Como siempre, pasan cosas raras en nuestro país.
Mientras un diputado recién asumido intenta impedir que el Poder Ejecutivo cumpla con sus atribuciones
constitucionales a través de una recolección de firmas, el alcalde de la
CABA realiza una amenaza encubierta
a La Presidenta de todos los argentinos. En el medio, los medios. O más que en
el medio, a la cabeza, como principales
organizadores de un caos (des)informativo que puede tener graves
consecuencias institucionales. El primero de los personajes, Sergio Massa, se
esfuerza en su rol de escudo y servidor de los Poderes Fácticos. El segundo,
Mauricio Macri, insiste en mostrarse como representante cuando, en realidad, forma parte del Círculo Rojo que hace unos meses expuso ante la opinión pública.
Las excusas son dos: un nuevo Código Penal que todavía está en pañales y la
prolongación sin fin de un proceso judicial que se festeja como si fuera un
sobreseimiento. El norte de todo este descalabro es el recambio presidencial de
2015 y los posibles candidatos que, de
tan ansiosos por vestir banda y cetro, parecen destituyentes.
Después de las elecciones legislativas del año
pasado, algunos exponentes de la oposición –tanto mediáticos como políticos- comenzaron
a mencionar sin pudor la idea de la transición,
como si Cristina y su equipo estuvieran preparando sus maletas. La
transición, vale aclarar, es el breve
período de coexistencia entre un presidente en ejercicio y uno recién elegido.
Nada de eso ocurrirá hasta después de octubre del próximo año. En el año y
medio que falta para ese momento, gobernará
el proyecto avalado con el 54 por ciento de los votos en octubre de 2011. Salvo
que los que se creen dueños del país insistan con sus repudiables tretas para recuperar el control. Entre las artimañas
más comunes están las operaciones de prensa -plagadas de rumores,
tergiversaciones y mentiras- y los intentos de golpes de mercado, fuga de
capitales, especulación comercial, desabastecimiento y demás exquisiteces de los carroñeros.
Nada de esto sería posible sin la existencia de un manojo de individuos irritados, desconfiados,
descreídos y prejuiciosos que no ve la hora de que CFK deje de gobernarnos.
Por ellos existen los Massa, Macri, Carrió y muchos otros actores erigidos como
representantes a golpes de cacerolas
disfrazados de votos. Unos y otros se retroalimentan en una simbiosis
perfecta de consignas demagógicas. Unos
y otros se piensan como verdaderos republicanos cuando lo que más desean es
pisotear todas las instituciones. Unos y otros se sienten incómodos porque
no encuentran la vuelta para constituirse como oposición con posibilidades de
gobernar. Unos y otros se creen
críticos, cuando en realidad sólo son quejosos y criticones.
Amenazas
amarillas y firmas inconstitucionales
Aunque apenas postergaron su juicio de manera
inexplicable, Mauricio Macri se siente tan libre como un colibrí en un campo de
jazmines. Tanto que ya se percibe como presidente.
Quizá por eso, alguno de sus acólitos hizo correr el tan famoso rumor sobre el pacto de impunidad con La Presidenta.
Según el cuentito, el juez federal Sebastián Casanello falló en contra de la
elevación a juicio oral del Jefe de Gobierno porteño por la causa de las
escuchas ilegales a cambio de impunidad
para CFK cuando abandone la Casa Rosada. No es que el magistrado está
convencido de la inocencia del Alcalde Amarillo, sino que no hay pruebas que
demuestren que los casos de espionaje se hayan realizado por su orden y
consentimiento, a pesar de los cuatro años de investigación que van en sentido
contrario. En definitiva, todos los
involucrados se sentarán en el banquillo menos él, por ahora.
Más allá de lo sospechosa que resulta esta
novedad, el alivio de Macri duró lo suficiente como para retomar su papel de
opositor principal al Gobierno Nacional. En una entrevista radial negó la
existencia de un pacto de impunidad
para resguardar la retirada de Cristina sin problemas de carácter legal. De ser
esto cierto, coloca al ex presidente de
Boca Jrs con un poder desproporcionado en relación al cargo que ocupa y con
la incongruente seguridad de ser el próximo inquilino
de La Rosada. En referencia a su situación judicial, afirma que es el costo de “hacer críticas al gobierno” durante
estos diez años. “Ha sido muy duro en
esta época estar coherentemente enfrente del modelo”, agregó, como si fuera un mártir.
Esto no sólo es grave por instalar que su
situación procesal es una revancha política sino por echar un manto de desconfianza sobre la figura presidencial. Si
tiene pruebas concretas para comprometerla, que no espere hasta el 11 de
diciembre de 2015 para presentarlas. Salvo
que la culpabilidad que supone se base en el desprecio que siente por el
kirchnerismo, que merece ser castigado por haber transformado nuestro país.
O mejor: parece una amenaza desde su lugar de coherencia. En su concepción presidencial tendrá el poder absoluto para culpar o perdonar a los
ex funcionarios, sin tener en cuenta los mecanismos judiciales.
El caso de Sergio Massa es un poco más obsceno,
con mucho absurdo manipulador. Con demasiadas muestras de ignorancia, además.
Y, sobre todo, con mucha
irresponsabilidad institucional. Si La Presidenta hubiera impuesto su
versión de Código Penal por decreto, habría motivos más que justificados para
rechazarlo sin conocer siquiera su contenido. Pero el diputado por el Frente
Renovador está impugnando un borrador de
ante proyecto elaborado por expertos elegidos de manera plural. Con su
movida demagógica, incurre en una insólita transgresión republicana: impedir que el Poder Ejecutivo cumpla con
una de sus atribuciones constitucionales, presentar un proyecto de ley en el
Congreso.
Pero, además, su recolección de autógrafos no
tiene ningún basamento legal ni ningún fin más que el de encabezar una cruzada para deslegitimar una iniciativa presidencial.
En una actitud demagógica, manipula a su
público para conquistar una esporádica adhesión. Sin rubor, afirma las burradas más embrutecedoras,
lo que demuestra su falta de rigor y su irresponsabilidad cívica. En la fábula
inventada para impactar a la opinión pública, el nuevo código que todavía no es
proyecto dejaría a los buenos ciudadanos
expuestos a los miles delincuentes beneficiados por su permisividad.
Uno de los autores del texto, León Arslanián,
aseguró que esto “es lo que pasa cuando
se consagra el criterio de concebir a la
ley penal como un talismán con poderes mágicos. Un talismán capaz de
regular y dominar la violencia y hacer que los delitos dejen de cometerse o
reduzcan su intensidad”. Y sintetiza:
“la pena no funciona en su dimensión
preventiva”. El juez de la
Corte Suprema, Raúl Zaffaroni, otro de los autores, reconoció que “el documento en sí me satisface, misión
cumplida, podría ser un texto inspirador
para los países hermanos porque no hay muchos modelos en América latina.
Esto es lo hecho, lo demás queda en manos de otros, es un test de la política”.
Muchos medios se han dedicado a desmontar el número circense orquestado por el ex
intendente de Tigre, comparando sus sandeces con las propuestas del
borrador del nuevo código. A pesar de eso, insiste en despertar simpatías explotando los temores exacerbados por los
medios día a día. Macri se sumó a la cruzada deslegitimadora y le agregó la
fábula del pacto de impunidad. Estos dos
personajes son los que se perfilan para el recambio presidencial tan esperado
por una parte del electorado. Ambos prometen un armónico paraíso sin
conflictos, a pesar de su postura rupturista hacia un gobierno democráticamente
elegido. Detrás de ellos se esconden los
intereses de una minoría destructiva y no se preocupan en disimularlo.
Queda mucho camino por recorrer hasta las elecciones presidenciales, pero lo que ya demuestran inspira más miedo
que esperanzas.
Excelente Gustavo "Los Sin Códigos". Y vaya si carecen de Códigos,de Amor a la Patria,de "Condiciones"(cualidades) que un Verdadero político tiene... En fin,solo son las Tristes Marionetas de Fuertes Intereses Económicos !
ResponderBorrarEn cuanto a "los autógrafos q Massa pretendió juntar" ,he recibido el llamado d la Sucia y tramposa Encuesta Telefónica (ya que la Opción NO,léase no estoy d acuerdo con Massa y/o la encuesta,no aparecía) q si agarró a algún distraído,q considera q sí o sí debe decidir entre la Opción 1 ó 2 ,sumaron a algunos adeptos...(?) Ojo,no confío en nada q venga de ellos,dudo d cualquier resultado d dicha encuesta.
Simplemente por Estos dos Personajes ( sin olvidar a Lelita y algún otro/a) siento el Más ABSOLUTO REPUDIO ...
Lo que están haciendo es inconstitucional y no tiene la recepción esperada, salvo en los medios. Los demás se zambulleron en una pileta llena de bosta y no saben cómo salir. En fin, pobres de nosotros si llegan a algo.
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