En poco tiempo volveremos a las urnas. El acto electoral debe ser un momento trascendente para cualquier ciudadano cuando se asume con responsabilidad. Una oposición con malos chistes, denuncias infundadas, prejuicios sobrealimentados y nada de autocrítica no está en condiciones de tener buenos resultados. El peligro de los distraídos siempre está latente.
No es el objetivo de este apunte
convertirse en un ABC para despolitizados. Tampoco despertar un repentino
interés en los que cierran sus ojos y se
fastidian cuando ven a cualquier candidato. Esos, por ahora, resultan
difíciles de atraer. Con el tiempo, quizá, cuando
empiecen a aparecer buenos resultados. El problema esencial se circunscribe
a aquellos que se interesan pero creen que con
memorizar un par de titulares ya se convierten en eximios politólogos.
Encima, la patraña se graba a fuego en su entendimiento como un tatuaje
perpetuo. Por eso, un impresentable como Luis Juez puede proponer que sean los vacunados VIP los que prueben los penes de madera. Primero, el
invento del vacunatorio VIP acabó por inexistencia
de delito; segundo, los penes de madera son para educar, no para satisfacción sexual. La picardía que
siempre exhibe demuestra que su público es
tan irresponsable como él, el primero por explotar la desinformación y los
prejuicios y los segundos por ser
desinformados y prejuiciosos.
Estos episodios que parecen
insignificantes muestran el fondo del
personaje. Pequeños detalles que no conforman el todo, pero son símbolos para aproximarse. La forma
que sugiere el fondo. Que los candidatos amarillos para diputados por provincia
de Buenos Aires sean casi todos porteños
y se presenten en el Club Hípico y de
Golf de City Bell revela el público al que se dirigen: una élite exclusiva y los desclasados que
se identifican con ella. Que en Santa Fe vayan a las paso con cuatro listas
muestra que lo de juntos les queda enorme para cualquier cosa que quieran hacer. Y
lo más importante es que juntarse no
significa nada transcendente para la política; no es un valor ni una idea;
tampoco una garantía, como ya hemos experimentado con La Revolución de la Alegría.
Entonces eran Cambiemos y se presentaron como “el mejor equipo de los últimos 50 años”. Una banda de malandrines que invadieron el
Estado para hacer negocios, como Rodríguez Larreta en la CABA, que está
privatizando la capital del país con emprendimientos
inmobiliarios para ricos, mientras la pobreza abarca a más del 27 por
ciento de la población. Aunque traten de esconder a Macri, ninguno de estos
candidatos que se presentan como recién
llegados del Paraíso ha condenado el
bestial endeudamiento contraído para alimentar la fuga de capitales. Hasta
presentaron como el “Messi de las
finanzas” a Luis Caputo, que emitió el
primer bono a cien años de nuestra historia, con un interés de casi 8 por
ciento. Tampoco condenan la entrega de
balas y el aporte de espías para perpetrar el golpe de Estado en Bolivia. Y
menos aún hablan del hundimiento del ARA San Juan los que aprovecharon el accidente de Once para su campaña.
Nada, la desmemoria absoluta. La desinformación al extremo. El cinismo
en su estado puro. Muy sueltos de cuerpo, advierten que “estamos a siete diputados de ser Venezuela” cuando en la Legislatura porteña gozan de una
mayoría demoledora que levanta manos para satisfacer las angurrias de una minoría.
Desencajados, recitan pavadas como “la
cuarentena más larga del mundo”, mientras
el mundo muestra que la pandemia no da tregua. Todavía siguen vociferando
que “no hay vacunas” cuando todos los días llegan aviones desbordantes
de ellas. No hay que ser un experto, sino
un poco más atento. Ya pasó de moda lo de vender buzones pero quedan
algunos distraídos que están muy ansiosos por comprarlos.
Cuando se muestran argumentos sólidos que no se pueden rebatir, apelan al “son todos iguales, borrando de esa forma toda la diferencia que existe entre aquel que lucha por un mundo mejor y aquellos, como decís en tu artículo, que presentan candidatos en un campo de golf. A propósito de esa deuda vertiginosa que pesa sobre todo el pueblo como un salvavidas de plomo, Cristina dijo “ … en unos días más van a ingresar los derechos especiales de giro y que el FMI ha decidió como respuesta a la pandemia, entregarle dólares a cero tasa de interés a los países para que hagan frente a los estragos de este virus. Nosotros no vamos a poder destinar eso, que van a destinar el resto de los países, porque en el año 2018…” lo busque en Internet y no lo encontré. Tal vez vos podes aclarar sobre esos dólares que no podemos destinar. Abrazos
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