La apertura del año
parlamentario siempre despierta expectativas, salvo en los que se quedan
dormidos durante los discursos. Algunos
lo harán adrede y otros se aburren porque no entienden nada. Un recorrido
por los rostros de los diputados y senadores que presenciaron las generosas dos
horas de CFK en la Cámara de Diputados de la Nación puede resultar revelador de
sentimientos profundos e intenciones malsanas. Desprecio, envidia, descrédito, incomprensión, recelo. Máscaras que
parecían ensayadas, como la de Gabriela Michetti, semejante a la de un maniquí
pintarrajeado. La mayoría de los exponentes de la oposición portaba un rostro
cargado de imposibilidad, pues sólo algunos de ellos están en condiciones de
soñar con un lugar así en el futuro. Sueños, nada más. Para el resto, la pesadilla de no construir una oposición sólida con
perspectivas de gobernabilidad. Muchos, conforman un patético revoltijo de
individuos quejosos, inconsistentes y contradictorios, sólo capaces de
conquistar los votos necesarios para
permanecer atornillados a las bancas por el resto de su vida, sin dejar más
huella que la de sus glúteos en los asientos.
El viernes, el Jefe de Gobierno
porteño, Mauricio Macri, adelantó la apertura ante los legisladores, quizá para
no opacar el acto presidencial o,
seguramente, para fugarse en secreto –como acostumbra- a Villa La Angostura y
aprovechar el fin de semana largo con su familia. Esta vez superó los quince minutos y leyó un poco mejor que el año
pasado, pero no más que eso. Sus allegados del PRO aseguraron que el
Alcalde Amarillo se estaba presentando ante la sociedad como el futuro mandatario
nacional, pero no se notó: el líquido
que circula por sus venas apenas supera los tonos rosados. Un bagre
embalsamado sería más expresivo. O un salmón rosado, que es un poco más fino.
En esos aburridos minutos que
ofreció a la ciudadanía prometió una Buenos Aires verde, pero no en relación
con el dólar, sino con la ecología. Ya se sabe, nadie es profeta en su tierra,
pero consiguió el fragmento más divertido de su discurso. No fue ésa la
intención, vale aclarar. También, si plantea bicisendas y metrobuses como
propuesta al mundo para frenar el cambio climático no puede inspirar más que
risas. Pero no, lo aplaudieron. Deben cobrar mucho esos aplaudidores porque
de otra forma…
Con el cinismo acostumbrado, explicó
que el sistema de inscripción on line en los colegios sirvió “para sacar a la luz” problemas ya
existentes y mostró “dónde estamos
parados y hacia dónde tenemos que ir”. No
era necesario generar este caos para descubrir que la desinversión tiene
consecuencias funestas. Y, como un chiste de mal gusto, aseguró que la
educación es “prioridad absoluta” en
su gestión. Otro chiste: las promesas de nuevos contenedores para la
recolección de residuos. De haber sido un discurso improvisado, puede pensarse
en un desliz, pero en uno escrito,
revisado y ensayado, suena a burla intencionada. Como si se hubiese convertido
en una fuente de inspiración para los usuarios de las redes sociales que, sin
demoras, compararon este anuncio con las aulas prefabricadas que distribuye en
las escuelas para solucionar el tema de las vacantes.
El
futuro de verdad
Desde que comenzó la semana,
algunos diputados anunciaron con bombos y platillos el faltazo a la apertura de
sesiones ordinarias del Congreso Nacional. Lo
de Carrió no fue más que una puesta en escena, porque es la más faltadora. En cambio, Pino Solanas
sorprendió al decir que “no están dadas
las condiciones para un acto institucional”. Claro, su premisa eran las piedras que estaban preparando los chicos malos de La Cámpora para arrojar
a los opositores. Más que irrespetuoso,
ridículo. Para él fueron los pétalos de rosa que comenzaron a caer desde
las tribunas pobladas de militantes cuando CFK terminó su discurso. Y bueno, el
ex cineasta y actual comparsa de Lilita se perdió tan tierna manifestación.
En el inicio de su penúltimo
año como presidenta, Cristina evocó el
momento fundacional, el 25 de mayo de 2003, cuando Néstor Kirchner prometió
no dejar sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada. Con sus “nuevos paradigmas de gestión”, el
santacruceño iniciaba esta década indudablemente ganada. Aunque muchos tuerzan
el gesto, nunca en nuestra historia
hemos tenido un período de crecimiento constante con inclusión. Para
fundamentar esta afirmación, La Presidenta leyó un informe del Banco Mundial en
el que elogia la “reducción de la pobreza
y el rol del gasto público y social”. Y
aclaró que lo que ellos consideran ‘gasto’, para Ella es una inversión que permitió revertir los números de la
desigualdad y reducir la desocupación.
En el panorama que trazó sobre la situación
actual de nuestro país, incluyó una comparación con los países del casi extinto
Primer Mundo y advirtió sobre los peligros de trasladar la crisis que están
padeciendo a América del Sur. Quien comanda la Eurozona hacia el abismo es Alemania, el país con la distribución de
riqueza más desigual de la región. En esos crueles promedios con que suelen
adornar los balances, cada alemán tiene 83 mil euros de patrimonio pero,
mientras el 1 por ciento más rico cuenta con una fortuna media de 817 mil
euros, el 20 por ciento de los habitantes no posee ningún capital.
A medida que
CFK enumeraba los logros de este período, las cámaras, con un poco de malicia, enfocaban los gestos y distracciones de los
opositores. Como siempre, la Jefa de Estado interactúa con el público, hasta
con el más adverso. El senador Gerardo Morales se convirtió en uno de sus
blancos y hasta en un momento, lo hizo sonrojar. Muchos deberían tomar esa sana costumbre de avergonzarse por el rol que
juegan en la escena política, el de quejosos insatisfechos o voceros del
establishment en detrimento de los intereses de la mayoría. Todavía no se
han dado cuenta de que son representantes del pueblo y no del Poder Fáctico,
que los utiliza de punta de lanza para erradicar al kirchnerismo, esa epidemia que los saca de quicio.
Después
salieron a decir que La Presidenta no había hablado de la inflación. Por
supuesto que se refirió a ese tema, pero
no en el sentido en que ellos querían. Tal vez esperaban que anuncie una
reducción del gasto público y la
consecuente eliminación de las retenciones que padecen los estancieros de La Rural. Quizá querían escuchar que el
Banco Central volvía a las zarpas de los
especuladores financieros, para rapiñar las reservas como sólo ellos saben
hacerlo. Por el contrario, no sólo reivindicó el papel del Estado en la lucha
contra la desigualdad, sino que valoró la reforma de la carta orgánica del
Central como herramienta fundamental en esa lucha. Pobres, los opositores: todavía se niegan a entender que los dogmas
ortodoxos son los que han generado la crisis del Norte.
Y van a
seguir vociferando que Cristina no habló de la inflación, aunque en su discurso
denunció a los empresarios que tienen
ganancias impresionantes y convocó a los legisladores para “sancionar instrumentos que defiendan de una
buena vez a los usuarios y consumidores frente al abuso de los sectores concentrados, oligopólicos y monopólicos”.
Por supuesto que habló de la inflación, pero no como una epidemia, sino
como una estrategia de saqueo por
parte de los formadores de precios, especuladores y angurrientos incurables.
Y también
habló de la inflación cuando destacó el reconocimiento de la FAO al programa Precios Cuidados, que se ha transformado
en una bandera para la protección de
nuestros bolsillos y sirve como ancla para evitar los sobreprecios. En dos
horas y cuarto CFK habló de muchas cosas, de la cantidad de jubilados, del
incremento de los ingresos, del consumo, de la energía, del turismo, de la
cantidad de escuelas y universidades, del desendeudamiento, pero los opositores seguirán diciendo que
no habló de la inflación. Ganas de quedar en ridículo, nada más.
Impecable Gustavo, nada que agregar. Gracias!
ResponderBorrarno solo impecable sino que como siempre igualamos en pensamientos , la diferencia es que usted es un muy buen escritor!!!
ResponderBorrarGracias. Pero no me feliciten tanto. De por sí, soy bastante agrandadito.
ResponderBorrarClaro y Contundente Gustavo,como Siempre !!! Y que la Opo "no se haga los rulos" (como suele decir la Jefa), porque este RELATO al que tanto le pegan... CONTINUARÁ !!!
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