Quienes vivimos en el interior del país siempre hemos protestado por el centralismo porteño. Hacer un listado de los reproches hacia los habitantes de la Capital argentina ocuparía un espacio que excedería el estos breves apuntes. Tampoco es el objetivo, al menos hoy.
Este texto tiene como fin, no reprochar, sino hacer público un profundo agradecimiento a los ciudadanos de Buenos Aires. ¿Por qué? Por haber probado a Macri. La mirada resentida del interior del país debe transformarse en una de admiración ante el sacrificio patriótico que han realizado al elegirlo como Jefe de Gobierno. Gracias a lo que muchos consideran un error del electorado, el resto de los argentinos podemos descartar desde el vamos al candidato de color amarillo. No es que uno tenga dudas, pero hay tanto zapallo desperdiciando oxígeno…
Aunque parezca mentira, algunos lo consideran (¡TODAVÍA!) un candidato serio, responsable y honesto. Sin embargo, la pésima gestión que ha desarrollado en la ciudad con mayor presupuesto del país descoloca todo tipo de simpatía hacia su persona. Inepto, racista, transero, superficial, cholulo, necio, inoperante… Ni siquiera ha podido gestionar para las élites realizando cosmética urbana. Como presidente, no cabe dudas de que convertiría nuestro territorio nacional en un barrio cerrado, en un enorme Puerto Madero para un quince por ciento de los ciudadanos o, de acuerdo a sus propias palabras, para “nuestra gente”. ¿Y el 85 por ciento restante? ¡Bueno chau!
Por eso, vaya este eterno y profundo agradecimiento a los ciudadanos de la ciudad autónoma de Buenos Aires por el SACRIFICO PATRIÓTICO de elegir a Macri para bien de todo el país.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario