Aunque traten de disimularlo,
algunos están felices con estos incidentes. Un titular alarmista excita a los agoreros. Si detrás de la
rebelión policial y los virulentos saqueos en algunos comercios hay varios
cerebros organizadores, la Justicia
deberá dejarlos al descubierto y castigarlos para que estos episodios no se
repitan. Pero pronto. De nada valdrá que dentro de unos años aparezca algún
condenado, cuando ya pocos se acuerden de cuál era el delito. O peor, cuando los diseñadores de estas
dramáticas escaramuzas hayan adquirido más experiencia. No hay que tomar
esto a la ligera porque ha habido muertos, heridos, pérdidas materiales, mucho
descontrol y un accionar violento que nada tiene que ver con los tiempos que
vivimos. Ya nadie pone en duda la despreocupación con que el Gobernador de
Córdoba manejó este asunto, pero situar
a De la Sota como el principal responsable es otorgarle demasiado mérito.
De esta serie de incidentes, hay mucho para analizar, desde el control político
de las fuerzas policiales hasta los focos de pobreza que todavía persisten;
desde la formación de los agentes de seguridad hasta la existencia de conspiradores dispuestos a todo con tal de recuperar
el poder.
Análisis serios y
comprometidos, no cualquier pavada. Que el ex presidente Fernando de la Rúa vea
en estas escenas algo parecido a lo que provocó su renuncia aporta muy poco, salvo material para una compasiva sonrisa.
El contexto de 2001 es totalmente diferente al actual y si bien los saqueos
nunca deben ser bienvenidos, en aquellos tiempos la situación parecía invitarlos.
La historia no se repite: se copia. Y
casi siempre, mal. Por eso los disturbios de estos días contienen tanto
absurdo. Pero de la Rúa habla: “los
saqueos parecen incomprensibles, pero muestran que había una tensión social que
estaba silenciada y que el Gobierno debe atender”. ¿Qué gobierno, doctor? ¿Cuál de todos los que deben solucionar los
conflictos que surgen en la sociedad? Porque los jefes comunales,
intendentes y gobernadores son los que deben estar más en contacto con la
población y conocer sus necesidades. La
Presidenta –cualquier presidente- debe tener su mirada puesta en el conjunto y
no en las particularidades. Para eso el Estado tiene diferentes
manifestaciones y, en consecuencia, responsabilidades graduales.
Muchos datos
evidencian que la necesidad alimentaria no fue la que impulsó los saqueos.
Algunos pueden haber aprovechado el revoltijo para llenar de comida un carrito,
pero la mayoría acarreó productos más costosos, casi suntuarios. Eso sí: todos recurrieron al robo para satisfacer lo que sea y violentaron la propiedad de la
peor manera, lo que puede auspiciar cualquier cosa. Sin intenciones de
moralinas, esto ayuda muy poco en la construcción del país deseado, nos distrae del camino que estamos
recorriendo y, sobre todo, confunde, que es lo más peligroso.
Ahora hay
que pensar en las fuerzas policiales, tanto en sus remuneraciones como en sus
obligaciones. Por supuesto, lo más
importante, en su control. Democratizar la policía es encuadrarlas a las
decisiones del poder político y a las necesidades de la población. Su proximidad con el delito exige que no se
les pierda pisada. Esto no debe quedar sólo como un reclamo salarial, sino
que debe convertirse en un punto de partida para transformaciones más profundas
y auspiciosas.
Una fiesta en medio del dolor
Algunos
exponentes de la oposición se opusieron –como corresponde- a la realización de
los recitales programados en Plaza de Mayo. Está claro que no entienden el funcionamiento de las cosas y buscan
cualquier excusa para que el ciudadano no cope las calles. Aunque no lo
digan con todas las letras, las fiestas populares provocan en muchos de ellos algo
de urticarias y una crisis depresiva. Un poco de frustración también, porque ni
en sueños tendrían semejante poder de convocatoria; ni con el genio de la lámpara recibirían
la ovación que desató la aparición de Cristina en el escenario de Plaza de Mayo.
Muchas cosas se mezclaron en ese momento: la continuidad democrática, estos
diez años K, la respuesta a la extorsión policial pero, sobre todo, la alegría por verla recuperada. Nunca
se había cantado el Himno Nacional con tanto entusiasmo, producto tal vez de
los ritmos agregados por Choque Urbano mezclados con los vientos de los
granaderos. No sería mala idea que esta
versión se convierta en oficial, a pesar de la reprobación de los
protestones de siempre.
No lo
entenderán nunca: a la oscuridad no se
la vence con miedo, sino con alegría. Si se hubieran suspendido los actos
festivos en conmemoración de los 30 años de continuidad democrática, el triunfo
de los conspiradores se habría concretado. Pero no, en medio de los disturbios,
de la rebelión policial, de las muertes, la
muchedumbre salió a la calle y se aglutinó en defensa de un país que quiere
vivir en paz. “Tengo una sola
certeza absoluta: todo lo que falta lograr, lo que nos falta hacer, sólo se
puede hacer en democracia, respetando la Constitución, las leyes, las
autoridades establecidas”, clamó CFK desde el Museo del Bicentenario.
Ante asistentes radicales y kirchneristas, La Presidenta señaló más las continuidades
que las disidencias entre el primer gobierno constitucional después de la
dictadura y la década kirchnerista. Y fue más allá, pues señaló que este presente
es un camino a la concreción de los valores de Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo
Perón, creadores de los únicos movimientos populares en el siglo pasado. Una
manera contundente de llamar a la reflexión a los actuales dirigentes del
radicalismo, para que no se sumen a las
operaciones destituyentes de los medios hegemónicos ni se hagan eco de las
denuncias que propagan. La emotiva reivindicación de la figura del ex
presidente Raúl Alfonsín evocó los más significativos abrazos de la historia. Y,
lejos de toda crítica, encuadró las renuncias y los retrocesos de esos tiempos
a los “condicionamientos de los sectores
antidemocráticos”. "Aquélla
era la Argentina de la libertad condicional, una democracia de libertad condicional", sentenció Cristina ante el entusiasmo
de los asistentes, tanto en el Museo como en La Plaza.
Como era inevitable, la Primera Mandataria
aludió a los escabrosos incidentes ocurridos en la mayoría de las provincias
por la rebelión policial y la hambruna
repentina de indigentes en 4x4 y motos de alta cilindrada. "Yo no
creo en las casualidades –confesó- tampoco creo que sea por contagio. Por
contagio son las paperas, la varicela o la rubeola. Esto es por planificación y ejecución con precisión quirúrgica”. “Sabemos
que hay instigación política de aquellos que creen que pueden ganar elecciones
hablando de seguridad a través de la instalación del miedo", continuó.
Y, para delinear la agenda de los próximos días, Cristina destacó el fracaso de
las políticas punitivas, porque “la inclusión y el control civil y ciudadano
de los organismos de seguridad es lo que garantiza la seguridad de los
ciudadanos”. Por eso se la
extrañó tanto en estos meses.
Una semana
difícil pero no sorprendente porque nos
estamos acostumbrando a estos episodios bestiales: agentes policiales en
connivencia con el delito declarados en rebeldía y operadores políticos que
alientan el saqueo. Pero otra vez
fracasaron, lo que indica que ya no volverán a triunfar. Ahora lloverán las
propuestas para encuadrar a las fuerzas de seguridad distritales en las normas
democráticas. Pero la mejor policía es
la que no hace falta y para eso hay que alejar a la mayor cantidad de
ciudadanos de la tentación del delito. La
inclusión en todas sus dimensiones es el camino. Que nadie se atreva a
dudar de eso.
Excelente Sr. Rosa, si me permite la comparto en mi muro de facebook, esta mirada se tiene que difundir...
ResponderBorrarPor supuesto, Jorge, agradezco la difusión. Y gracias por tus palabras de aliento
BorrarComparto Totalmente lo que decís Gustavo !! Y que de una vez por todas vayan presos quienes atentan contra la Democracia, hay políticos (y pseudo políticos,los conocemos a ellos y su accionar destituyente) detrás de estos "saqueos organizados".
ResponderBorrarExcelente! !
ResponderBorrartotalmete de acuerdo y me gustaria replicarlo en facebook twiter y facepopular
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