Algo que no nos
podrán quitar es la Memoria, por más que
lo intenten todos los días. Pocos aplauden la irrespetuosa declaración que
Mauricio Macri nos regaló hace unos meses: “en
mi gobierno se va a terminar el curro de los Derechos Humanos”. Así lo dijo y no hay manera de arreglar semejante
promesa de campaña. Quien lo vote, estará avalando esta nefasta idea; no existe moño ni papel decorado que la
pueda disfrazar. Para la gente como él –que sólo piensa la vida en clave de
suculentos negocios- los Derechos Humanos son
una estafa. Interesante recordar estas cosas, sobre todo estos días en que
el partido judicial defiende sin tapujos a los grandes empresarios involucrados
en delitos de Lesa Humanidad. Sin dudas, el
clamor del Pueblo deberá copar las calles para poner fin a la impunidad.
Que no pongan
como excusa que faltan pruebas o sutilezas
por el estilo. La indagatoria no es un juicio, sino sus primeros pasos y
rechazar de plano el pedido del fiscal Leonel Gómez Barbella por la demora de
una pericia sugiere la complicidad del
juez Ercolini con los apropiadores de Papel Prensa. Complicidad o miedo. Lo mismo ocurre con los casos de todas las
empresas que se beneficiaron con la sanguinaria dictadura. Si es el temor
lo que inmoviliza a estos magistrados, que se apoyen en nosotros, que les inyectaremos nuestra fortaleza.
Que nos pidan sustento, si no se animan a encarcelar a estos empresarios
cómplices del terrorismo de Estado. Ahora, si es por connivencia con ese atroz
ideario o simpatía hacia los miembros del Poder Real, que se preparen para escuchar
un ensordecedor repudio.
Desde la
recuperación de la Democracia, la construcción de la Memoria ha tenido avances
y retrocesos. Su principal baluarte es
la resistencia a todo intento de imponer amnesia en la sociedad. La llegada
de Néstor Kirchner a la presidencia significó un nuevo camino en la condena al
accionar del gobierno de facto, con un aditamento sustancial: a la crueldad militar se sumaba la avidez
civil, porque no se puede explicar la primera sin el impulso de la segunda.
Si hubo un golpe de Estado en marzo de 1976 fue porque el plan económico exigido por el establishment no podía concretarse en
democracia. El secuestro, la tortura y la desaparición de personas eran necesarios para garantizar el
crecimiento patrimonial de muchos de los que hoy conforman el Círculo Rojo.
El brazo ejecutor está recibiendo el juicio y castigo tantas veces exigido, lo que garantiza que nunca más tomen el
poder. El establishment, en cambio, sigue gozando de sus privilegios, como
si nada tuviera que ver en el asunto. Si
sus integrantes no reciben la merecida condena, siempre estaremos expuestos a
que nos sometan una vez más a su despiadada succión.
Los enemigos, tampoco
Un profesor de la
Universidad de Amsterdam visita Argentina una vez al año desde 2002 para informarse sobre el avance de los
juicios a los responsables de la dictadura. Willem de Haan es profesor del
departamento de criminología y derecho penal del Centro de Justicia Penal
Internacional de esa universidad. En una entrevista concedida a Página/12
explica que las grandes empresas se involucran
en violaciones a los DDHH en la circunstancia excepcional como una dictadura
para obtener beneficios económicos. Sobre los fallos de las emblemáticas
causas de Papel Prensa, La Nueva Provincia y Ledesma, considera que “si bien los hechos no están negados y la
empresa es cómplice en crímenes de lesa humanidad, la prueba de la responsabilidad individual deja a la Justicia un
problema porque la causa puede fracasar. Superar estos problemas jurídicos
es difícil también por el poder económico y político de las empresas y la
vulnerabilidad de la Justicia con respecto a la presión política”. Y aclara
que en el contexto internacional, la
indagación de complicidad empresarial es un desafío que tiene muchos obstáculos.
Sin ánimo de
jactancia, cuando a mediados de la década del ochenta comenzó el Juicio a las
Juntas estábamos haciendo historia. Las llamadas leyes del perdón y los indultos del Infame Riojano trataron de
detenerla, pero con la asunción de
Kirchner empezamos a convertirnos en ejemplo mundial. Ahora, con los
procesos judiciales a civiles podemos hacer algo parecido. Nada más ejemplar que poner tras las rejas a los grandes empresarios
que incrementaron su patrimonio a fuerza
de fuego y sangre.
También somos
ejemplo en poner freno a los poderosos contemporáneos. La ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual se ha tomado
como modelo en aquellos países que quieren reducir el nocivo accionar de los
medios hegemónicos. La batalla contra los fondos buitre y los gambeteos a los
caprichosos fallos del juez Thomas Griesa son
observados en muchas latitudes como heroísmo ejemplar. En el Foro Emancipación e Igualdad, organizado
por la Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, a
cargo del filósofo Ricardo Forster, muchos
de los oradores agradecieron la osadía del Gobierno Nacional por su resistencia
a las embestidas. Uno de ellos fue el dirigente español de Podemos, Iñigo
Errejón, que explicó que “la batalla
fundamental es consolidar, sedimentar, hacer irreversible, hacer institución, hacer vida cotidiana las transformaciones
de época para que no dependan de una victoria electoral o de otra, para que
se constituyan ya en un suelo mínimo de la convivencia que ni siquiera los
adversarios puedan revertir”.
En eso estamos,
en la batalla por consolidar este tránsito luminoso hacia un país equitativo
que nos incluya a todos. Pero los enemigos no cesan en sus intentos por torcer el rumbo hacia esos senderos
tenebrosos que hemos padecido en el pasado. “No nos atacan solamente desde adentro –aclaró La Presidenta desde
El Calafate- sino que también se pliegan
los de afuera, con los fondos buitre, que tratan de bombardearnos, al impedir
que algún banco pague los bonos argentinos”. Esto fue un duro
cuestionamiento a la negativa de la
sucursal del Citibank a pagar los títulos de deuda reestructurados bajo la
legislación argentina, en obediencia al fallo del Juez Imperial. Pero no es
tan grande el peligro: este banco sólo tiene en sus manos el tres por ciento de
los títulos. Y parece que ha desistido
en su peligrosa actitud, sobre todo ahora que Griesa autorizó la aplicación de la ley argentina.
Por si esto fuera
poco, el miércoles comenzará a funcionar la Comisión Bicameral del Congreso que
investigará las maniobras de evasión fiscal
y fuga de divisas orquestado por el HSBC hacia cuentas en Suiza. A partir
de ese día, Diputados y Senadores citarán a los titulares de esas cuentas para
identificar de qué manera operaron. Jamás
podremos alcanzar la felicidad si no nos enfrentamos con los poderosos. Y
lo estamos logrando porque ya empiezan a tener nombre y apellido. Sólo tenemos
que demostrar nuestra voluntad de castigar sus tropelías y poner límites para
neutralizar su capacidad de daño. Nuestra
memoria debe ser capaz de unir el pasado nefasto con el presente escabroso para
garantizar el futuro. Por eso, el martes nos encontraremos en todas las
plazas del país.
Muy bueno tu articulo como siempre y muy cierto el remate ahi estaremos ABZO
ResponderBorrarJ. Pierantoni