La oscuridad de los agoreros no tiene límites. En estos días,
los rumores que circularon sobre el estado del presidente venezolano Hugo
Chávez demuestran la escasa humanidad de los autores y sus voceros. La posibilidad de un desenlace fatal en la
salud del Comandante despierta en los nostálgicos del desastre un siniestro
regodeo. Las minorías sueñan con nuevas elecciones -una especie de
revancha- para apoderarse nuevamente del país caribeño y convertirlo en coto de caza para su avidez siempre insatisfecha.
Impotentes, su lema favorito debe ser muerto
el perro se acabó la rabia. Pero la potencia de Chávez supera su propia
vida. No sólo representa el proyecto de
una sociedad justa y equitativa para Venezuela, sino que significa la realización
de un sueño que trasciende muchas fronteras. Conceptos que no entienden los
carroñeros, que se alborotan con obscenidad ante la muerte. Jamás comprenderán
que un héroe que entrega su vida se torna imbatible. Como no saben de conceptos ni de ideales, ignoran que los jirones pueden
convertirse en banderas.
Porque detrás de los símbolos sólo puede haber victoria o
esperanza. Si no hay nada de esto, es un
objeto vacío que no despierta pasiones en los pueblos. Antes del embargo,
la Fragata Libertad era nada más que un barquito
que iba y venía por el mundo exhibiendo el entrenamiento de su tripulación.
Ahora, después de su recuperación de garras de los buitres, representa la
reafirmación de nuestra soberanía económica y política. A tal punto que los que antes se lamentaban por su segura pérdida,
mostrarán una torpe indiferencia el día de su retorno. Claro, anclada en el
puerto de Thema, era funcional para la construcción de la idea del fracaso del
Gobierno Nacional, al aislamiento del mundo y otras tantas cosas más con las
que muestran su miseria. El arribo de la
nave se convertirá en una fiesta porque se ha transformado en símbolo. Y el
incidente de la fragata dejó al descubierto a los que siempre se ponen del lado
equivocado.
Al igual que los que celebraron el fallo del juez Thomas Griesa
que, desde el tribunal de Manhattan, ordenaba pagar a los especuladores que no
aceptaron la re-estructuración de la deuda. Los abogados representantes de
Argentina entregaron el viernes un escrito ante la Cámara de Apelaciones de
Nueva York para rechazar las demandas de los fondos buitre, que pretenden
recibir unos 1330 millones de dólares, lo
que daría por tierra con cualquier negociación de deuda soberana. O peor,
de entregar esa cifra, los que aceptaron la propuesta argentina se sentirían
estafados en su buena fe. Sin atender a esos argumentos, los impresentables locales sugerían al
Ejecutivo el sometimiento a las presiones. Hasta pretendían erigirse en héroes con una colecta solidaria para
aplacar a las fieras especuladoras. Cualquier cosa intentan para poner
zancadillas al Gobierno K. Sólo imaginar
a estos cipayos al frente del país produce escalofríos. Pero el desenlace
de esta historia recién llegará hacia finales de febrero, cuando la Cámara
difunda su fallo, después de una audiencia oral. Tiempo de sobra para divertirse con las absurdas lucubraciones de los
analistas locales, que presentan sus más oscuros deseos con formato
periodístico.
Ejemplos abundan. Cuántas veces hemos visto, escuchado y
leído en estos años a los voceros del Poder Fáctico afirmar que la búsqueda de
reparación de los delitos de Lesa Humanidad es sólo una consigna hueca de los
exponentes del oficialismo. Y a la vez, hacen lo imposible para ocultar el
resultado de los juicios. En el balance
de 2012 deben figurar las 134 condenas pero, sobre todo, el cambio cualitativo
que significa el inicio de los mega-juicios de la ESMA, La Perla, Arsenales
y Jefatura de Inteligencia. Y lo que más los exaspera es el progreso de las investigaciones sobre la participación de civiles en
esos delitos atroces. “El juzgamiento
a civiles es sin duda uno de los logros de este año, no sólo en la causa
Ledesma sino en varias jurisdicciones del país donde se ha pedido que se avance
en investigar la complicidad de miembros de los grupos económicos”, aseguran
las abogadas Carolina Varsky y Lorena Balardini, del Centro de Estudios Legales
y sociales. Complicidad que seguramente no se detendrá en empresarios, sino que
alcanzará a otros actores de la sociedad, como jueces o religiosos.
Tal vez por eso, el Arzobispo de
La Plata, Carlos Aguer, difundió duros –por poner un calificativo- conceptos
algunas horas antes de que comience el nuevo año. Primero apeló a un dicho muy
conocido, aunque sin aclarar si como conclusión
o profecía: “el que siembra vientos,
cosecha tempestades”. Lejos de dilucidar semejante dilema, aseguró que "nada bueno se puede esperar de la promoción
insensata de la discordia”. Especificar sobre los promotores de esa discordia
despejaría algunas dudas. Empecinado en confundir, Monseñor pontificó que las “auténticas soluciones requieren otra mirada
de la realidad, otro espíritu, una voluntad recta y generosa, de dar a cada uno
lo suyo, según el derecho y la caridad”. ¿Qué proyecto de país tendrá en mente cuando dice estas cosas? ¿Cuál
sino el que está en curso garantiza lo que el Prelado demanda? Pero no. Aguer sólo ve en el presente lo que siempre
ha combatido: la alteración del statu quo. El representante eclesiástico
jamás admitirá que el mundo armonioso que
propone es el que, en el pasado, construyó un país tan desigual. "¿Cómo puede sostenerse la cohesión
social si se adopta como inspiración del cambio hacia una sociedad más justa, una teoría según la cual hay que agudizar
las contradicciones, crearlas si no existen, identificar y destruir al enemigo?",
pregunta con cinismo. Él, que forma parte de una institución que a pesar de predicar el amor, ha bendecido
los peores crímenes.
Pero no es la única. Una nueva
causa judicial pondrá en el banquillo a la Sociedad Rural Argentina. Después
del golpe del ’76, el INTA realizó una
profunda depuración de sus empleados a través de renuncias obligadas,
detenciones, asesinatos y desaparecidos. Un sobreviviente y familiares de
las víctimas piden que se investigue la responsabilidad de la patricia entidad
agraria, que tuvo un rol determinante en
esos hechos, pues formaron parte de la dirección del organismo. Esa alianza
cívico-militar se encargó de perseguir a técnicos y científicos que no
compartían la política agropecuaria de José Alfredo Martínez de Hoz. El juez
Daniel Rafecas deberá indagar a los acusados sobre la confección de listados con futuras
víctimas y el lugar que ocupaban en la cadena
de mandos. Dos de los
interventores ya han fallecido, pero funcionarios del Ministerio de Economía y
la Secretaría de Agricultura gozan de buena salud para ser sometidos a un
proceso judicial, como Mario Cadenas Madariaga y Jorge Zorreguieta, el padre de
Máxima.
Y si de enredos judiciales
hablamos, la causa Clarín será la vedette de este verano, en sus intentos
de postergar lo más posible la adecuación del Grupo a los dictados de la ley. El mayor anhelo de sus directivos es llegar
enteros a las elecciones legislativas de mitad de mandato, para limar –con todos
sus libelos- lo más posible la adhesión a La Presidenta. El peor escenario
es un triunfo contundente de los candidatos oficialistas que, desde sus bancas,
pueden impulsar una reforma constitucional que habilite un nuevo mandato de CFK,
lo que se convertiría en una pesadilla.
Para ellos, por supuesto. Eso sí, de ahora en más, calificarán como acto de
campaña cada una de sus apariciones y considerarán electoralista todas sus decisiones. De tan obvios que son, hasta podría predecirse el contenido de las
tapas de los próximos meses.
A pesar de contener una cifra
fatídica, este año promete bonanza hasta para los más supersticiosos. Y mucha discusión que, lejos de dividir a
la sociedad, como pregonan algunos, contribuye a su consolidación. Eso sí, los
que insisten en confabular desde las sombras quedarán cada vez más solos, víctimas de su propio veneno que ya no podrá
infectar jamás a este colectivo.
Publicado con imagen casera http://adriancorbella.blogspot.com.ar/2013/01/las-primeras-postales-del-ano-por.html
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