Una tarea pendiente
Como
es predecible, las corporaciones se defienden entre sí. Por eso, ahora todos se amontonan para escudar a la Corte,
con la esperanza de que en el futuro, sea Ella la que los proteja. El caso ya
es conocido: la premura de Lorenzetti para
confirmarse como su propio sucesor en la presidencia del Máximo Tribunal
necesitó que la constante ausencia de
Fayt se trueque en atenta presencia. Tal vez sea meritorio y hasta un
orgullo familiar que el casi centenario juez se mantenga lúcido. De ahí a considerarlo como miembro esencial
de la Corte Suprema de Justicia hay un paso enorme. Aunque su trayectoria es
notable y pueda reconocer el nombre de sus mascotas, tal vez sea el momento de convertirse en un buen
recuerdo y dejar de ser un escollo para el futuro.
Y
pensar así no es una crueldad ni el maltrato de un anciano: hay que saber
retirarse a tiempo, sobre todo cuando
han pasado más de veinte años de la fecha de vencimiento. La vitalidad del
Supremo Fayt podrá ser extraordinaria en un nonagenario, pero insuficiente para su responsabilidad. Y la crueldad no está en
estas líneas sino en los que lo
atornillan en el cargo y lo exponen a la humillación. Encima, se ampara en
la no retroactividad de la reforma constitucional, que no prevé una situación
tan insólita como ésta. Un episodio que sugiere la necesidad de transformar esa institución que sigue
siendo más funcional a las angurrias minoritarias que a las necesidades de la
mayoría.
Y
no sólo este caso. Lodenisman pasará a la historia, pero no como un episodio
policial sino como la mayor estafa política de que se tenga memoria. Aunque
algunos intentan sostener al fiscal como mártir, ante cada dato nuevo su recuerdo se hunde más en el fango. Las
pericias sobre su computadora personal revelan inversiones en Uruguay,
Argentina y, según parece, hasta en Estados Unidos. Quizá estamos en presencia
de alguien austero y ahorrativo pues su ingreso declarado superaba los cien mil
pesos. Pero no lo era: sus gastos
mensuales pasaban los 300 mil, cifra que no concuerda con su declaración jurada.
Una herencia de corrupción para sus deudos, que, ajenos a todo esto, reclaman
vacaciones adeudadas que, según entienden, nunca se tomó. Para no saturar de
cinismo este apunte, basta mencionar que no sólo viajó a México con la modelo
Florencia Coccuci en noviembre pasado: también
lo hizo en marzo, de acuerdo a los resúmenes de su tarjeta, con hotel, Spa y
otros consumos de lujo.
Ni
héroe ni mártir, sino un personaje oscuro y corrupto que fue nombrado para
resolver un caso crucial y doloroso de nuestra historia, pero traicionó la confianza que depositamos en él. Quienes sigan
defendiendo su memoria con todos estos datos a la vista, no podrán considerarse más que cómplices. Y que no vengan con las
tonterías de la independencia del Poder Judicial: si queremos un país justo y
equitativo, debemos pensar en un sistema
con mayores controles sobre jueces y fiscales. Que los tribunales sean
garantía de derechos y no resguardo de privilegios.
Así
no nos sirven: lentos, corruptos y eternos; impunes y cómplices de los poderosos; dadores de impunidad y
conservadores de la peor especie. El país que se viene no necesita jueces que creen pertenecer a una rancia nobleza. El
tiempo de los patricios parece estar acabando porque ya descubrimos dónde se
alojan y empezamos a comprender lo dañinos que son. Nos llevó treinta años
consolidar la vida democrática pero nos
quedan unos pasos más para alcanzar su plenitud. A esta altura del camino,
no sería oportuno que nos dejemos engatusar por aquellos que quieren retomar el sendero tenebroso que nos llevó a la
ruina y produjo la mayor desigualdad que hemos padecido.
Estimado Compañero muy bien descrita su nota , con claridad y desnudando una verdad que no trasciende por el blindaje mediático, totalmente de acuerdo el próximo periodo necesita de un Poder Judicial al servicio de los cuarenta millones de argentinos y no solo para los privilegiados del poder,
ResponderBorrarMuchas gracias. Hay que poner energía para que estas transformaciones se profundicen. Gracias por visitar el blog. Abrazote
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