sábado, 23 de mayo de 2015

Lágrimas de mayo



Karina Rabolini ha demostrado nula aptitud para los culebrones porque su llanto es poco creíble. Más allá de que en otras oportunidades no se ha molestado por las referencias al brazo ausente de Scioli, el gag protagonizado junto a Alejandro Fantino la deja un poco descolocada. Cualquier kirchnerista que se precie de tal activa su escudo protector cuando un titular de Clarín atraviesa su camino: cada gota de tinta del ex Gran Diario Argentino exuda hedor a operación, entre otras cosas. Ella, por el contrario, baja todos sus escudos y se deja llevar por el relato que su interlocutor le hace de los dichos de Florencio Randazzo en la asamblea de Carta Abierta y se zambulle como un inocente conejo a las fauces del lobo. Si ella hubiera minimizado el incidente, tal vez su marido saldría fortalecido. En cambio, como ella se entregó al juego del monopolio, él también tuvo que hacerlo. De ser así, este episodio sólo está destinado a conquistar esa porción cacerolera del electorado que sueña con el fin de ciclo.
Ya casi no importa si Randazzo dijo lo que dicen que dijo. Si la metáfora del proyecto manco se refería o no a Scioli ya no tiene trascendencia. Hacia el interior del FPV se percibe una cierta tirantez que, mientras no se convierta en aversión, todavía es saludable. Las dos versiones del proyecto se tornan cada vez más evidentes, aunque todavía puede haber algunos confundidos. De cualquier modo, las diferencias no son, por ahora, promesa de división, como esperan los medios hegemónicos. Ni deberán serlo porque, después de las PASO, todos deberán encolumnarse detrás del elegido para conducirlo hacia la continuidad del proyecto iniciado doce años atrás.
Durante un tiempo, CFK celebró todas las candidaturas y evitó intervenir en las internas. Pero, desde que introdujo el concepto de baño de humildad, el menú se redujo a dos, un “cara a cara” –para no decir mano a mano, por las dudas- que convoca la atención de más de la mitad de los argentinos. Dos estilos discursivos, dos versiones del proyecto, dos posibles maneras de continuar por este camino. Algunos consideran que Scioli no será un fiel continuador, a pesar de lo que afirman sus colaboradores. Sus gestos y coqueteos lo hacen parecer tibio y este último incidente, con su esposa como estrella, puede despertar recelo.
El mañana que emociona
Quizá por eso, aunque nadie se atreva a decirlo en voz alta, Cristina está señalando, con sutileza, a su elegido. Incluir la promulgación de la ley de Refundación de Ferrocarriles Argentinos en las celebraciones de la Semana de Mayo puede interpretarse como un indicio. “Recuperamos los ferrocarriles para todos los argentinos porque creemos que es una herramienta fundamental para el desarrollo económico”, afirmó el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, antes de la Cadena Nacional de La Presidenta. “Estamos reparando una deuda que tiene más de medio siglo –agregó- devolviendo parte de la memoria que les habían robado a muchos argentinos que crecieron en torno del desarrollo del ferrocarril”.
La Memoria ya había estado presente en los festejos durante la inauguración de un nuevo espacio en la ex ESMA. Allí Cristina comenzó a enumerar la herencia, el legado que debemos defender, la antorcha que no debemos olvidar para no extraviar el camino, para no volver a ese pasado tan destructivo, pleno de sangre y despojo, de derrota y humillación. Con la recuperación del tren, no sólo hay memoria, sino futuro. Un desarrollo que se extenderá a todo el país. Con este acto en Retiro, Randazzo ocupó protagonismo en el presente con proyección hacia más allá de diciembre.
Y entonces, también señaló a otro de sus continuadores. A un lado estaba Randazzo, del otro, Aníbal Fernández y un lugar más allá se ubicaba un funcionario insólito: Axel Kicillof, el ministro sin corbata, el que nos ha enseñado tanto de economía como de honor, el que enfrentó a enemigos monstruosos con rotundo éxito. Kicillof es mi mano derecha –confesó CFK- mi mejor asesor y mi mejor asistente, pero las decisiones son siempre políticas en economía”. Una diferencia enorme con aquellos tiempos en que el presidente estaba sometido a un ministro que, en realidad, era vocero de los poderosos. Además, como líder indiscutible de este momento histórico, marcó lo que hace falta para afrontar lo que se viene. Por eso instó a los candidatos del oficialismo a “hablar de las cosas que queremos hacer” y agregó no los necesito haciendo pantomimas, los necesito con ideas, propuestas, diciendo cuál va a ser la dirección que va a tener la patria a partir del 10 de diciembre”.
Tantas definiciones y símbolos están circulando en estos días que la prensa opositora no puede frenarlos. Una vergüenza que el jueves no hayan publicado nada en sus suplementos de cultura sobre la inauguración del CCK en el edificio del Correo Central y que al día siguiente sólo hayan entintado su rencor. Tanto veneno destilaron que no sólo hablaron de plata sino que dudaron de que los argentinos estemos al nivel de merecer algo así. Tan deslumbrante es el resultado de la restauración edilicia que, como no encuentran objeciones, sólo pueden adoptar la pose del niño enfurruñado.
Tanto los desespera la derrota futura que ya no se conforman con desinformar, ocultar, mentir, manipular, demonizar al kirchnerismo; ahora intentan otra vez silenciar la voz de La Presidenta. La Cadena Nacional es el objetivo y mandan a los serviles políticos de la oposición para que presenten cautelares y proyectos de ley que las prohíba o, al menos, las restrinja. Tan frágiles se sienten que cuentan minutos y segundos, que parecen mucho más potentes que las horas que tienen a su disposición para alimentar la indignación cacerolera. Tan lejos están de recuperar el control del país que ya dejan de apostar a sus propios candidatos -amontonados en un cóctel explosivo- y acomodan su ficha en el casillero de Scioli, que sería la continuidad más aceptable. Tanto han pronosticado el Fin de Ciclo que por fin está llegando, pero para Ellos.

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