la soberanía al mejor
postor. El procesado y multi denunciado alcalde se encargó del cierre de
este encantador encuentro
marplatense, como el final feliz de un
cuento de hadas.
Pero el inicio de este coloquio no fue tan idílico. Como
en los siete años anteriores, fue el gobernador Daniel Scioli el designado para
dar la bienvenida a los grandes empresarios. Si en las otras ocasiones lo habían aplaudido, ahora sólo indiferencia
y silencio cosechó el candidato oficialista. Tal vez se desilusionaron al
escuchar que “la economía no necesita pasar por un camino de ajuste y
megadevaluación de la moneda”. O porque piensa al Estado como promotor
de “saltos de competitividad a través de
la ampliación de la infraestructura, la
inversión, la investigación y la
innovación”. O porque, lejos de prometer el retorno del modelo del derrame pone como objetivo “garantizar
un vigoroso mercado interno, con la inclusión social permitiendo empujar de
abajo para arriba”. Si en las otras ediciones, esos corazones blindados
se emocionaban con aquel Scioli que pontificaba sobre la importancia del
diálogo y el consenso, con el nuevo
Scioli comprometido con el desarrollo con inclusión, se blindan aún más.
Tal vez tomaron las palabras del gobernador como una
advertencia: habrá que trabajar para llenar
las mochilas. Los otros candidatos se ofrecen como secretarios, custodios y
gerentes de los organizadores del casting marplatense. Eso sí, el favorito será el que garantice que
puedan engrosar sus arcas mientras juegan al golf en un día laborable.
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